lapidario:
fuente:http://es.wikipedia.org/wiki/Lapidario
introduccion:
El Lapidario es un tratado médico y mágico acerca de las propiedades de las piedras en relación con la astronomía mandado escribir por el rey castellano Alfonso X el Sabio y redactado hacia 1250, aunque pudo ser traducido de nuevo, enmendado, añadido y reorganizado entre 1276 y 1279.[1] El libro se constituye en una summa de tratados griegos, helenísticos y árabes recopilados y traducidos, al parecer, por Yehuda ben Moshe ha-Kohen (Yehuda Mosca o «Mosca el Coheneso»), médico real y destacado astrónomo.
El manuscrito que lo ha transmitido (Ms. h-I-15 de la Biblioteca de El Escorial) está iluminado mediante alrededor de cincuenta miniaturas de animales del zodíaco. En este tipo de tratados medievales de origen árabe sobre las virtudes curativas y mágicas de las piedras, la astrología desempeñaba un gran papel, pues modificaba las propiedades de estas.
La obra fue ampliada en 1279 con el Libro de las formas e imágenes que están en los cielos, más conocido como Tablas del Lapidario, conservado también en la Biblioteca del Escorial con la signatura h.I-16.
LAPIDARIO:
Alfonso X Rey de Castilla
[Nota preliminar: presentamos una edición modernizada del Lapidario, manuscrito h.I.15 de la Biblioteca del Escorial, basándonos en la edición de Sagrario Rodríguez M. Montalvo («Lapidario» (según el manuscrito escurialense H.I.15), Madrid, Gredos, 1981), cuya consulta recomendamos. Con el objetivo de facilitar la lectura del texto al público no especializado se opta por ofrecer una edición modernizada y eliminar las marcas de editor, asumiendo, cuando lo creemos oportuno, las correcciones, reconstrucciones y enmiendas propuestas por Rodríguez M. Montalvo.]
ArribaAbajo I.- Libro de las piedras según los grados de los signos del zodíaco
(Lapidario atribuido a Abolays)
Prólogo
Aristóteles, que fue más cumplido de los otros filósofos, y el que más naturalmente mostró todas las cosas por razón verdadera, y las hizo entender cumplidamente según son, dijo que todas las cosas que son sólo velos se mueven y se enderezan por el movimiento de los cuerpos celestiales, por la virtud que han de ellos, según lo ordenó Dios, que es la primera virtud y donde la han todas las otras.
Y mostró que todas las cosas del mundo son como trabadas, y reciben virtud unas de otras; las más viles, de las más nobles. Y esta virtud parece en unas más manifiesta, así como en las animalias y en las plantas; y en otras más escondida, así como en las piedras y en los metales.
Y de éstas hicieron los sabios libros en que dijeron de los cuerpos celestiales que no son compuestos de los cuatro elementos; y eso mismo de los otros que de ellos se componen, así como de animalias, que son todas las cosas vivas que han alma de sentir y de mover. Y otrosí de las plantas que son de los frutos que nacen de la tierra, así como árboles y yerbas.
Y hablaron otrosí de las cosas más duras que se hacen de la tierra, así como piedras y metales. Y de cada una de estas hicieron libros. Mas, los que escribieron de las piedras, así como Aristóteles, que hizo un libro en que nombró setecientas de ellas, dijo de cada una de qué color era y de qué grandeza, y qué virtud había, y en qué lugar la hallaban. Y así hicieron otros muchos sabios que en estas cosas tangieron.
Mas entre aquellos hubo y algunos que se metieron más a saber el hecho de ellas. Y tuvieron que no les abundaba de conocer su color y su grandeza, y su virtud, si no conociesen cuáles eran los cuerpos celestiales con que habían atamiento, de que reciben la virtud porque se enderezaban a hacer sus obras, según el enderezamiento de los estados de los cuerpos de suso, en toda obra de bien o de mal.
Y entre todos los sabios que se más de esto trabajaron, fue uno que hubo nombre Abolays. Y como quiere que él tenía la ley de los moros, era hombre que amaba mucho los gentiles, y señaladamente los de tierra de Caldea, porque de allí fueran sus abuelos. Y porque él sabía hablar aquel lenguaje y leyola su letra, págase mucho de buscarlos sus libros y de estudiar por ellos; porque oyera decir que en aquella tierra fueran los mayores sabios que en otras del mundo.
Mas, por las grandes guerras y las otras muchas ocasiones que y acaecieron, muriera la gente, y ficaron los saberes como perdidos; así que muy poco se hallaba de ello. Y este Abolays había un su amigo que él buscaba estos libros y se los hacía haber.
Y entre aquellos que buscó, halló éste, que habla de trescientas sesenta piedras, según los grados de los signos que son en el cielo ochavo. Y dijo de cada una de cuál color y cuál nombre, y qué virtud ha, y en qué lugar es hallada, y de la estrella de la figura que es en el grado de aquel signo donde ella recibe fuerza y virtud. Y esto según el sol corre en todo el año por los grados de las figuras de los doce signos, que se hacen por todos trescientos sesenta, que son todos figurados de estrellas menudas, y otras figuras muchas que están en el ochavo cielo, que son figuradas otrosí de estrellas; las unas a parte de Septentrión, que es a la estrella que llaman Trasmontana, y las otras a parte de mediodía, que son de ellas dentro en los signos, y las otras de fuera de ellos, así que se hacen por todas con los signos, cuarenta y ocho.
Ende cuando Abolays halló este libro, fue con él muy ledo, ca tuvo que hallara en él lo que codiciara hallar de este saber de las piedras. Y desde que hubo por él mucho leído, él entendió lo que en él era, trasladolo de lenguaje caldeo en arábigo. Y en su vida puñó de probar aquellas cosas que en él yacen, y hallolas ciertas y verdaderas, ca él era sabidor del arte de astronomía y de la natura de conocer las piedras.
Y después que él murió hizo como perdido este libro muy gran tiempo, de guisa que los que habían no entendían bien, ni sabían obrar de él así como convenía. Hasta que quiso Dios que viniese a manos del noble rey don Alfonso, hijo del muy noble rey don Ferrando V y de la reina doña Beatriz, el Señor de Castilla, de Toledo, de León, de Galicia, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, y del Algarbe. Y halló en siendo infante, en vida de su padre, en el año que ganó el reino de Murcia, que fue en la Era de.
Y hubo en Toledo, de un judío que él tenía escondido, que no se quería aprovechar de él, ni que a otro tuviese pro. Y de que este libro tuvo en su poder, hízolo leer a otro su judío, que era su físico y dícenle Yudah Mosca el Menor, que era mucho entendido en el arte de astronomía, y sabía y entendía bien el arábigo y el latín.
Y de que por este judío, su físico, hubo entendido el bien y la gran pro que en él yacía, mandóselo trasladar de arábigo en lenguaje castellano por que los hombres lo entendiesen mejor y se supiesen de él más aprovechar.
Y ayudole en este trasladamiento Garci Pérez, un su clérigo que era otrosí mucho entendido en este saber de astronomía. Y fue acabado de trasladar el segundo año que el noble rey don Ferrando, su padre, ganó la ciudad de Sevilla.
Y este libro es muy noble y muy preciado. Y quien de él se quisiere aprovechar conviene que pare mientes en tres cosas. La primera, que sea sabidor de astronomía, por que sepa conocer las estrellas, en cuál estado están, y en cual sazón viene mayor virtud a las piedras de ellas, según la virtud que reciben de Dios. La segunda cosa es que sepan conocer las piedras y las colores, y las facciones de ellas; y otrosí que sepan ciertamente los lugares señalados donde se crían o se hallan, y extremar la contrahecha de la natural, y departir otrosí las que naturalmente se semejan en uno, conociéndolas por peso y por dureza, y por las otras señales por que se pueden conocer a hombre que fuere entendido en este saber. La tercera cosa es que sea sabidor del arte de física, que yace mucho de ella encerrada en la virtud de las piedras, según en este libro se muestra. Y que sepa de ellas obrar así como en el manda. Y que sea de buen seso por que se sepa ayudar de las cosas que hacen pro, y se guarde de las que tienen daño. Y obrando de esta guisa llegará a lo que quisiere hacer por ellas, y verá cosas maravillosas de la su virtud, que recibe de Dios, porque hará a loar y bendecir el su nombre que sea venido por siempre jamás, amén.
Del signo de Aries
De la piedra a que llaman magnitad en caldeo y en arábigo, y en latín magnetes, y en lenguaje castellano imán
El signo primero es el de Aries, que quiere tanto decir como figura de carnero. Y es casa de Marte, y exaltación del sol. Y según la complexión que él muestra en todas sus obras es caliente y seco.
Y la piedra que es en el primer grado de él llámanle magnitad en caldeo y en arábigo, y en latín magnetes, y en lenguaje castellano imán. Y esta piedra es negra en su color, pero tira un poco a bermejura. Y hay algunas en que parece color cárdena como de azul, y éstas son las mejores. Y como quiere que la mina de estas piedras es hallada en muchas partes, la mejor de todas es la de tierra de India que hallan cabo la mar. Esta piedra ha naturalmente virtud en sí de tirar el hierro con muy gran fuerza. Y porque semeja gran maravilla a los que no saben la natura de las propiedades de las cosas, que esta piedra, que es caliente y seca, pueda tirar el hierro que es frío y seco, decimos que no se deben maravillar por ello; casi bien parar en mientes a los dichos de los sabios, hallarán que todas las cosas que tiran unas a otras, lo hacen en dos maneras; o por semejante o por el contrario. Y de esto mostraron los sabios muchas razones que no conviene que sean puestas en este libro, ca asaz abunda lo que se aquí dice para todo hombre entendido, ca por la propiedad de esta piedra pueden conocer todas las otras. Y el tirar que ésta hace es según la cuantía de ella a la del hierro que tira; así que en tierra de India, en el monte donde las hallan, que es cerca de la mar, a las naves que cabo de ella pasan, tira todos los clavos de ellas por fuera de la parte donde está la peña, así que los hace ir como saetas; y si están bien reblados que no los puede extender y sacar, hace ir las naves contra sí tan de recio que se pecían en las peñas y perecen. Y es gran maravilla que el hierro, que vence todos los otros metales por fortaleza que ha en sí, véncelo esta piedra por su propiedad y hácelo venir contra sí obediente. Y por esto se muestra que este tirar es más por fuerza de contrariedad que de semejante. Y tan gran es la virtud que recibe de esta piedra el hierro que se llega a ella, si es bien fina, que tira otros hierros más pequeños que sí, de guisa que se apegan a él bien como a la piedra. Y de esta manera puede tirar muchos hierros, apegándose unos a otros hasta tamaña cantidad cuanto pueda sufrir. Y esta virtud es tan probada y tan manifiesta que sin lo que ve hombre por los ojos, teniendo la piedra en la una mano y el hierro en la otra siente en cómo se va pegar en ella, y el un hierro en el otro.
Y si hombre quisiere que esta piedra pierda su virtud, métala en agua de ajos o de cebollas, de guisa que esté cubierta toda tres días y tres noches, y la perderá. Y si quisiere que la cobre, métala otros tres días y tres noches en sangre de cabrón; que esté otrosí toda cubierta, y la cobrará, mudando la sangre cada día.
Y en esta piedra ha otrosí otra gran maravilla; que si la meten en un terrazo, en horno que sea de fuerte fuego, y esto hicieren cuatro vegadas, cambiándole cada vez aquel terrazo por otro nuevo, y desde que fuere quemada y la sacaren del horno, y la pusieren cabo de ella un poco de azufre, y rociaren la piedra con agua, saldrá de ella fuego tan fuerte que quemará muy lueñe a toda cosa que alcance que pueda quemar. Y esto hace porque ella es caliente y seca; y cuando la queman, enciérrase en ella la virtud del fuego y encúbrese; y por ende huye del agua que es el contrario de ella, fría y húmeda, y ayúntase con la azufre, que es a su semejante caliente y seca. Y de esta guisa, huyendo muy de recio de su contrario, que es más fuerte que sí, y juntándose con gran fuerza a su semejante, quema muy de lueñe, así como es dicho de suyo.
Y si quisiere hombre que pierda esta quemazón, eche sobre ella olio, de cual natura quiere, y la perderá.
Y esta piedra ha virtud en sí que, aquel que la trajere consigo, si fuere hombre flaco de corazón, dar la esfuerzo, y si fuere esforzado, esforzarla más. Y en el arte de física es muy provechosa, ca si a algún hombre dieren a beber limadura de hierro, o alguna otra manera de tósigo en que haya hierro mezclado, o fuere herido con hierro emponzoñado, moliendo de esta piedra, y haciendo la polvos, y mezclándola con cual olio quisiere, y dándola a beber al que lo es entosigado, saldrá el tosco por parte de yuso, y sanará luego. Eso mismo hará si la pusieren molida sobre la llaga del que fuere entosigado.
Y el que quisiere saber con cuales estrellas a esta piedra su atamiento, y de que recibe la fuerza y la virtud, sepa que son aquellas tres que están en paz y siguen al nudo del filo de la figura de Piscis, y la una de ellas es en cabo de la cola de un pez. Y la propiedad que ellas han de tirar el hierro es por la virtud que reciben de estas estrellas. Y cuando la mediana de ellas sube en el horizonte, de parte de Oriente, hará mayor fuerza, y más virtud en todas estas obras que hemos dichas.
De la piedra a que dicen zurudica
Del segundo grado del signo de Aries es la piedra a que dicen zurudica, que quiere decir «deshacedor del hígado». Y esta piedra es cárdena en su color, así que semeja al zafiro en la cardenor, más no en la luz, ca a ésta no traspasa el viso como al zafiro hace, ca la su color es mucho espesa y turbia. Pero hay algunas en que hallan grano blanco como gotas, y éstas son las mejores.
Y hállanlas en Tierra de Promisión, en la ribera de un río que dicen Alberich, que corre entre dos montes, lueñe de poblado.
Esta piedra, de su natura es caliente y seca. Y su propiedad es que el que la trae consigo a gran miedo sin razón, a menos de ver por qué. Y según natura de física, para obrar mal ha tal virtud, que cuando la pulen o la muelen, y de aquellas puliduras o moleduras dieren a alguno a beber cantidad sabida, le deshará todo el hígado, saliendo sangre por de yuso, así que nunca le quedará hasta que muera. Y si hígado de algún animal pusieren en un bacín, y la piedra con él, la deshará todo y la tornará en sangre corriente.
Y la estrella mediana de las tres que son en la cinta de la mujer cadenada, ha poder sobre esta piedra y de ella recibe su fuerza y su propiedad. Y cuando esta estrella fuere en el ascendente hará esta piedra mayor fuera, y mostrará más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que dicen gagatiz en caldeo y en latín gagates
Del tercer grado del signo de Aries es la piedra a que dicen gagatiz en caldeo, y en latín gagates. Este nombre a ella de un río en que la hallan a que dicen Gaga; y le dice en otrosí río de infierno, y corre cabo la casa del Templo. A esta piedra no pasa el viso, ca es de color de greda turbia. Y hállanla otrosí en España, en unos montes que son cerca de Zaragoza, en un lugar que dicen Diche, y otrosí en el monte que es cabo Granada a que llaman Soler, en unas cuevas que y ha. Pero también las de Zaragoza, como las de Granada, son pocas, y no son tan buenas como las que hallan en el río de Gaga.
Esta piedra es de su natura caliente y seca. Y ha tal propiedad que, cuando la pulen, y dan lo que de ella sale a beber a algún hombre a que huela mal el cuerpo, por razón de sudor, tólleselo, y hace que huela bien. Y aun sin ésta, a otra propiedad, que si la ciñeren sobre el vientre a hombre que haya en los intestinos gusanos a que llaman simiente de calabazas, hácelos todos morir y echarlos por de yuso. Y la estrella que es sobre la muñeca del brazo diestro de la «señora que está en la silla asentada», ha poder sobre esta piedra y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y cuando ella fuere en el ascendente hará esta piedra mayor fuerza y mayor virtud, y mostrará más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que dicen miliztiz
Del cuarto grado del signo de Aries es la piedra a que dicen miliztiz, que quiere decir tanto en caldeo como «madurador de postemas».
Ésta es de color cárdena, que semeja de azul; y quebrántase aína, y muélese entre los dedos. Esta piedra es hallada en el monte que cerca la Casa del Templo, en unos lugares que ha y que semejan cuevas, y quien entra dentro siente cuerno calentura de baño y como olor de humo. Y hay de estas piedras grandes y pequeñas, y las que han en sí blanco mezclado con el cárdeno son mejores. Y cuando esta piedra pulen, hácese clara y lucía así como las otras piedras. Y ha tal propiedad que tira los fustes de la cicuta, así como el imán tira al hierro.
Y en razón de física hace gran pro, ca el quien la moliere y la amasare con algún licor, y la pusiere sobre la postema, hácela madurar luego. Y si la colgare sobre ella hace eso mismo. Y quien quisiere de ella mal obrar, y la diere a beber a algún peso de seis dracmas, morirá saliendo benigno de él por de yuso; más si bebiere menos de esta cuantía, escapará. Y al que entendieren que la ha bebido, y dieren a beber cual olio quiere, no hará mal y guarirá muy bien.
Esta piedra es de su natura caliente y seca. Y la virtud y la fuerza que ha es de la estrella meridional de las tres que son sobre el cinto de la mujer cadenada que nunca conoció mando. Y cuando es en medio cielo, muestra más su obra.
De la piedra a que dicen centiz
Del quinto grado del signo de Aries es la piedra a que dicen centiz. Y es hallada en tierra de India, en una isla por donde corre un río que ha así nombre; y hállanla en las riberas de aquella agua. Y es de color tan verde que tira ya cuanto contra negro.
Esta piedra es muy fuerte, y pesan ciento y veinte dracmas. Y cuando la limpian, puliéndola, cátanse los hombres en ella así como en espejo de alinde. Y es otrosí es de su natura caliente y seca.
Y ha en sí tal propiedad que, si la tuviere la mujer colgada sobre sí, o engastada en sortija, cuando yaciere el varón con ella, nunca se empreñará sino de maslo. Eso mismo hará cualquier animal sobre que la colgaren.
Y esta virtud recibe de la estrella que es en el retornamiento del río, la que tañe en los pechos de Caytoz. Y cuando es esta estrella en medio del cielo, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que llaman movedor
Del sexto grado del signo de Aries es la piedra que es dicha movedor. Y ha este nombre porque, cuando la pulen, y toman lo que sale de ella, y lo dan a beber a mujer que sea preñada, morirá luego la criatura, y la echará de sí muerta o viva, de cual guisa quiere que esté. Y eso mismo hace si la tuviere colgada. Otro tal hará a toda animal que de ella beba o se la cuelguen de suso. Esta virtud es mala para las mujeres que tienen los hijos vivos en los vientres y no los querrían perder, y buena para las que los tienen muertos y no los pueden echar, o son tan flacas que no pueden parir.
Y el color de esta piedra es mezclada de verde con bermejo, pero la verdura de ella es tan flaca que tira a amarillo, y otrosí la bermejura es tan poca que semeja al agua de la carne cuando la echan en sal.
Y la estrella que sigue a la que es en el retornamiento del río ha poder sobre esta piedra y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y cuando ella fuere en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que dicen goliztiz
Del séptimo grado del signo de Aries es la piedra que dicen goliztiz. Y este nombre ha de un río, que es así llamado, en que la hallan, en las riberas de la mar de India. Y porque no es hallada en otro lugar sino allí, por eso no lo ha otro nombre sino según el río.
De natura es caliente y seca, y de color parda mezclada con amarillo, pero la amarillor es más que la pardura. Su propiedad es que si pusieren de ella pesante de diez dracmas, tira de cobre o alambre, pesante de media, así como el imán tira al hierro; y según esta cuantía, tira más o menos. Y aún ha otra virtud; que si tomaren de ella peso de media dracma, y la echaren sobre diez de plata fundida, la tornará de color amarilla, y si esto hicieren tres veces o cuatro, tornará de color amarillo, y si esto hicieren tres veces o cuatro, tornará de color de puro oro y sufrirá fundición de fuego por siempre jamás, pero no es oro natural; y esto hace porque ha en ella natura de azufre bermejo.
Y en el arte de física ha esta virtud; que si tomaren de ella peso de dos granos de hordio, y la molieren, y la mezclaren con agua dulce, y la metieren en las narices del que nace con la enfermedad a que llaman demonio, sanará de la primera vez, o al más tarde a la segunda.
Y la estrella delantera de las dos que son en el cuerno del signo de Aries, y la otra que es en el pescuezo de esta figura han poder sobre esta piedra y de ellas recibe su virtud. Y cuando estas estrellas fueren en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que llaman telliminuz
Del ochavo grado del signo de Aries es la piedra a que dicen telliminuz. Esta piedra es de su natura caliente y seca, y la su sequedad es en el cuarto grado. Negra es de color, y parece en ella ya cuanto de lo bermejura, así que semeja a los granos de la pimienta. Es fuerte y muy dura, así que no se puede quebrantar con ninguna cosa, sino con el latón amarillo que es tinto con la atutía de Alejandría. Y esto la quebranta de esta guisa; que cuando el latón llega a la piedra, quiebra ella luego.
Ésta es hallada en tierra de los negros, en ribera de un río que pasa por aquellos lugares donde estas piedras son; y hállanlas de departidas colores y facciones, más hállanla siempre en forma redonda y llana, hecha como tortilla, y de ellas grandes, y de ellas pequeñas. Y la virtud de ella presta mucho en el arte de física, casi la ponen sobre herida o sobre llaga sana muy aína, sin hacerse en ella benigno ni postema. Y si la cuelgan sobre ella, hace eso mismo.
Y la estrella que es sobre la cabeza de la figura de la mujer que está asentada en la silla, y la otra que está en el recodadero de esa misma figura, y llámanle la Palma Tinta, han poder sobre esta piedra, y de ellas recibe la fuerza y la virtud. Y cuando a más fueren en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que dicen milititaz
Del noveno grado del signo de Aries es la piedra a que dicen milititaz. Ésta es de su natura caliente y seca. Y hállanla en las islas de una tierra que ha nombre Cin, en un lugar por donde corre un río que dicen Río de la Miel. Esta piedra es liviana de peso y muy porosa, y nunca la hallan sino en figura cuadrada. Bermeja es de color, más no mucho, ca tira una gran partida a color amarillo, y de ellas ya que las hallan todas amarillas. Y su propiedad es tal que si la pulen con alguna cosa, sale de ella sabor dulce como miel.
Y en el arte de física hace esto gran pro, casi lo dieren a beber a hombre que haya tos, u otra dolencia en los pechos, al muy gran pro y sana luego. Y si la colgaren sobre aquel lugar donde fuere la dolencia hará eso mismo, pero no tan aína.
Y la estrella delantera de las tres siguientes que son en la figura del río ha poder sobre esta piedra y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y cuando esta estrella fuere en medio del cielo mostrará esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra que huye de la leche
Del deceno grado del signo de Aries es la «piedra que huye de la leche». Ésta es caliente y seca de su natura. Y es negra de color y porosa, de guisa que recibe por ende gran liviandad. Y es en tiento áspera y ligera de quebrantar. Y hállanla en la ribera de un río que ha nombre de Isia, que es en tierra de Egipto.
Y su propiedad es tal, que si la ponen cerca leche de cual animal quiere, salta la piedra y huye muy de recio de ella, así que por ninguna manera no se quiere con ella juntar; y esto es por la enemistad que a con ella según su natura.
Y ésta es en el arte de física muy buena, casi la molieren, y la destemplaren con el vinagre, y untaren con ella cualquier de las morfeas o alba, o negra, sánala luego.
Y la estrella que es en la rodilla diestra de la mujer cadenada ha poder y señorío sobre esta piedra, y delta recibe la fuerza y la virtud. Y cuando ella fuere en el ascendente mostrará esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que dicen aljófar
Del onceno grado del signo de Aries es la piedra a que llaman aljófar. Ésta es de su natura caliente y seca. Y hállanla en muchas partes, que son en la gran mar que cerca el mundo en derredor, en unas conchas muy grandes en que se crían ellas de esta guisa; que, cuando vienen los vientos de Septentrión ábrense y cogen aquella humedad que aducen. Y, con aquellas gotas de rocío que en ellas caen, ciérranse y van de noche al fondo del agua; y, cuando viene el día, salen y páranse contra sol, y ábrense y cogen gran pieza de la calentura de él, después desciéndense al fondo; y eso mismo hacen a la tarde, cuando se pone el sol. Y desde que entienden que aquella agua es cuajada alívianse, así que las ondas de la mar las empujan tan fuerte que las echan a la orilla. Y cuando se encogen, tíranlas consigo, y cuando se extienden envíanlas hacia fuera. Y trayéndolas de esta guisa, hácense redondas y hermosas, y lucias. Y cuando mayores son, y más blancas, y más claras, tanto valen más.
A esta piedra, maguer es muy blanca, no la pasa el viso porque es la blancor de ella espesa, pero es muy lucia de so, bien como si fuese pulida. Y las que de ellas salen de mala color o turbias, o de mala facción, que no son bien redondas o llanas, no es sino por yerro de la crianza de las conchas, que no reciben el aire o la calentura del sol tanto como deben, ni en aquella sazón que conviene, ni se dejan traer a las ondas de la mar por que se hagan redondas.
Esta piedra es muy noble y muy preciada de los hombres. Y ha en ella gran virtud, ca la aman todos los que la ven por la forma y por la hermosura que ha de sibse1, y que no ha mester ayuda de obrador. Y précianla mucho los grandes señores ca ella es contada en una de las nobles.
Y en el arte de física es muy buena, ca presta mucho a la tremor del corazón y a los que son tristes o medrosos, y a toda enfermedad que venga por melancolía, ca ella limpia la sangre del corazón y esclarécela, y tolle la turbiedad toda de ella; y por eso hace pro a estas cosas que son dichas. Y por ende, los físicos métenlas en sus medicinas y en los electuarios con que sanan estas enfermedades, y dándoselas a comer. Y otrosí hacen polvos de ellas, que ponen en los ojos porque esclarece mucho el viso, esforzando los nervios, y tollendo los vahos, y enjugando la humedad que desciende a ellos. Y si esta piedra desataren de manera que se torne agua, y untaren con ella la m, la sanará de la primera vez. Eso mismo hará metiéndola en las narices del que a dolor en la cabeza por movimiento de los nervios de los ojos. Y el que esta piedra quisiere desatar, muélala mucho, y de sí amásela con el agua del amargo de la cidra, y póngala en vaso de tierra vidriado, y cúbrala con aquella agua, y cuélguelo sobre otro vaso de vinagre muy fuerte, y cierre las bocas de los vasos muy bien, y sotiérrelos en estiércol húmedo, y déjelos estar así hasta catorce días, y a cabo de aquel plazo hallará aquella piedra tornada en agua.
Y la estrella que es a parte de mediodía del triángulo que es en el retornamiento tercero de la figura del Dragón, y la otra que es en los pechos de la que está asentada en la silla, éstas han poder sobre esta piedra, y de ellas recibe la virtud. Y cuando estas ambas fueren en medio del cielo, mostrará esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que dicen anetatiz
Del doceno grado del signo de Aries es la piedra a que dicen anetatiz, que quiere decir «piedra sanguina». De su natura es caliente y seca. Y es de color lo bermeja y oscura que tira contra sanguino. Y es espesa, que no la pasa el viso, y fuerte, y muy pesada. Y cuando la pulen, lo que sale de ella semeja sangre, en color y en todas sus cualidades.
Y su virtud es tal, que si la cuelgan sobre las pastemos que salen a fuera, deshácelas en un día, y mayormente si las untan con la pulidura que de ella sale. Y si echaren de esto que semeja sangre en los ojos que han lágrimas, védalas. Y presta a todas las enfermedades de los ojos que son por humedad, y esto es por la gran calentura y sequedad que ha en ella. Y hace aun más; que aquel que la cata cada día en la mañana, cuando se levanta, es seguro de no haber postema en los ojos.
Y las dos estrellas, que es la una contra Septentrión, y la otra contra mediodía, que son sobre la boca del signo de Aries, han poder sobre esta piedra y de ellas recibe su virtud. Y cuando éstas fueren en el ascendente o en medio cielo, entonces mostrará esta piedra más sus obras.
De la piedra a que dicen beruth
Del treceno grado del signo de Aries es la piedra a que dicen beruth; y ha otro nombre, que le llaman acin porque la hallan en un monte que ha en tierra de Egipto a que dicen de esta guisa. Y los egipcianos llámanle la «nieve de Azuz» y esto es porque ha color blanca; pero ha en ella ya cuantas venas amarillos.
Piedra es muy liviana y ligera de quebrantar, porque se quebranta muy de rafez con que quiere. Y hallan sobre ella una color que semeja al polvo que está sobre las paredes del molino. Y esto recibe ella de la natura del rocío de aquella mar, cerca donde las hallan. De su natura es caliente y seca. Y cuando la quieren probar si es buena, ponen de ella sobre la lengua y sienten como que muerde por la agudeza que ha en ella.
Y ha tal virtud que, cuando la muelen, y ponen el polvo de ella sobre las postemas, hácelas abrir en un día. Y si los pusieren sobre llaga en que haya carne podrida, tóllela de esa guisa misma. Y hace aún otra cosa muy fuerte; que si la trajere consigo hombre muy grueso, enmagrecerla aína sin daño que haga. Y por ende es buena para los hombres además gruesos que quieren enmagrecer aína y sin trabajo.
Y la estrella mediana de las tres que son en la boca de Caytoz, y es aquella que está en medio, y la otra septentrional de las que son sobre el ojo, y la sobreceja de esa misma figura, aquella que parece que está sobre los cabellos, estas ambas han poder sobre esta piedra y de ellas recibe su virtud. Y cuando fueren en ascendente, mostrará esta piedra más su virtud.
De la piedra a que llaman piedra de cinc
Del catorceno grado del signo de Aries es la piedra a que dicen «piedra de cinc» porque la hallan en aquella tierra que ha así nombre. Y la gente de aquel lugar dícenle ratiz, que quiere decir tanto como «hueca» de dentro. De su natura es caliente y seca, y de color parda con venas negras. Y es fuerte y dura de quebrantar, y cuando la quebrantan, hállanla vacía de dentro.
Y ha tal virtud que si la cuelgan al cuello de aquel que hubiere la postema a que llaman esquinancia, sana luego; y si la molieren y se la dieren a beber, hará eso mismo. Y demás a otra propiedad mucho extraña, ca huyen las moscas del lugar donde ella está; y por ende los de aquella tierra hacen vasos y escudillas de ella, en que tienen sus comeres. Y aun sin esto hace otra cosa, que si la ponen en olio de olivas, deshácese luego e incorpórase con él.
Y la estrella que se abaja contra la parte de Septentrión, y es en la cinta de la dueña que está asentada sobre la silla, ha poder sobre esta piedra, y de ella recibe su virtud. Y cuando esta estrella fuere en ascendente, mostrará esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra que tira el oro
Del quinceno grado del signo de Aries es la «piedra que tira el oro». Y es de su natura caliente y seca, y de color amarillo que tira ya cuanto a parda; y cuando el hombre toma en la mano, siéntela lezne y como blanda.
Esta tira el oro y hácele que él obedezca, bien como el imán tira al hierro. Y si limaren el oro, y mezclaren las limaduras de él con tierra o con otra cosa, y tangiere la piedra a ello, apartará el oro de las otras cosas con que estuviere mezclado, y apegarse todo a ella. Y de esta piedra usan mucho los orebces, o aquellos que quieren el oro apurar. Y si la queman así como la que dijimos que tira el hierro, hará mayor poder de quemar que ella. Y aún ha esta piedra otra virtud que da muy gran alegría al corazón, así que el que la cata de mañana andará alegre todo aquel día, si no le hicieren soberanía grande por que entristezca.
Y la estrella mediana de las tres que son en el espacio del retornamiento del río ha poder sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando esta estrella fuere en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra que chupa la sangre
Del deciseseno grado del signo de Aries es la «piedra que chupa la sangre». Ésta es de su natura caliente y seca. Y hállanla en algunos lugares, en las partes de Oriente. Su color es verde y ha en ella una mancha bermeja, y quien la toma en la mano, hállala áspera y fulana porque es porosa. De facción es, de la una parte llana y de la otra redonda, en figura de media espera.
Su propiedad es tal, que si rompen el cuero a cual animal quiere y la ponen allí, tira la sangre por muy gran fuerza. Y esto hace en el cuerpo vivo, más no estando la sangre apartadamente. Y quien quisiere saber la cantidad de la sangre que tira, débela pesar cuando la hubiere tirada, y después métala en agua caliente, y saldrá de ella toda aquella que ha tirado, y ficará como antes era; y pésela entonces otra vez, y sabrá la cuantidad de la sangre que tiró.
Y la estrella que se abaja a la parte de mediodía, que está en el pie diestro de la mujer cadenada, ha poder sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando ella es en el ascendente muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra que parece en la mar cuando sube Marte
Del deciseteno grado del signo de Aries es la «piedra que parece en la mar cuando sube la planeta que dicen Marte», y escóndese cuando se ella pone. Ésta es de su natura caliente y seca. Y es hallada en la mar, cabo de Occidente. Su color es bermeja y clara a manera de fuego, y siempre la hallan en figura redonda, y no de otra guisa. Y cuando Marte parece sobre Tierra, sale esta piedra sobre la mar, y nada sobre las ondas; y cuando se pone, desciéndese y va al fondo del agua; y siempre anda de esta guisa, subiendo y descendiendo. Y nunca esta piedra pueden tomar sino cuando Marte es sobre Tierra.
Y ha en ella un lucimiento que parece como relámpago o brasa de fuego ardiente, y la que es buena de ellas da lumbre de noche como candela. Y este lucimiento ha cuando Marte es sobre Tierra, y cuando se pone, entúrbiase luego como otras piedras, y oscurece. Ésta es de las grandes maravillas que parece por la propiedad que han las planetas sobre las piedras y las minas, por la virtud que Dios puso en ellas. Y por ende, ha tal propiedad esta piedra que el que la trae, obedécenle los leones así que los puede tomar a manos y no harán mal, porque el león, cuando la ve, pierde toda la fuerza y no ha en sí poder.
Y la estrella que es en medio de las tres que son en el fondón del triángulo, ha poder sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando ella es en medio del cielo, muestra esta piedra más su obra.
De la piedra que tira el vidrio
Del deciocheno grado del signo de Aries es la «piedra que tira el vidrio». Ésta es de su natura caliente y seca; de color es parda, y ha en ella venas negras. Y es pesada y de tiento áspera, y hácense en ella unas hendiduras. Y esta piedra no es hallada en otro lugar sino en un monte que es en Cecilia, a que llaman Vulcán, que arde siempre. Y es tal su propiedad que no la puede fuego que mar por yacer siempre en él, ni puede nunca mudar su color.
Y aún ha otra propiedad, que el vidrio la obedece, y tíralo así como el imán tira el hierro, y el tirar que hace es de la cuantía de sí misma, y por ende es contada entre las piedras tiradores. Y si la llegan cerca alguna obra que sea de vidrio, vasos u otra cosa, quiebran luego. Y si la paran a la boca del horno en que este vidrio hácelo saltar fuera, quiere sea caliente o frío. Y esta virtud hace ella según la grandeza, o el peso que ha. Y otrosí a otra propiedad, que el que la trae consigo es seguro de no haber gota a los pies ni en las coyunturas; y esto es porque esfuerza aquellos lugares o la gota puede venir. Y si ante la gota viniere, maguer que no se la pueda toller del todo, mejora mucho en la enfermedad, y si la trajere luengo tiempo, puede sanar de ella.
Y la estrella que es en la postrimería del espinazo del signo de Aries, y la otra que es en el pie diestro de la mujer cadenada, han poder sobre esta piedra y de ellas recibe su virtud. Y cuando estas ambas fueren en medio cielo, mostrará esta piedra más sus obras.
De la piedra que ha nombre annora
Del decinoveno grado del signo de Aries es la piedra a que llaman annora, que quiere tanto decir, en caldeo, como «piedra caliza» en este lenguaje, porque lo ésta es aquélla de que hacen la cal. De su natura es caliente y seca, y hállanla en los más lugares de la tierra, ca en todas las fuertes labores que los hombres han de hacer, se ayudan mucho de ella porque junta muy fuerte las piedras unas con otras, y cierra los lugares horadados, de guisa que no puede salir por y el agua, y por ende adoban los hombres con ésta caños y cierran las naves, y pónenla en toda otra cosa que quieren que el agua no sume. Y esta piedra, cuando la queman, enciérrase el fuego en ella hasta que él echan y agua de suso, y entonces demuestra la calentura que tiene en sí encerrada, porque sale de ella vaho como de humo. Y si ponen de cerca y azufre, sale de ella fuego que quema, pero no tanto como las otras piedras quemadores de que nombramos de algunas, y nombraremos adelante, en el lugar donde conviniere. Y esta piedra, cuando la vuelven con el azarnech, y untan con ella los cabellos de cual animal quiere, ráelos todos en poca de hora. Y si mucho y la dejan estar, desuella el cuero. Y es así como gran tósigo, ca si estas piedras ambas molieren y destemplaren en uno, como conviene, y dieren el agua de ellas a beber a alguno, horada la vejiga y hace llagas en los intestinos, y daña el hígado de gran dañamiento. Pero en esta piedra que es dicha hay gran provecho, ca si la molieren con olio, haciendo de ella ungüento, y untaren con él las grandes llagas y anchas, júntanse aína y sanan muy bien.
Y la estrella que es sobre el tobillo del postrimero pie del signo de Aries ha fuerza y señorío sobre esta piedra, y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y cuando ella fuere en medio del cielo mostrará esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que llaman yzf
Del veinteno grado del signo de Aries es la piedra a que dicen yzf, y es ha que nos llamamos jaspe. Esta piedra es de su natura caliente y seca. Y es otrosí de muchas guisas, pero las mejores son cinco. La primera de éstas es de color de prasma verde, que cuidan algunos hombres que es esmeralda, no fina, porque no ha el color tan claro como ella. Y en esto yerran en su cuidar, ca esta piedra su natura ha por sipse2 que no tañe nada a la esmeralda, y eso mismo es del jaspe verde, que semeja a la prasma y no es por eso de su natura ni de su complexión ni ha las propiedades que ella, según se mostrará adelante en este libro.
La segunda manera de jaspe es que ha color de vino espeso, pero es clara que la pasa el viso. La tercera manera es el que ha color de aire. La cuarta ha color de humo, y ésta es la más útil de todas. Y la quinta es de muchas colores y espesas, pero ha en ella vías blancas y lucientes que las pasa el viso. Y de cada una diremos en su lugar que propiedad ha, o con cuales estrellas a su atamiento, donde recibe la virtud.
Mas primeramente queremos hablar de la propiedad que ha en sí este jaspe de cual manera quiere que sea. Y decimos que las más de estas son claras de color que pasa el viso. Y las otras que son turbias, son lucias, de guisa que todas parecen bien a los que las ven. Y los mejores de estos jaspes hallan en una isla que dicen Sarandin, en la ribera de un río que corre por aquella tierra donde son halladas otras piedras de muchas naturas y muy nobles de que hablaremos adelante en este libro. Mas en este lugar queremos decir de este jaspe, y señaladamente del que es verde de color pero ya cuanto oscuro. Y siempre lo hallan en forma luenga más que ancha ni redonda. Y su virtud es tal que el que trae colgado al pescuezo, presta a las enfermedades del tragadero, ca por su natura tolle los dolores de estos lugares, y sánalos aína. Y aún ha otra propiedad, que si la hombre cata cada día, en la mañana, esfuerza el viso y conhorta el espíritu del que la trae, y dale alegría.
Y la estrella que es sobre el anca postrimera del signo de Aries ha poder y señorío sobre esta piedra y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y cuando esta estrella fuere en el ascendente muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra que ha nombre cuminon
Del veintiún grado del signo de Aries es la piedra a que llaman cumynon, de que ya mentamos en este libro que es la segunda manera de jaspes. Y ésta es de color de vino blanco que tira a amarillo, y esta amarillor es mezclada ya cuanto con bermejo. Y hállanla en la ribera de la isla de Sarandin. Y la figura de ella es redonda, más no mucho. Y es hermosa y muy clara, y pásala el viso. Y es más preciada esta manera de jaspes que las otras de que hablamos. Y ha tal virtud que el que la trae consigo guarda de aquella enfermedad a que llaman «caduca». Y otrosí es buena para aquellas enfermedades que vienen por melancolía, ca las tolle esforzando el corazón y alegrando. Y hace otra cosa, que si la muelen, y la dan a beber al que a los intestinos llagados, sana mucho aína. Y por ende los físicos la meten en los electuarios y en otras medicinas por esforzar el corazón y toller las enfermedades melancólicas.
Y la estrella que es sobre las rodillas de la mujer que está asentada en la silla ha poder sobre esta piedra y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y cuando ella fuere en el ascendente parecerán las obras de esta piedra más manifiestamente.
De la piedra a que llaman astarnuz
De los XXII grados del signo de Aries es la piedra que dicen astarnuz, que quiere decir tanto como «semejante de estrella». Y es la tercera manera de jaspes lo que dijimos, en que ha vías blancas que traslucen. Y porque estas vías relucen siempre a manera de estrella, por eso le pusieron así nombre. Y hállanla en este río que ya dijimos, donde hallan estos jaspes. Y es más noble que ninguno de ellos. Y précianle más los hombres porque es más luciente y mejor que todos los otros. Y es de tal natura que cuando la meten en el fuego, cuanto más y está, tanto más puja su luz y más hermosa, y ca el fuego no la daña, ante la apura y acrecienta más su lumbre, según hacen las otras piedras que esclarecen por el fuego. Ende ha mester que, quien de esto quisiere obrar, sepa la maestría de hacer el fuego con que ha de adobar la piedra. Y esto es que cuando meten la piedra en el albor, que él cubran con otro desuso; y ciérrenle bien con lodo. Y hagan dos hornillos, el uno que le dé el fuego de yuso, y el otro desuso, de guisa que haya la calentura por igual. Y cuando quisieren catar si es la piedra adobada, descúbranla, y si vieren que no es aún tal cual debe, déjenla y estar. Y cuando fuere afincada no la saquen a deshora, más déjenla estar en el horno hasta que se resfríe ella por sí, ca la calentura de las piedras nobles, cuando es mucho encendida y la sacan aína al aire, tanto ama recibir en sí la frior del que se hiende y quiebra. Y cuando ella se resfría por sí misma, no hace esto.
Y la virtud de esta piedra es, que el que la trae consigo esfuérzale el corazón y dale alegría, y hace al hombre hacer de ligeramente sus hechos. Y si colgaren esta piedra a hombre que ha dolor del vientre, o del hígado, tólleselo si la enfermedad es nueva, y si fuere vieja tiénele gran pro, ca no la deja más crecer.
Y la estrella delantera de las dos que son en fondón del triángulo que se hace en el tercero retornamiento de la figura del Dragón, ha poder sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando es el ascendente muestra esta piedra más su obra.
De la piedra que ha nombre belyniz
De los XXIII grados del signo de Aries es la piedra a que llaman belyniz. Ésta es la otra manera de jaspe que dijimos que ha color de aire claro y limpio cuanto en luz, ca éste es muy luciente como el aire, de guisa que pasa todo el viso. Mas color propio no ha ninguno, así como el aire, que no ha de sí mismo, más recibe toda otra color a que se allega, y de esta guisa misma hace esta piedra , que cuando el aire es claro es ella clara, y cuando turbio, turbia.
Y ésta es hallada en la ribera de aquel río donde los otros jaspes, de que hemos dicho, se hallan. Y ha tal virtud que tolle el dolor que se hace en la media cabeza, a que llaman en arábigo jaqueca y en latín migranea. Esto hace colgándola sobre aquella parte donde es el dolor. Y si la cuelgan otrosí sobre los mozos, cuando los crían, tiéneles muy gran pro en su crianza, ca se crían por ende mejor y más sanos, y demás háceles que no sean lloradores.
Y la estrella que es mediana de las tres que son en el cuerpo de Caytoz, ha poder sobre esta piedra y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y cuando ella fuere en medio del cielo, será la obra de esta piedra más fuerte y de mayor virtud.
De la piedra a que llaman gaciuz
De los XXIV grados del signo de Aries es la piedra que dicen gaciuz, que quiere de «humienta». Y ésta es la cuarta manera de jaspe de que hemos hablado, que ha color de humo así que semeja afumado. Y es el más vil de todos los otros jaspes que dijimos. Piedra es oscura que no ha claridad ninguna ni recibe pulimiento. Y hállanla en la ribera de aquel río donde son halladas las otras piedras sobredichas. De su natura es caliente y seca. Y ha tal virtud que si dieren del polvo de ella a beber, pesante de cuatro dracmas, al que ha dolor en el intestino a que llaman colón, sana luego. Y si se la ciñeren o se la colgaren sobre el vientre hará eso mismo, más no tan aína. Y de esta manera de jaspe hallan en la isla de Sarandin unas piedras pequeñas, y otras grandes, que hacen los hombres de ellas pilares o umbrales para puertas y lechos en que yacen.
Y la estrella que es delantera de las tres que son contra el espinazo de la cola de Aries ha poder sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando ella fuere en el ascendente, mostrará esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que llaman azufaratiz
De los XXV grados del signo de Aries es la piedra a que dicen azufaratiz. Y son cuatro maneras de ella. A la primera llaman el yemení porque es hallada en tierra del Yemen. A la segunda dicen kabroci porque es hallada en la tierra a que dicen Kabrocen en arábigo, y en latín Chipre. A la tercera dicen lubi porque es hallada en la tierra a que dicen Lubia. Y a la cuarta dicen antoqui porque es hallada en la tierra a que llaman Antoquía, que quiere decir en latín Antiochi. Y de cada una de estas cuatro piedras hablaremos en este libro, allí donde conviniere. Mas primeramente queremos decir de ésta a que dicen Yemení.
De su natura es caliente y seca. Y es de color negra, y liviana de peso, y ha figura de agalla. Y no la hallan sino en la ribera del río de aquella tierra. Y es blanda, y ligera de quebrantar. Y cuando la quebrantan, hallan dentro otra piedra que es dura y fuerte de quebrantar. Y ha tal virtud que si molieren aquella piedra que hallan dentro, y la volvieren con la leche de la mujer, y mojaren en ella una poca de lana, y la pusieren en la natura de la mujer, cuando yaciere con ella el hombre, empreñarse de la primera vez. Y eso mismo hará cual animal quiere si la piedra fuere mezclada con la leche de la hembra que fuere de natura de él.
Y la estrella postrimera que es de las cuatro que siguen a las tres que son después de la tortura del río, ha poder sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando es en medio del cielo, muestra esta piedra lo más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que llaman abietityz
De los XXVI grados del signo de Aries es la piedra a que dicen abyetitiz, que quiere decir «buitreña». Y este nombre ha porque la trae la hembra del buitre a su nido por que para más de ligeramente sus hijos. Y es de su natura caliente y seca, y es la segunda manera que dijimos a que llaman cabroci. Y es hallada de figura de bellota, pero hay algunas de ellas que son ya cuanto más luengas.
Blanda es y ligera de quebrantar, y liviana de peso, y tira ya cuanto ha blanco más no mucho. Y cuando la quebrantan, hallan dentro otra más dura que tira a amarillo un poco, y a las veces hallan dentro otrosí unas piedras menudas y amarillos que son ligeras de quebrantar como las otras.
Y esta piedra ha tal virtud que cuando la meten en cuero de ciervo, y la atan a la mujer a la cosa siniestra, cuando está de parto, pare luego ligeramente y sin peligro, y nacen los hijos sin ocasión si la natura no era antes en formarlos.
Y la estrella que es mediana de las tres que son a la cola de Aries, ha poderío sobre esta piedra y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y cuando es en medio del cielo, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra que ha nombre lubi
De los XXVII grados del signo de Aries es la piedra a que llaman lubi. De su natura es caliente en el comenzamiento del primer grado, y seca en el comenzamiento del segundo. Y es la tercera manera, que hemos dicho, a que llaman lubi. Y hállanla en tierra de Lubia, en una cueva que es en fondo de un monte a que dicen monte de Corcor. Y estas piedras son menudas y de color de arena. Livianas son y blandas de tiento, y ligeras de quebrantar. Y cuando las quebrantan hallan dentro otra piedra blanca y dura , y de quebrantar muy fuerte.
Y quien tomare esta piedra y la moliere, y la supiere tornar en agua, puede hacer de ella engrudo muy fuerte para juntar los cueros de muy fuerte juntamiento, de guisa que no parece por donde fueren juntados. Y por eso hacen en aquella tierra las buenas adargas que no las falsea hierro ni otra cosa. Y el engrudo de esta guisa hecho, es bueno para juntar las llagas antes que se haga y benigno ni postema ninguna, ca después no lo podría hacer. Y ha otra virtud esta piedra, que si la atan con hilo de seda bermeja al pescuezo, a mujer que sea preñada, de guisa que tanga al vientre, guarda la criatura hasta el tiempo del parimiento que no reciba mal, ni daño, si no fuere por fuerza.
Y la estrella cárdena que es en cabo de la mano diestra de Perseo, el que lleva la cabeza de Algol, ha fuerza sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando es en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra que ha nombre ceraquiz
De los grados XXVIII del signo de Aries es la piedra a que llaman ceraquiz, y es la cuarta manera de esta piedra que dijimos a que dicen azufaratiz, y es ésta a la que llaman antiochena. Y es de facción redonda, y muy blanca de color, y liviana de peso porque es muy porosa, ca ha en ella muchos horados sutiles que no parecen. Ligeramente quiebra, y cuando la quebrantan, hallan dentro otra piedra que tira a amarillo. De su natura es caliente y seca.
Y ha tal virtud que veda el parto de esta guisa; que si la ataren en cuero de cordero que sea degollado con cuchillo de acero fino, y la colgaren sobre la natura de la mujer, de estorbar la que no pueda parir en ninguna guisa, así que conviene que se la tollan al tiempo del parto; si no, por derecha fuerza hará la mujer de quebrar y morir. Y eso mismo hace en cualquier animal sobre que la pongan.
Y la estrella que es sobre la pierna de la mujer que está en la silla, ha poder y señorío sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando es ella en el ascendente, mostrará esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra berlimaz
De los XXIX grados del signo de Aries es la piedra a que llaman berlimaz, que quiere decir tanto como «arredrador del sueño». Y es de su natura caliente y seca. Y hállanla en la parte de Occidente, en un monte que es cerca del lugar tenebroso, o es tiniebla lo más del año. Y es parda que tira a color de negro que semeja bazo. Esta piedra es dura y muy pesada, así que en su peso semeja al plomo. Y es fuerte que no se puede quebrantar sino con gran trabajo.
Y su virtud es según el nombre que ha, ca si la colgaren al hombre de ella, peso de diez dracmas, nunca dormirá mientras la tuviere, tan bien de noche como de día, más el velar que el hombre hace por esta piedra, no se le torna a tan gran daño como lo que hace por sipse, forzando el mismo su natura, metiéndola a trabajo. Y el velar que esta piedra hace, es sabroso si no es mucho, además, de manera que la natura no lo pueda sufrir por ninguna guisa. Y este velar place tanto al que tiene la piedra, que, maguer se la tollan, ha muy gran tiempo no podrá dormir tan bien como antes hacía.
Y aún ha otra virtud, que si de ella molieren cuanto un cuarto de dracma, y la metieren al gafo por las narices, sana de la primera vez si la gafedad no fuere tan fuerte que él haya tullido algún miembro, ca esto no se puede cobrar por la virtud de la piedra, más al que fica en el cuerpo que hace la gafedad, tóllelo, y no deja ir la enfermedad de allí adelante.
Y la estrella segunda de las dos que son en uno después de la tortura del río, ha poder sobre esta piedra, y de ella recibe su virtud. Y cuando ella es en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra que es annoxatir
De los treinta grados del signo de Aries es la piedra a que dicen en arábigo annoxatir, y en latín sal amoniaco. Esta piedra es de su natura caliente y seca en el fin del tercer grado. Y es una natura de sal que se parte en muchas maneras, así que hay de ellas de minas, y sacan las como pedrezuelas menudas y muy duras, y son muy saladas, de guisa que traban a la lengua muy fuerte cuando las ponen sobre ella. Otras de ellas hay en que hallan gotas negras, y en otras blancas, y otras de ellas que son pardas. Mas la mejor de todas es otra manera de blanca y clara que semeja cristal. Pero todas estas maneras sobredichas han una natura y una virtud, y es ésta de tirar los cuerpos de fondo a cima, y lava los escondimientos de ellos que son de dentro y no los de fuera. Y con esta fuerza de tirar que hace, adelgaza los cuerpos con que se mezcla. Y por eso la meten los físicos en el alcohol que hacen para ojos, y otrosí en los polvos que hacen para limpiar los dientes. Y aún ha otra virtud, que si con la salmuera de ella rociaren la casa, no se allegara y culebra ninguna. Y hace más, que si hollaren del polvo de ella en la garganta de cual animal quiere que tenga sanguijuela, mátala luego y hácela echar.
Y los que se trabajan de la obra mayor, suelven esta piedra y métenla en sus obras, y obran de ella de muchas guisas aquellos que saben la maestría.
Y las dos estrellas que son en uno, la una lucia y la otra no, y son ambas en la cabeza de Algol, han poder sobre esta piedra, y de ellas recibe la fuerza y la virtud. Y cuando son en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
Del signo de Tauro
Prólogo
Dichas son las treinta maneras de las piedras que se tienen con el signo de Aries, y mostrado hemos de cada una con cual estrella a su atamiento, y donde recibe la virtud y la fuerza con que hácelo sus obras en este mundo menor, que es del cielo de la luna ayuso. Mas los antiguos pusieron reglas generales por que los hombres pudiesen obrar más ciertamente de este saber. Y mandaron que, a cada un signo, catasen otrosí la planeta que había mayor poder sobre él, y según entendiesen en que era su estado de ella que así hiciesen sus obras. En el bueno para bien, y en el malo para mal, según se muestra en este libro, de cada una planeta en el lugar donde conviene. Y el que esto no sabe enteramente, no puede saber y atamiento que han las estrellas, unas con otras, ni el poderío que han en las cosas daca, ni cómo se cambian sus estados de una manera a otra. Y por ende tuvieron por bien que en todas las obras que son de los grados del signo de Aries, que parasen mientras a la planeta de la estrella que dicen Marte, y otrosí al señor de la faz en que es aquel grado, así que sea a la hora que quisieren hacer alguna obra con aquella piedra, y en alguna de sus dignidades, y sobre Tierra, y oriental, de guisa que no haya embargamiento ninguno, ca todo esto debe ser catado en las obras que quisieren que sean para bien, y en las del mal, el contrario. Y cuando todas estas cosas fueren catadas, juntarse han las virtudes de las estrellas con las de las piedras, de guisa que harán sus obras cumplidas, y llegará por este lugar el obrador a cumplir su voluntad de lo que quisiere obrar.
De la piedra a que llaman diamante
Tauro es el segundo signo de los doce que dijimos, y es otrosí departido en treinta grados, y cada un grado a su piedra conocida que ha atamiento con él, y de que recibe la virtud así como adelante será mostrado.
Y la primera piedra de ellas es a la que dicen en arábigo mez y en latín diamante. Esta piedra es de su natura fría y seca en el cuarto grado. Y es hallada en el río que es dicho Baribicen, que corre por aquella tierra a que llaman Horacin, pero ella no nace sino en la tierra que es seis meses día y seis noche. Y ningún hombre no puede llegar donde nace aquel río, porque hay muchas serpientes y otras bestias emponzoñadas de muchas maneras, y allí son las víboras que matan solamente de la vista. Ende, por eso no osan los hombres ir allá. Mas cuando aquel río crece, salen de él muchas acequias y argayos que traen estas piedras sobredichas consigo. Y como quiere que allí donde el río nace hay unas muy grandes, y otras pequeñas, como de otras piedras, no pueden traer estos aguaduchos sino las menores.
Ésta ha color que semeja al annoxatir claro, y semeja al hierro bruñido, y unas ya que tiran a color de cárdeno, y otras de amarillo, pero la mejor de ellas es la que semeja al vidrio, y algunos hombres hacen de vidrio contrahechas de ellas. Y el que quisiere probar cuál es verdadera o falsa, métalas ambas en el fuego, y la del vidrio se fundirá, y ella no, ca nunca el fuego le hace mal.
Y esta es piedra que quebranta todas las otras, horadándolas o tajando, y ninguna otra no puede tomar en ella. Y aun hace más esta piedra, que si con ella traen las otras, muélelas todas; pero hay una natura de plomo, a que dicen en arábigo azrob y en latín estaño, que quebranta esta manera de piedras de esta guisa; que envuelven el estaño en derredor de la piedra y dan con el martillo; quiebra luego, y desde que la han quebrada, si hicieren mortero y majadero de este plomo, puédenla y moler y hacer de ella polvos; y si de ellos meten con alguna casa al que ha piedra en la vejiga, quebrántasela luego y guarece. Y otro tal hace si toman un pedazo pequeño de ella y lo ponen en somo de un hierro delgado y lo metieren al hombre que ha la piedra en la natura, de guisa que la tanga, quebrántala luego. Pero esto no se debe hacer sino cuando los hombres son en duda de no sanar. Y los que quieren horadar o entallar las otras piedras, toman de ésta pedazos pequeños, muy delgados y agudos, y pónenlos en somo de unos astillejos de plata o cobre, y horadan o entallan con ellos las piedras que quieren entallar o hacer camafeos.
Pero esta piedra es así tosigosa, por razón de aquellas animalias emponzoñadas que se crían donde ella nace. Y porque estas piedras son siempre cuadradas y agudas, ráscanse aquellos animales a ellas y reciben de ellas ponzoña, así que cuando los hombres las meten en las bocas, si las y mucho tienen, cáenseles los dientes. Y hacen aún al peor, que si muelen de ella peso de una dracma con el plomo que dijimos, y la dan a beber a algún hombre, muere.
Y como quiere que ella sea de natura fría y seca, la su propiedad es ata que, el que la trae consigo ensáñase aína, y muévese a barajar, y a hacer toda cosa que sea de atrevimiento y de esfuerzo.
Y la estrella ardiente que es en el muslo diestro del brazo de Perseo, y la otra que es sobre la cabeza de esa misma figura, han poderío sobre esta piedra, y de ellas recibe su virtud. Y cuando ellas son en medio cielo, muestra esta piedra más su obra.
De la piedra que ha nombre aguquiriaz
Del segundo grado del signo de Tauro es la piedra a que dicen aguquiriaz, que quiere decir tanto en caldeo, como «vedador de engendramiento» en este romance. Ésta es de natura terrena, fría y seca, y muy fuerte en estas dos complexiones. Y su color es blanca, y ha en ella gotas blancas, así que nunca las hallan sino mezcladas de negro y de blanco. Es fuerte y dura de quebrantar, y oscura de luz que no la pasa el viso, pero cuando la pulen esclarece ya cuanto. Y es hallada en el Monte de la Luna, allí donde nace el Nilo.
Su virtud es tal que cualquier animal que la tenga, si es macho, no engendra, y si hembra, no recibe empreñamiento. Y si dieren a beber a cualquier de ellos, peso de seis dracmas, lo perderá por siempre. Y los físicos meten de esta piedra una poca en las medicinas que hacen por estancar las grandes malazones, ca por su natura las estanca muy fuerte.
Y la estrella que es en el muslo del brazo siniestro de Perseo ha poder sobre esta piedra, y de ella recibe su virtud. Y cuando es en el ascendente, muestra esta piedra más sus obras.
De la piedra a que llaman camorica
Del tercer grado del signo de Tauro es la piedra a que dicen camorica, que quiere decir tanto en caldeo, como «vinagrosa» en este romance. Y esto es por cuanto la traen con algún licor, lo que de ella sale, ha sabor como vinagre muy fuerte. Es de su natura fría y seca, y de color bermeja, y áspera de tiento, porque es muy porosa, pero con todo esto es muy dura de quebrantar. Y es hallada en tierra de Mezanabor, en el monte que se tiene con aquella ciudad, en unas cuevas que y ha. Y hallan de ellas grandes, y de ellas pequeñas.
Y los hombres de aquella tierra muélenlas, y mézclanlas con agua, y a cabo de seis días, es hecha vinagre muy fuerte. Y usan de ellas en sus comeres. Y los físicos métenlas en los jaropes y en las otras cosas para tajar las humores, porque los taja mejor y más aína que el otro vinagre. Y si echan de ello sobre paños que sea de lino, o de lana, tájalos y rómpelos. Y porque suelve los cuerpos fuertes, y los lava tollendo la suciedad de ellos, métenlas en el arte de alquimia los que se trabajan de ella.
Y las dos estrellas que son, la una meridional, y la otra septentrional, y están en la línea delantera de Azoraya, que llaman «las siete cabrillas», y es dentro en la figura de Tauro, han poder sobre esta piedra, y de ellas recibe la fuerza y la virtud. Y cuando estas ambas son en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que llaman fuludia
Del cuarto grado del signo de Tauro es la piedra a que dicen fuludia, que quiere decir tanto como «cogedor de leche». De su natura es fría y seca, y muy fuerte en estas dos complexiones. De color es muy blanca, tanto que semeja pedazo de nieve helada, y no ha claridad, ni la pasa el viso. Y es tan fuerte que no la vence otro cuerpo sino el diamante. Esta piedra es hallada en el monte de Acin, que es en tierra de Egipto, y lueñe de poblado bien cien mijeros. Y allí a cuevas en que crían culebras y otros vestiglos malos, y es hallada fuera de ellas, ca las sacan aquellas serpientes, y vénselas sacar aquellos que guardan los ganados, y tómanlas, y tráenlas a vender.
Y si la friegan con la leche, lo que ende sale cuaja toda la leche sobre que la pongan, y por ende, los de aquella tierra usan de ella en sus quesos, y en toda otra cosa de leche que quier
fuente:http://es.wikipedia.org/wiki/Lapidario
introduccion:
El Lapidario es un tratado médico y mágico acerca de las propiedades de las piedras en relación con la astronomía mandado escribir por el rey castellano Alfonso X el Sabio y redactado hacia 1250, aunque pudo ser traducido de nuevo, enmendado, añadido y reorganizado entre 1276 y 1279.[1] El libro se constituye en una summa de tratados griegos, helenísticos y árabes recopilados y traducidos, al parecer, por Yehuda ben Moshe ha-Kohen (Yehuda Mosca o «Mosca el Coheneso»), médico real y destacado astrónomo.
El manuscrito que lo ha transmitido (Ms. h-I-15 de la Biblioteca de El Escorial) está iluminado mediante alrededor de cincuenta miniaturas de animales del zodíaco. En este tipo de tratados medievales de origen árabe sobre las virtudes curativas y mágicas de las piedras, la astrología desempeñaba un gran papel, pues modificaba las propiedades de estas.
La obra fue ampliada en 1279 con el Libro de las formas e imágenes que están en los cielos, más conocido como Tablas del Lapidario, conservado también en la Biblioteca del Escorial con la signatura h.I-16.
LAPIDARIO:
Alfonso X Rey de Castilla
[Nota preliminar: presentamos una edición modernizada del Lapidario, manuscrito h.I.15 de la Biblioteca del Escorial, basándonos en la edición de Sagrario Rodríguez M. Montalvo («Lapidario» (según el manuscrito escurialense H.I.15), Madrid, Gredos, 1981), cuya consulta recomendamos. Con el objetivo de facilitar la lectura del texto al público no especializado se opta por ofrecer una edición modernizada y eliminar las marcas de editor, asumiendo, cuando lo creemos oportuno, las correcciones, reconstrucciones y enmiendas propuestas por Rodríguez M. Montalvo.]
ArribaAbajo I.- Libro de las piedras según los grados de los signos del zodíaco
(Lapidario atribuido a Abolays)
Prólogo
Aristóteles, que fue más cumplido de los otros filósofos, y el que más naturalmente mostró todas las cosas por razón verdadera, y las hizo entender cumplidamente según son, dijo que todas las cosas que son sólo velos se mueven y se enderezan por el movimiento de los cuerpos celestiales, por la virtud que han de ellos, según lo ordenó Dios, que es la primera virtud y donde la han todas las otras.
Y mostró que todas las cosas del mundo son como trabadas, y reciben virtud unas de otras; las más viles, de las más nobles. Y esta virtud parece en unas más manifiesta, así como en las animalias y en las plantas; y en otras más escondida, así como en las piedras y en los metales.
Y de éstas hicieron los sabios libros en que dijeron de los cuerpos celestiales que no son compuestos de los cuatro elementos; y eso mismo de los otros que de ellos se componen, así como de animalias, que son todas las cosas vivas que han alma de sentir y de mover. Y otrosí de las plantas que son de los frutos que nacen de la tierra, así como árboles y yerbas.
Y hablaron otrosí de las cosas más duras que se hacen de la tierra, así como piedras y metales. Y de cada una de estas hicieron libros. Mas, los que escribieron de las piedras, así como Aristóteles, que hizo un libro en que nombró setecientas de ellas, dijo de cada una de qué color era y de qué grandeza, y qué virtud había, y en qué lugar la hallaban. Y así hicieron otros muchos sabios que en estas cosas tangieron.
Mas entre aquellos hubo y algunos que se metieron más a saber el hecho de ellas. Y tuvieron que no les abundaba de conocer su color y su grandeza, y su virtud, si no conociesen cuáles eran los cuerpos celestiales con que habían atamiento, de que reciben la virtud porque se enderezaban a hacer sus obras, según el enderezamiento de los estados de los cuerpos de suso, en toda obra de bien o de mal.
Y entre todos los sabios que se más de esto trabajaron, fue uno que hubo nombre Abolays. Y como quiere que él tenía la ley de los moros, era hombre que amaba mucho los gentiles, y señaladamente los de tierra de Caldea, porque de allí fueran sus abuelos. Y porque él sabía hablar aquel lenguaje y leyola su letra, págase mucho de buscarlos sus libros y de estudiar por ellos; porque oyera decir que en aquella tierra fueran los mayores sabios que en otras del mundo.
Mas, por las grandes guerras y las otras muchas ocasiones que y acaecieron, muriera la gente, y ficaron los saberes como perdidos; así que muy poco se hallaba de ello. Y este Abolays había un su amigo que él buscaba estos libros y se los hacía haber.
Y entre aquellos que buscó, halló éste, que habla de trescientas sesenta piedras, según los grados de los signos que son en el cielo ochavo. Y dijo de cada una de cuál color y cuál nombre, y qué virtud ha, y en qué lugar es hallada, y de la estrella de la figura que es en el grado de aquel signo donde ella recibe fuerza y virtud. Y esto según el sol corre en todo el año por los grados de las figuras de los doce signos, que se hacen por todos trescientos sesenta, que son todos figurados de estrellas menudas, y otras figuras muchas que están en el ochavo cielo, que son figuradas otrosí de estrellas; las unas a parte de Septentrión, que es a la estrella que llaman Trasmontana, y las otras a parte de mediodía, que son de ellas dentro en los signos, y las otras de fuera de ellos, así que se hacen por todas con los signos, cuarenta y ocho.
Ende cuando Abolays halló este libro, fue con él muy ledo, ca tuvo que hallara en él lo que codiciara hallar de este saber de las piedras. Y desde que hubo por él mucho leído, él entendió lo que en él era, trasladolo de lenguaje caldeo en arábigo. Y en su vida puñó de probar aquellas cosas que en él yacen, y hallolas ciertas y verdaderas, ca él era sabidor del arte de astronomía y de la natura de conocer las piedras.
Y después que él murió hizo como perdido este libro muy gran tiempo, de guisa que los que habían no entendían bien, ni sabían obrar de él así como convenía. Hasta que quiso Dios que viniese a manos del noble rey don Alfonso, hijo del muy noble rey don Ferrando V y de la reina doña Beatriz, el Señor de Castilla, de Toledo, de León, de Galicia, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, y del Algarbe. Y halló en siendo infante, en vida de su padre, en el año que ganó el reino de Murcia, que fue en la Era de.
Y hubo en Toledo, de un judío que él tenía escondido, que no se quería aprovechar de él, ni que a otro tuviese pro. Y de que este libro tuvo en su poder, hízolo leer a otro su judío, que era su físico y dícenle Yudah Mosca el Menor, que era mucho entendido en el arte de astronomía, y sabía y entendía bien el arábigo y el latín.
Y de que por este judío, su físico, hubo entendido el bien y la gran pro que en él yacía, mandóselo trasladar de arábigo en lenguaje castellano por que los hombres lo entendiesen mejor y se supiesen de él más aprovechar.
Y ayudole en este trasladamiento Garci Pérez, un su clérigo que era otrosí mucho entendido en este saber de astronomía. Y fue acabado de trasladar el segundo año que el noble rey don Ferrando, su padre, ganó la ciudad de Sevilla.
Y este libro es muy noble y muy preciado. Y quien de él se quisiere aprovechar conviene que pare mientes en tres cosas. La primera, que sea sabidor de astronomía, por que sepa conocer las estrellas, en cuál estado están, y en cual sazón viene mayor virtud a las piedras de ellas, según la virtud que reciben de Dios. La segunda cosa es que sepan conocer las piedras y las colores, y las facciones de ellas; y otrosí que sepan ciertamente los lugares señalados donde se crían o se hallan, y extremar la contrahecha de la natural, y departir otrosí las que naturalmente se semejan en uno, conociéndolas por peso y por dureza, y por las otras señales por que se pueden conocer a hombre que fuere entendido en este saber. La tercera cosa es que sea sabidor del arte de física, que yace mucho de ella encerrada en la virtud de las piedras, según en este libro se muestra. Y que sepa de ellas obrar así como en el manda. Y que sea de buen seso por que se sepa ayudar de las cosas que hacen pro, y se guarde de las que tienen daño. Y obrando de esta guisa llegará a lo que quisiere hacer por ellas, y verá cosas maravillosas de la su virtud, que recibe de Dios, porque hará a loar y bendecir el su nombre que sea venido por siempre jamás, amén.
Del signo de Aries
De la piedra a que llaman magnitad en caldeo y en arábigo, y en latín magnetes, y en lenguaje castellano imán
El signo primero es el de Aries, que quiere tanto decir como figura de carnero. Y es casa de Marte, y exaltación del sol. Y según la complexión que él muestra en todas sus obras es caliente y seco.
Y la piedra que es en el primer grado de él llámanle magnitad en caldeo y en arábigo, y en latín magnetes, y en lenguaje castellano imán. Y esta piedra es negra en su color, pero tira un poco a bermejura. Y hay algunas en que parece color cárdena como de azul, y éstas son las mejores. Y como quiere que la mina de estas piedras es hallada en muchas partes, la mejor de todas es la de tierra de India que hallan cabo la mar. Esta piedra ha naturalmente virtud en sí de tirar el hierro con muy gran fuerza. Y porque semeja gran maravilla a los que no saben la natura de las propiedades de las cosas, que esta piedra, que es caliente y seca, pueda tirar el hierro que es frío y seco, decimos que no se deben maravillar por ello; casi bien parar en mientes a los dichos de los sabios, hallarán que todas las cosas que tiran unas a otras, lo hacen en dos maneras; o por semejante o por el contrario. Y de esto mostraron los sabios muchas razones que no conviene que sean puestas en este libro, ca asaz abunda lo que se aquí dice para todo hombre entendido, ca por la propiedad de esta piedra pueden conocer todas las otras. Y el tirar que ésta hace es según la cuantía de ella a la del hierro que tira; así que en tierra de India, en el monte donde las hallan, que es cerca de la mar, a las naves que cabo de ella pasan, tira todos los clavos de ellas por fuera de la parte donde está la peña, así que los hace ir como saetas; y si están bien reblados que no los puede extender y sacar, hace ir las naves contra sí tan de recio que se pecían en las peñas y perecen. Y es gran maravilla que el hierro, que vence todos los otros metales por fortaleza que ha en sí, véncelo esta piedra por su propiedad y hácelo venir contra sí obediente. Y por esto se muestra que este tirar es más por fuerza de contrariedad que de semejante. Y tan gran es la virtud que recibe de esta piedra el hierro que se llega a ella, si es bien fina, que tira otros hierros más pequeños que sí, de guisa que se apegan a él bien como a la piedra. Y de esta manera puede tirar muchos hierros, apegándose unos a otros hasta tamaña cantidad cuanto pueda sufrir. Y esta virtud es tan probada y tan manifiesta que sin lo que ve hombre por los ojos, teniendo la piedra en la una mano y el hierro en la otra siente en cómo se va pegar en ella, y el un hierro en el otro.
Y si hombre quisiere que esta piedra pierda su virtud, métala en agua de ajos o de cebollas, de guisa que esté cubierta toda tres días y tres noches, y la perderá. Y si quisiere que la cobre, métala otros tres días y tres noches en sangre de cabrón; que esté otrosí toda cubierta, y la cobrará, mudando la sangre cada día.
Y en esta piedra ha otrosí otra gran maravilla; que si la meten en un terrazo, en horno que sea de fuerte fuego, y esto hicieren cuatro vegadas, cambiándole cada vez aquel terrazo por otro nuevo, y desde que fuere quemada y la sacaren del horno, y la pusieren cabo de ella un poco de azufre, y rociaren la piedra con agua, saldrá de ella fuego tan fuerte que quemará muy lueñe a toda cosa que alcance que pueda quemar. Y esto hace porque ella es caliente y seca; y cuando la queman, enciérrase en ella la virtud del fuego y encúbrese; y por ende huye del agua que es el contrario de ella, fría y húmeda, y ayúntase con la azufre, que es a su semejante caliente y seca. Y de esta guisa, huyendo muy de recio de su contrario, que es más fuerte que sí, y juntándose con gran fuerza a su semejante, quema muy de lueñe, así como es dicho de suyo.
Y si quisiere hombre que pierda esta quemazón, eche sobre ella olio, de cual natura quiere, y la perderá.
Y esta piedra ha virtud en sí que, aquel que la trajere consigo, si fuere hombre flaco de corazón, dar la esfuerzo, y si fuere esforzado, esforzarla más. Y en el arte de física es muy provechosa, ca si a algún hombre dieren a beber limadura de hierro, o alguna otra manera de tósigo en que haya hierro mezclado, o fuere herido con hierro emponzoñado, moliendo de esta piedra, y haciendo la polvos, y mezclándola con cual olio quisiere, y dándola a beber al que lo es entosigado, saldrá el tosco por parte de yuso, y sanará luego. Eso mismo hará si la pusieren molida sobre la llaga del que fuere entosigado.
Y el que quisiere saber con cuales estrellas a esta piedra su atamiento, y de que recibe la fuerza y la virtud, sepa que son aquellas tres que están en paz y siguen al nudo del filo de la figura de Piscis, y la una de ellas es en cabo de la cola de un pez. Y la propiedad que ellas han de tirar el hierro es por la virtud que reciben de estas estrellas. Y cuando la mediana de ellas sube en el horizonte, de parte de Oriente, hará mayor fuerza, y más virtud en todas estas obras que hemos dichas.
De la piedra a que dicen zurudica
Del segundo grado del signo de Aries es la piedra a que dicen zurudica, que quiere decir «deshacedor del hígado». Y esta piedra es cárdena en su color, así que semeja al zafiro en la cardenor, más no en la luz, ca a ésta no traspasa el viso como al zafiro hace, ca la su color es mucho espesa y turbia. Pero hay algunas en que hallan grano blanco como gotas, y éstas son las mejores.
Y hállanlas en Tierra de Promisión, en la ribera de un río que dicen Alberich, que corre entre dos montes, lueñe de poblado.
Esta piedra, de su natura es caliente y seca. Y su propiedad es que el que la trae consigo a gran miedo sin razón, a menos de ver por qué. Y según natura de física, para obrar mal ha tal virtud, que cuando la pulen o la muelen, y de aquellas puliduras o moleduras dieren a alguno a beber cantidad sabida, le deshará todo el hígado, saliendo sangre por de yuso, así que nunca le quedará hasta que muera. Y si hígado de algún animal pusieren en un bacín, y la piedra con él, la deshará todo y la tornará en sangre corriente.
Y la estrella mediana de las tres que son en la cinta de la mujer cadenada, ha poder sobre esta piedra y de ella recibe su fuerza y su propiedad. Y cuando esta estrella fuere en el ascendente hará esta piedra mayor fuera, y mostrará más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que dicen gagatiz en caldeo y en latín gagates
Del tercer grado del signo de Aries es la piedra a que dicen gagatiz en caldeo, y en latín gagates. Este nombre a ella de un río en que la hallan a que dicen Gaga; y le dice en otrosí río de infierno, y corre cabo la casa del Templo. A esta piedra no pasa el viso, ca es de color de greda turbia. Y hállanla otrosí en España, en unos montes que son cerca de Zaragoza, en un lugar que dicen Diche, y otrosí en el monte que es cabo Granada a que llaman Soler, en unas cuevas que y ha. Pero también las de Zaragoza, como las de Granada, son pocas, y no son tan buenas como las que hallan en el río de Gaga.
Esta piedra es de su natura caliente y seca. Y ha tal propiedad que, cuando la pulen, y dan lo que de ella sale a beber a algún hombre a que huela mal el cuerpo, por razón de sudor, tólleselo, y hace que huela bien. Y aun sin ésta, a otra propiedad, que si la ciñeren sobre el vientre a hombre que haya en los intestinos gusanos a que llaman simiente de calabazas, hácelos todos morir y echarlos por de yuso. Y la estrella que es sobre la muñeca del brazo diestro de la «señora que está en la silla asentada», ha poder sobre esta piedra y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y cuando ella fuere en el ascendente hará esta piedra mayor fuerza y mayor virtud, y mostrará más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que dicen miliztiz
Del cuarto grado del signo de Aries es la piedra a que dicen miliztiz, que quiere decir tanto en caldeo como «madurador de postemas».
Ésta es de color cárdena, que semeja de azul; y quebrántase aína, y muélese entre los dedos. Esta piedra es hallada en el monte que cerca la Casa del Templo, en unos lugares que ha y que semejan cuevas, y quien entra dentro siente cuerno calentura de baño y como olor de humo. Y hay de estas piedras grandes y pequeñas, y las que han en sí blanco mezclado con el cárdeno son mejores. Y cuando esta piedra pulen, hácese clara y lucía así como las otras piedras. Y ha tal propiedad que tira los fustes de la cicuta, así como el imán tira al hierro.
Y en razón de física hace gran pro, ca el quien la moliere y la amasare con algún licor, y la pusiere sobre la postema, hácela madurar luego. Y si la colgare sobre ella hace eso mismo. Y quien quisiere de ella mal obrar, y la diere a beber a algún peso de seis dracmas, morirá saliendo benigno de él por de yuso; más si bebiere menos de esta cuantía, escapará. Y al que entendieren que la ha bebido, y dieren a beber cual olio quiere, no hará mal y guarirá muy bien.
Esta piedra es de su natura caliente y seca. Y la virtud y la fuerza que ha es de la estrella meridional de las tres que son sobre el cinto de la mujer cadenada que nunca conoció mando. Y cuando es en medio cielo, muestra más su obra.
De la piedra a que dicen centiz
Del quinto grado del signo de Aries es la piedra a que dicen centiz. Y es hallada en tierra de India, en una isla por donde corre un río que ha así nombre; y hállanla en las riberas de aquella agua. Y es de color tan verde que tira ya cuanto contra negro.
Esta piedra es muy fuerte, y pesan ciento y veinte dracmas. Y cuando la limpian, puliéndola, cátanse los hombres en ella así como en espejo de alinde. Y es otrosí es de su natura caliente y seca.
Y ha en sí tal propiedad que, si la tuviere la mujer colgada sobre sí, o engastada en sortija, cuando yaciere el varón con ella, nunca se empreñará sino de maslo. Eso mismo hará cualquier animal sobre que la colgaren.
Y esta virtud recibe de la estrella que es en el retornamiento del río, la que tañe en los pechos de Caytoz. Y cuando es esta estrella en medio del cielo, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que llaman movedor
Del sexto grado del signo de Aries es la piedra que es dicha movedor. Y ha este nombre porque, cuando la pulen, y toman lo que sale de ella, y lo dan a beber a mujer que sea preñada, morirá luego la criatura, y la echará de sí muerta o viva, de cual guisa quiere que esté. Y eso mismo hace si la tuviere colgada. Otro tal hará a toda animal que de ella beba o se la cuelguen de suso. Esta virtud es mala para las mujeres que tienen los hijos vivos en los vientres y no los querrían perder, y buena para las que los tienen muertos y no los pueden echar, o son tan flacas que no pueden parir.
Y el color de esta piedra es mezclada de verde con bermejo, pero la verdura de ella es tan flaca que tira a amarillo, y otrosí la bermejura es tan poca que semeja al agua de la carne cuando la echan en sal.
Y la estrella que sigue a la que es en el retornamiento del río ha poder sobre esta piedra y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y cuando ella fuere en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que dicen goliztiz
Del séptimo grado del signo de Aries es la piedra que dicen goliztiz. Y este nombre ha de un río, que es así llamado, en que la hallan, en las riberas de la mar de India. Y porque no es hallada en otro lugar sino allí, por eso no lo ha otro nombre sino según el río.
De natura es caliente y seca, y de color parda mezclada con amarillo, pero la amarillor es más que la pardura. Su propiedad es que si pusieren de ella pesante de diez dracmas, tira de cobre o alambre, pesante de media, así como el imán tira al hierro; y según esta cuantía, tira más o menos. Y aún ha otra virtud; que si tomaren de ella peso de media dracma, y la echaren sobre diez de plata fundida, la tornará de color amarilla, y si esto hicieren tres veces o cuatro, tornará de color amarillo, y si esto hicieren tres veces o cuatro, tornará de color de puro oro y sufrirá fundición de fuego por siempre jamás, pero no es oro natural; y esto hace porque ha en ella natura de azufre bermejo.
Y en el arte de física ha esta virtud; que si tomaren de ella peso de dos granos de hordio, y la molieren, y la mezclaren con agua dulce, y la metieren en las narices del que nace con la enfermedad a que llaman demonio, sanará de la primera vez, o al más tarde a la segunda.
Y la estrella delantera de las dos que son en el cuerno del signo de Aries, y la otra que es en el pescuezo de esta figura han poder sobre esta piedra y de ellas recibe su virtud. Y cuando estas estrellas fueren en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que llaman telliminuz
Del ochavo grado del signo de Aries es la piedra a que dicen telliminuz. Esta piedra es de su natura caliente y seca, y la su sequedad es en el cuarto grado. Negra es de color, y parece en ella ya cuanto de lo bermejura, así que semeja a los granos de la pimienta. Es fuerte y muy dura, así que no se puede quebrantar con ninguna cosa, sino con el latón amarillo que es tinto con la atutía de Alejandría. Y esto la quebranta de esta guisa; que cuando el latón llega a la piedra, quiebra ella luego.
Ésta es hallada en tierra de los negros, en ribera de un río que pasa por aquellos lugares donde estas piedras son; y hállanlas de departidas colores y facciones, más hállanla siempre en forma redonda y llana, hecha como tortilla, y de ellas grandes, y de ellas pequeñas. Y la virtud de ella presta mucho en el arte de física, casi la ponen sobre herida o sobre llaga sana muy aína, sin hacerse en ella benigno ni postema. Y si la cuelgan sobre ella, hace eso mismo.
Y la estrella que es sobre la cabeza de la figura de la mujer que está asentada en la silla, y la otra que está en el recodadero de esa misma figura, y llámanle la Palma Tinta, han poder sobre esta piedra, y de ellas recibe la fuerza y la virtud. Y cuando a más fueren en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que dicen milititaz
Del noveno grado del signo de Aries es la piedra a que dicen milititaz. Ésta es de su natura caliente y seca. Y hállanla en las islas de una tierra que ha nombre Cin, en un lugar por donde corre un río que dicen Río de la Miel. Esta piedra es liviana de peso y muy porosa, y nunca la hallan sino en figura cuadrada. Bermeja es de color, más no mucho, ca tira una gran partida a color amarillo, y de ellas ya que las hallan todas amarillas. Y su propiedad es tal que si la pulen con alguna cosa, sale de ella sabor dulce como miel.
Y en el arte de física hace esto gran pro, casi lo dieren a beber a hombre que haya tos, u otra dolencia en los pechos, al muy gran pro y sana luego. Y si la colgaren sobre aquel lugar donde fuere la dolencia hará eso mismo, pero no tan aína.
Y la estrella delantera de las tres siguientes que son en la figura del río ha poder sobre esta piedra y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y cuando esta estrella fuere en medio del cielo mostrará esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra que huye de la leche
Del deceno grado del signo de Aries es la «piedra que huye de la leche». Ésta es caliente y seca de su natura. Y es negra de color y porosa, de guisa que recibe por ende gran liviandad. Y es en tiento áspera y ligera de quebrantar. Y hállanla en la ribera de un río que ha nombre de Isia, que es en tierra de Egipto.
Y su propiedad es tal, que si la ponen cerca leche de cual animal quiere, salta la piedra y huye muy de recio de ella, así que por ninguna manera no se quiere con ella juntar; y esto es por la enemistad que a con ella según su natura.
Y ésta es en el arte de física muy buena, casi la molieren, y la destemplaren con el vinagre, y untaren con ella cualquier de las morfeas o alba, o negra, sánala luego.
Y la estrella que es en la rodilla diestra de la mujer cadenada ha poder y señorío sobre esta piedra, y delta recibe la fuerza y la virtud. Y cuando ella fuere en el ascendente mostrará esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que dicen aljófar
Del onceno grado del signo de Aries es la piedra a que llaman aljófar. Ésta es de su natura caliente y seca. Y hállanla en muchas partes, que son en la gran mar que cerca el mundo en derredor, en unas conchas muy grandes en que se crían ellas de esta guisa; que, cuando vienen los vientos de Septentrión ábrense y cogen aquella humedad que aducen. Y, con aquellas gotas de rocío que en ellas caen, ciérranse y van de noche al fondo del agua; y, cuando viene el día, salen y páranse contra sol, y ábrense y cogen gran pieza de la calentura de él, después desciéndense al fondo; y eso mismo hacen a la tarde, cuando se pone el sol. Y desde que entienden que aquella agua es cuajada alívianse, así que las ondas de la mar las empujan tan fuerte que las echan a la orilla. Y cuando se encogen, tíranlas consigo, y cuando se extienden envíanlas hacia fuera. Y trayéndolas de esta guisa, hácense redondas y hermosas, y lucias. Y cuando mayores son, y más blancas, y más claras, tanto valen más.
A esta piedra, maguer es muy blanca, no la pasa el viso porque es la blancor de ella espesa, pero es muy lucia de so, bien como si fuese pulida. Y las que de ellas salen de mala color o turbias, o de mala facción, que no son bien redondas o llanas, no es sino por yerro de la crianza de las conchas, que no reciben el aire o la calentura del sol tanto como deben, ni en aquella sazón que conviene, ni se dejan traer a las ondas de la mar por que se hagan redondas.
Esta piedra es muy noble y muy preciada de los hombres. Y ha en ella gran virtud, ca la aman todos los que la ven por la forma y por la hermosura que ha de sibse1, y que no ha mester ayuda de obrador. Y précianla mucho los grandes señores ca ella es contada en una de las nobles.
Y en el arte de física es muy buena, ca presta mucho a la tremor del corazón y a los que son tristes o medrosos, y a toda enfermedad que venga por melancolía, ca ella limpia la sangre del corazón y esclarécela, y tolle la turbiedad toda de ella; y por eso hace pro a estas cosas que son dichas. Y por ende, los físicos métenlas en sus medicinas y en los electuarios con que sanan estas enfermedades, y dándoselas a comer. Y otrosí hacen polvos de ellas, que ponen en los ojos porque esclarece mucho el viso, esforzando los nervios, y tollendo los vahos, y enjugando la humedad que desciende a ellos. Y si esta piedra desataren de manera que se torne agua, y untaren con ella la m, la sanará de la primera vez. Eso mismo hará metiéndola en las narices del que a dolor en la cabeza por movimiento de los nervios de los ojos. Y el que esta piedra quisiere desatar, muélala mucho, y de sí amásela con el agua del amargo de la cidra, y póngala en vaso de tierra vidriado, y cúbrala con aquella agua, y cuélguelo sobre otro vaso de vinagre muy fuerte, y cierre las bocas de los vasos muy bien, y sotiérrelos en estiércol húmedo, y déjelos estar así hasta catorce días, y a cabo de aquel plazo hallará aquella piedra tornada en agua.
Y la estrella que es a parte de mediodía del triángulo que es en el retornamiento tercero de la figura del Dragón, y la otra que es en los pechos de la que está asentada en la silla, éstas han poder sobre esta piedra, y de ellas recibe la virtud. Y cuando estas ambas fueren en medio del cielo, mostrará esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que dicen anetatiz
Del doceno grado del signo de Aries es la piedra a que dicen anetatiz, que quiere decir «piedra sanguina». De su natura es caliente y seca. Y es de color lo bermeja y oscura que tira contra sanguino. Y es espesa, que no la pasa el viso, y fuerte, y muy pesada. Y cuando la pulen, lo que sale de ella semeja sangre, en color y en todas sus cualidades.
Y su virtud es tal, que si la cuelgan sobre las pastemos que salen a fuera, deshácelas en un día, y mayormente si las untan con la pulidura que de ella sale. Y si echaren de esto que semeja sangre en los ojos que han lágrimas, védalas. Y presta a todas las enfermedades de los ojos que son por humedad, y esto es por la gran calentura y sequedad que ha en ella. Y hace aun más; que aquel que la cata cada día en la mañana, cuando se levanta, es seguro de no haber postema en los ojos.
Y las dos estrellas, que es la una contra Septentrión, y la otra contra mediodía, que son sobre la boca del signo de Aries, han poder sobre esta piedra y de ellas recibe su virtud. Y cuando éstas fueren en el ascendente o en medio cielo, entonces mostrará esta piedra más sus obras.
De la piedra a que dicen beruth
Del treceno grado del signo de Aries es la piedra a que dicen beruth; y ha otro nombre, que le llaman acin porque la hallan en un monte que ha en tierra de Egipto a que dicen de esta guisa. Y los egipcianos llámanle la «nieve de Azuz» y esto es porque ha color blanca; pero ha en ella ya cuantas venas amarillos.
Piedra es muy liviana y ligera de quebrantar, porque se quebranta muy de rafez con que quiere. Y hallan sobre ella una color que semeja al polvo que está sobre las paredes del molino. Y esto recibe ella de la natura del rocío de aquella mar, cerca donde las hallan. De su natura es caliente y seca. Y cuando la quieren probar si es buena, ponen de ella sobre la lengua y sienten como que muerde por la agudeza que ha en ella.
Y ha tal virtud que, cuando la muelen, y ponen el polvo de ella sobre las postemas, hácelas abrir en un día. Y si los pusieren sobre llaga en que haya carne podrida, tóllela de esa guisa misma. Y hace aún otra cosa muy fuerte; que si la trajere consigo hombre muy grueso, enmagrecerla aína sin daño que haga. Y por ende es buena para los hombres además gruesos que quieren enmagrecer aína y sin trabajo.
Y la estrella mediana de las tres que son en la boca de Caytoz, y es aquella que está en medio, y la otra septentrional de las que son sobre el ojo, y la sobreceja de esa misma figura, aquella que parece que está sobre los cabellos, estas ambas han poder sobre esta piedra y de ellas recibe su virtud. Y cuando fueren en ascendente, mostrará esta piedra más su virtud.
De la piedra a que llaman piedra de cinc
Del catorceno grado del signo de Aries es la piedra a que dicen «piedra de cinc» porque la hallan en aquella tierra que ha así nombre. Y la gente de aquel lugar dícenle ratiz, que quiere decir tanto como «hueca» de dentro. De su natura es caliente y seca, y de color parda con venas negras. Y es fuerte y dura de quebrantar, y cuando la quebrantan, hállanla vacía de dentro.
Y ha tal virtud que si la cuelgan al cuello de aquel que hubiere la postema a que llaman esquinancia, sana luego; y si la molieren y se la dieren a beber, hará eso mismo. Y demás a otra propiedad mucho extraña, ca huyen las moscas del lugar donde ella está; y por ende los de aquella tierra hacen vasos y escudillas de ella, en que tienen sus comeres. Y aun sin esto hace otra cosa, que si la ponen en olio de olivas, deshácese luego e incorpórase con él.
Y la estrella que se abaja contra la parte de Septentrión, y es en la cinta de la dueña que está asentada sobre la silla, ha poder sobre esta piedra, y de ella recibe su virtud. Y cuando esta estrella fuere en ascendente, mostrará esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra que tira el oro
Del quinceno grado del signo de Aries es la «piedra que tira el oro». Y es de su natura caliente y seca, y de color amarillo que tira ya cuanto a parda; y cuando el hombre toma en la mano, siéntela lezne y como blanda.
Esta tira el oro y hácele que él obedezca, bien como el imán tira al hierro. Y si limaren el oro, y mezclaren las limaduras de él con tierra o con otra cosa, y tangiere la piedra a ello, apartará el oro de las otras cosas con que estuviere mezclado, y apegarse todo a ella. Y de esta piedra usan mucho los orebces, o aquellos que quieren el oro apurar. Y si la queman así como la que dijimos que tira el hierro, hará mayor poder de quemar que ella. Y aún ha esta piedra otra virtud que da muy gran alegría al corazón, así que el que la cata de mañana andará alegre todo aquel día, si no le hicieren soberanía grande por que entristezca.
Y la estrella mediana de las tres que son en el espacio del retornamiento del río ha poder sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando esta estrella fuere en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra que chupa la sangre
Del deciseseno grado del signo de Aries es la «piedra que chupa la sangre». Ésta es de su natura caliente y seca. Y hállanla en algunos lugares, en las partes de Oriente. Su color es verde y ha en ella una mancha bermeja, y quien la toma en la mano, hállala áspera y fulana porque es porosa. De facción es, de la una parte llana y de la otra redonda, en figura de media espera.
Su propiedad es tal, que si rompen el cuero a cual animal quiere y la ponen allí, tira la sangre por muy gran fuerza. Y esto hace en el cuerpo vivo, más no estando la sangre apartadamente. Y quien quisiere saber la cantidad de la sangre que tira, débela pesar cuando la hubiere tirada, y después métala en agua caliente, y saldrá de ella toda aquella que ha tirado, y ficará como antes era; y pésela entonces otra vez, y sabrá la cuantidad de la sangre que tiró.
Y la estrella que se abaja a la parte de mediodía, que está en el pie diestro de la mujer cadenada, ha poder sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando ella es en el ascendente muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra que parece en la mar cuando sube Marte
Del deciseteno grado del signo de Aries es la «piedra que parece en la mar cuando sube la planeta que dicen Marte», y escóndese cuando se ella pone. Ésta es de su natura caliente y seca. Y es hallada en la mar, cabo de Occidente. Su color es bermeja y clara a manera de fuego, y siempre la hallan en figura redonda, y no de otra guisa. Y cuando Marte parece sobre Tierra, sale esta piedra sobre la mar, y nada sobre las ondas; y cuando se pone, desciéndese y va al fondo del agua; y siempre anda de esta guisa, subiendo y descendiendo. Y nunca esta piedra pueden tomar sino cuando Marte es sobre Tierra.
Y ha en ella un lucimiento que parece como relámpago o brasa de fuego ardiente, y la que es buena de ellas da lumbre de noche como candela. Y este lucimiento ha cuando Marte es sobre Tierra, y cuando se pone, entúrbiase luego como otras piedras, y oscurece. Ésta es de las grandes maravillas que parece por la propiedad que han las planetas sobre las piedras y las minas, por la virtud que Dios puso en ellas. Y por ende, ha tal propiedad esta piedra que el que la trae, obedécenle los leones así que los puede tomar a manos y no harán mal, porque el león, cuando la ve, pierde toda la fuerza y no ha en sí poder.
Y la estrella que es en medio de las tres que son en el fondón del triángulo, ha poder sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando ella es en medio del cielo, muestra esta piedra más su obra.
De la piedra que tira el vidrio
Del deciocheno grado del signo de Aries es la «piedra que tira el vidrio». Ésta es de su natura caliente y seca; de color es parda, y ha en ella venas negras. Y es pesada y de tiento áspera, y hácense en ella unas hendiduras. Y esta piedra no es hallada en otro lugar sino en un monte que es en Cecilia, a que llaman Vulcán, que arde siempre. Y es tal su propiedad que no la puede fuego que mar por yacer siempre en él, ni puede nunca mudar su color.
Y aún ha otra propiedad, que el vidrio la obedece, y tíralo así como el imán tira el hierro, y el tirar que hace es de la cuantía de sí misma, y por ende es contada entre las piedras tiradores. Y si la llegan cerca alguna obra que sea de vidrio, vasos u otra cosa, quiebran luego. Y si la paran a la boca del horno en que este vidrio hácelo saltar fuera, quiere sea caliente o frío. Y esta virtud hace ella según la grandeza, o el peso que ha. Y otrosí a otra propiedad, que el que la trae consigo es seguro de no haber gota a los pies ni en las coyunturas; y esto es porque esfuerza aquellos lugares o la gota puede venir. Y si ante la gota viniere, maguer que no se la pueda toller del todo, mejora mucho en la enfermedad, y si la trajere luengo tiempo, puede sanar de ella.
Y la estrella que es en la postrimería del espinazo del signo de Aries, y la otra que es en el pie diestro de la mujer cadenada, han poder sobre esta piedra y de ellas recibe su virtud. Y cuando estas ambas fueren en medio cielo, mostrará esta piedra más sus obras.
De la piedra que ha nombre annora
Del decinoveno grado del signo de Aries es la piedra a que llaman annora, que quiere tanto decir, en caldeo, como «piedra caliza» en este lenguaje, porque lo ésta es aquélla de que hacen la cal. De su natura es caliente y seca, y hállanla en los más lugares de la tierra, ca en todas las fuertes labores que los hombres han de hacer, se ayudan mucho de ella porque junta muy fuerte las piedras unas con otras, y cierra los lugares horadados, de guisa que no puede salir por y el agua, y por ende adoban los hombres con ésta caños y cierran las naves, y pónenla en toda otra cosa que quieren que el agua no sume. Y esta piedra, cuando la queman, enciérrase el fuego en ella hasta que él echan y agua de suso, y entonces demuestra la calentura que tiene en sí encerrada, porque sale de ella vaho como de humo. Y si ponen de cerca y azufre, sale de ella fuego que quema, pero no tanto como las otras piedras quemadores de que nombramos de algunas, y nombraremos adelante, en el lugar donde conviniere. Y esta piedra, cuando la vuelven con el azarnech, y untan con ella los cabellos de cual animal quiere, ráelos todos en poca de hora. Y si mucho y la dejan estar, desuella el cuero. Y es así como gran tósigo, ca si estas piedras ambas molieren y destemplaren en uno, como conviene, y dieren el agua de ellas a beber a alguno, horada la vejiga y hace llagas en los intestinos, y daña el hígado de gran dañamiento. Pero en esta piedra que es dicha hay gran provecho, ca si la molieren con olio, haciendo de ella ungüento, y untaren con él las grandes llagas y anchas, júntanse aína y sanan muy bien.
Y la estrella que es sobre el tobillo del postrimero pie del signo de Aries ha fuerza y señorío sobre esta piedra, y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y cuando ella fuere en medio del cielo mostrará esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que llaman yzf
Del veinteno grado del signo de Aries es la piedra a que dicen yzf, y es ha que nos llamamos jaspe. Esta piedra es de su natura caliente y seca. Y es otrosí de muchas guisas, pero las mejores son cinco. La primera de éstas es de color de prasma verde, que cuidan algunos hombres que es esmeralda, no fina, porque no ha el color tan claro como ella. Y en esto yerran en su cuidar, ca esta piedra su natura ha por sipse2 que no tañe nada a la esmeralda, y eso mismo es del jaspe verde, que semeja a la prasma y no es por eso de su natura ni de su complexión ni ha las propiedades que ella, según se mostrará adelante en este libro.
La segunda manera de jaspe es que ha color de vino espeso, pero es clara que la pasa el viso. La tercera manera es el que ha color de aire. La cuarta ha color de humo, y ésta es la más útil de todas. Y la quinta es de muchas colores y espesas, pero ha en ella vías blancas y lucientes que las pasa el viso. Y de cada una diremos en su lugar que propiedad ha, o con cuales estrellas a su atamiento, donde recibe la virtud.
Mas primeramente queremos hablar de la propiedad que ha en sí este jaspe de cual manera quiere que sea. Y decimos que las más de estas son claras de color que pasa el viso. Y las otras que son turbias, son lucias, de guisa que todas parecen bien a los que las ven. Y los mejores de estos jaspes hallan en una isla que dicen Sarandin, en la ribera de un río que corre por aquella tierra donde son halladas otras piedras de muchas naturas y muy nobles de que hablaremos adelante en este libro. Mas en este lugar queremos decir de este jaspe, y señaladamente del que es verde de color pero ya cuanto oscuro. Y siempre lo hallan en forma luenga más que ancha ni redonda. Y su virtud es tal que el que trae colgado al pescuezo, presta a las enfermedades del tragadero, ca por su natura tolle los dolores de estos lugares, y sánalos aína. Y aún ha otra propiedad, que si la hombre cata cada día, en la mañana, esfuerza el viso y conhorta el espíritu del que la trae, y dale alegría.
Y la estrella que es sobre el anca postrimera del signo de Aries ha poder y señorío sobre esta piedra y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y cuando esta estrella fuere en el ascendente muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra que ha nombre cuminon
Del veintiún grado del signo de Aries es la piedra a que llaman cumynon, de que ya mentamos en este libro que es la segunda manera de jaspes. Y ésta es de color de vino blanco que tira a amarillo, y esta amarillor es mezclada ya cuanto con bermejo. Y hállanla en la ribera de la isla de Sarandin. Y la figura de ella es redonda, más no mucho. Y es hermosa y muy clara, y pásala el viso. Y es más preciada esta manera de jaspes que las otras de que hablamos. Y ha tal virtud que el que la trae consigo guarda de aquella enfermedad a que llaman «caduca». Y otrosí es buena para aquellas enfermedades que vienen por melancolía, ca las tolle esforzando el corazón y alegrando. Y hace otra cosa, que si la muelen, y la dan a beber al que a los intestinos llagados, sana mucho aína. Y por ende los físicos la meten en los electuarios y en otras medicinas por esforzar el corazón y toller las enfermedades melancólicas.
Y la estrella que es sobre las rodillas de la mujer que está asentada en la silla ha poder sobre esta piedra y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y cuando ella fuere en el ascendente parecerán las obras de esta piedra más manifiestamente.
De la piedra a que llaman astarnuz
De los XXII grados del signo de Aries es la piedra que dicen astarnuz, que quiere decir tanto como «semejante de estrella». Y es la tercera manera de jaspes lo que dijimos, en que ha vías blancas que traslucen. Y porque estas vías relucen siempre a manera de estrella, por eso le pusieron así nombre. Y hállanla en este río que ya dijimos, donde hallan estos jaspes. Y es más noble que ninguno de ellos. Y précianle más los hombres porque es más luciente y mejor que todos los otros. Y es de tal natura que cuando la meten en el fuego, cuanto más y está, tanto más puja su luz y más hermosa, y ca el fuego no la daña, ante la apura y acrecienta más su lumbre, según hacen las otras piedras que esclarecen por el fuego. Ende ha mester que, quien de esto quisiere obrar, sepa la maestría de hacer el fuego con que ha de adobar la piedra. Y esto es que cuando meten la piedra en el albor, que él cubran con otro desuso; y ciérrenle bien con lodo. Y hagan dos hornillos, el uno que le dé el fuego de yuso, y el otro desuso, de guisa que haya la calentura por igual. Y cuando quisieren catar si es la piedra adobada, descúbranla, y si vieren que no es aún tal cual debe, déjenla y estar. Y cuando fuere afincada no la saquen a deshora, más déjenla estar en el horno hasta que se resfríe ella por sí, ca la calentura de las piedras nobles, cuando es mucho encendida y la sacan aína al aire, tanto ama recibir en sí la frior del que se hiende y quiebra. Y cuando ella se resfría por sí misma, no hace esto.
Y la virtud de esta piedra es, que el que la trae consigo esfuérzale el corazón y dale alegría, y hace al hombre hacer de ligeramente sus hechos. Y si colgaren esta piedra a hombre que ha dolor del vientre, o del hígado, tólleselo si la enfermedad es nueva, y si fuere vieja tiénele gran pro, ca no la deja más crecer.
Y la estrella delantera de las dos que son en fondón del triángulo que se hace en el tercero retornamiento de la figura del Dragón, ha poder sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando es el ascendente muestra esta piedra más su obra.
De la piedra que ha nombre belyniz
De los XXIII grados del signo de Aries es la piedra a que llaman belyniz. Ésta es la otra manera de jaspe que dijimos que ha color de aire claro y limpio cuanto en luz, ca éste es muy luciente como el aire, de guisa que pasa todo el viso. Mas color propio no ha ninguno, así como el aire, que no ha de sí mismo, más recibe toda otra color a que se allega, y de esta guisa misma hace esta piedra , que cuando el aire es claro es ella clara, y cuando turbio, turbia.
Y ésta es hallada en la ribera de aquel río donde los otros jaspes, de que hemos dicho, se hallan. Y ha tal virtud que tolle el dolor que se hace en la media cabeza, a que llaman en arábigo jaqueca y en latín migranea. Esto hace colgándola sobre aquella parte donde es el dolor. Y si la cuelgan otrosí sobre los mozos, cuando los crían, tiéneles muy gran pro en su crianza, ca se crían por ende mejor y más sanos, y demás háceles que no sean lloradores.
Y la estrella que es mediana de las tres que son en el cuerpo de Caytoz, ha poder sobre esta piedra y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y cuando ella fuere en medio del cielo, será la obra de esta piedra más fuerte y de mayor virtud.
De la piedra a que llaman gaciuz
De los XXIV grados del signo de Aries es la piedra que dicen gaciuz, que quiere de «humienta». Y ésta es la cuarta manera de jaspe de que hemos hablado, que ha color de humo así que semeja afumado. Y es el más vil de todos los otros jaspes que dijimos. Piedra es oscura que no ha claridad ninguna ni recibe pulimiento. Y hállanla en la ribera de aquel río donde son halladas las otras piedras sobredichas. De su natura es caliente y seca. Y ha tal virtud que si dieren del polvo de ella a beber, pesante de cuatro dracmas, al que ha dolor en el intestino a que llaman colón, sana luego. Y si se la ciñeren o se la colgaren sobre el vientre hará eso mismo, más no tan aína. Y de esta manera de jaspe hallan en la isla de Sarandin unas piedras pequeñas, y otras grandes, que hacen los hombres de ellas pilares o umbrales para puertas y lechos en que yacen.
Y la estrella que es delantera de las tres que son contra el espinazo de la cola de Aries ha poder sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando ella fuere en el ascendente, mostrará esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que llaman azufaratiz
De los XXV grados del signo de Aries es la piedra a que dicen azufaratiz. Y son cuatro maneras de ella. A la primera llaman el yemení porque es hallada en tierra del Yemen. A la segunda dicen kabroci porque es hallada en la tierra a que dicen Kabrocen en arábigo, y en latín Chipre. A la tercera dicen lubi porque es hallada en la tierra a que dicen Lubia. Y a la cuarta dicen antoqui porque es hallada en la tierra a que llaman Antoquía, que quiere decir en latín Antiochi. Y de cada una de estas cuatro piedras hablaremos en este libro, allí donde conviniere. Mas primeramente queremos decir de ésta a que dicen Yemení.
De su natura es caliente y seca. Y es de color negra, y liviana de peso, y ha figura de agalla. Y no la hallan sino en la ribera del río de aquella tierra. Y es blanda, y ligera de quebrantar. Y cuando la quebrantan, hallan dentro otra piedra que es dura y fuerte de quebrantar. Y ha tal virtud que si molieren aquella piedra que hallan dentro, y la volvieren con la leche de la mujer, y mojaren en ella una poca de lana, y la pusieren en la natura de la mujer, cuando yaciere con ella el hombre, empreñarse de la primera vez. Y eso mismo hará cual animal quiere si la piedra fuere mezclada con la leche de la hembra que fuere de natura de él.
Y la estrella postrimera que es de las cuatro que siguen a las tres que son después de la tortura del río, ha poder sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando es en medio del cielo, muestra esta piedra lo más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que llaman abietityz
De los XXVI grados del signo de Aries es la piedra a que dicen abyetitiz, que quiere decir «buitreña». Y este nombre ha porque la trae la hembra del buitre a su nido por que para más de ligeramente sus hijos. Y es de su natura caliente y seca, y es la segunda manera que dijimos a que llaman cabroci. Y es hallada de figura de bellota, pero hay algunas de ellas que son ya cuanto más luengas.
Blanda es y ligera de quebrantar, y liviana de peso, y tira ya cuanto ha blanco más no mucho. Y cuando la quebrantan, hallan dentro otra más dura que tira a amarillo un poco, y a las veces hallan dentro otrosí unas piedras menudas y amarillos que son ligeras de quebrantar como las otras.
Y esta piedra ha tal virtud que cuando la meten en cuero de ciervo, y la atan a la mujer a la cosa siniestra, cuando está de parto, pare luego ligeramente y sin peligro, y nacen los hijos sin ocasión si la natura no era antes en formarlos.
Y la estrella que es mediana de las tres que son a la cola de Aries, ha poderío sobre esta piedra y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y cuando es en medio del cielo, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra que ha nombre lubi
De los XXVII grados del signo de Aries es la piedra a que llaman lubi. De su natura es caliente en el comenzamiento del primer grado, y seca en el comenzamiento del segundo. Y es la tercera manera, que hemos dicho, a que llaman lubi. Y hállanla en tierra de Lubia, en una cueva que es en fondo de un monte a que dicen monte de Corcor. Y estas piedras son menudas y de color de arena. Livianas son y blandas de tiento, y ligeras de quebrantar. Y cuando las quebrantan hallan dentro otra piedra blanca y dura , y de quebrantar muy fuerte.
Y quien tomare esta piedra y la moliere, y la supiere tornar en agua, puede hacer de ella engrudo muy fuerte para juntar los cueros de muy fuerte juntamiento, de guisa que no parece por donde fueren juntados. Y por eso hacen en aquella tierra las buenas adargas que no las falsea hierro ni otra cosa. Y el engrudo de esta guisa hecho, es bueno para juntar las llagas antes que se haga y benigno ni postema ninguna, ca después no lo podría hacer. Y ha otra virtud esta piedra, que si la atan con hilo de seda bermeja al pescuezo, a mujer que sea preñada, de guisa que tanga al vientre, guarda la criatura hasta el tiempo del parimiento que no reciba mal, ni daño, si no fuere por fuerza.
Y la estrella cárdena que es en cabo de la mano diestra de Perseo, el que lleva la cabeza de Algol, ha fuerza sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando es en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra que ha nombre ceraquiz
De los grados XXVIII del signo de Aries es la piedra a que llaman ceraquiz, y es la cuarta manera de esta piedra que dijimos a que dicen azufaratiz, y es ésta a la que llaman antiochena. Y es de facción redonda, y muy blanca de color, y liviana de peso porque es muy porosa, ca ha en ella muchos horados sutiles que no parecen. Ligeramente quiebra, y cuando la quebrantan, hallan dentro otra piedra que tira a amarillo. De su natura es caliente y seca.
Y ha tal virtud que veda el parto de esta guisa; que si la ataren en cuero de cordero que sea degollado con cuchillo de acero fino, y la colgaren sobre la natura de la mujer, de estorbar la que no pueda parir en ninguna guisa, así que conviene que se la tollan al tiempo del parto; si no, por derecha fuerza hará la mujer de quebrar y morir. Y eso mismo hace en cualquier animal sobre que la pongan.
Y la estrella que es sobre la pierna de la mujer que está en la silla, ha poder y señorío sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando es ella en el ascendente, mostrará esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra berlimaz
De los XXIX grados del signo de Aries es la piedra a que llaman berlimaz, que quiere decir tanto como «arredrador del sueño». Y es de su natura caliente y seca. Y hállanla en la parte de Occidente, en un monte que es cerca del lugar tenebroso, o es tiniebla lo más del año. Y es parda que tira a color de negro que semeja bazo. Esta piedra es dura y muy pesada, así que en su peso semeja al plomo. Y es fuerte que no se puede quebrantar sino con gran trabajo.
Y su virtud es según el nombre que ha, ca si la colgaren al hombre de ella, peso de diez dracmas, nunca dormirá mientras la tuviere, tan bien de noche como de día, más el velar que el hombre hace por esta piedra, no se le torna a tan gran daño como lo que hace por sipse, forzando el mismo su natura, metiéndola a trabajo. Y el velar que esta piedra hace, es sabroso si no es mucho, además, de manera que la natura no lo pueda sufrir por ninguna guisa. Y este velar place tanto al que tiene la piedra, que, maguer se la tollan, ha muy gran tiempo no podrá dormir tan bien como antes hacía.
Y aún ha otra virtud, que si de ella molieren cuanto un cuarto de dracma, y la metieren al gafo por las narices, sana de la primera vez si la gafedad no fuere tan fuerte que él haya tullido algún miembro, ca esto no se puede cobrar por la virtud de la piedra, más al que fica en el cuerpo que hace la gafedad, tóllelo, y no deja ir la enfermedad de allí adelante.
Y la estrella segunda de las dos que son en uno después de la tortura del río, ha poder sobre esta piedra, y de ella recibe su virtud. Y cuando ella es en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra que es annoxatir
De los treinta grados del signo de Aries es la piedra a que dicen en arábigo annoxatir, y en latín sal amoniaco. Esta piedra es de su natura caliente y seca en el fin del tercer grado. Y es una natura de sal que se parte en muchas maneras, así que hay de ellas de minas, y sacan las como pedrezuelas menudas y muy duras, y son muy saladas, de guisa que traban a la lengua muy fuerte cuando las ponen sobre ella. Otras de ellas hay en que hallan gotas negras, y en otras blancas, y otras de ellas que son pardas. Mas la mejor de todas es otra manera de blanca y clara que semeja cristal. Pero todas estas maneras sobredichas han una natura y una virtud, y es ésta de tirar los cuerpos de fondo a cima, y lava los escondimientos de ellos que son de dentro y no los de fuera. Y con esta fuerza de tirar que hace, adelgaza los cuerpos con que se mezcla. Y por eso la meten los físicos en el alcohol que hacen para ojos, y otrosí en los polvos que hacen para limpiar los dientes. Y aún ha otra virtud, que si con la salmuera de ella rociaren la casa, no se allegara y culebra ninguna. Y hace más, que si hollaren del polvo de ella en la garganta de cual animal quiere que tenga sanguijuela, mátala luego y hácela echar.
Y los que se trabajan de la obra mayor, suelven esta piedra y métenla en sus obras, y obran de ella de muchas guisas aquellos que saben la maestría.
Y las dos estrellas que son en uno, la una lucia y la otra no, y son ambas en la cabeza de Algol, han poder sobre esta piedra, y de ellas recibe la fuerza y la virtud. Y cuando son en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
Del signo de Tauro
Prólogo
Dichas son las treinta maneras de las piedras que se tienen con el signo de Aries, y mostrado hemos de cada una con cual estrella a su atamiento, y donde recibe la virtud y la fuerza con que hácelo sus obras en este mundo menor, que es del cielo de la luna ayuso. Mas los antiguos pusieron reglas generales por que los hombres pudiesen obrar más ciertamente de este saber. Y mandaron que, a cada un signo, catasen otrosí la planeta que había mayor poder sobre él, y según entendiesen en que era su estado de ella que así hiciesen sus obras. En el bueno para bien, y en el malo para mal, según se muestra en este libro, de cada una planeta en el lugar donde conviene. Y el que esto no sabe enteramente, no puede saber y atamiento que han las estrellas, unas con otras, ni el poderío que han en las cosas daca, ni cómo se cambian sus estados de una manera a otra. Y por ende tuvieron por bien que en todas las obras que son de los grados del signo de Aries, que parasen mientras a la planeta de la estrella que dicen Marte, y otrosí al señor de la faz en que es aquel grado, así que sea a la hora que quisieren hacer alguna obra con aquella piedra, y en alguna de sus dignidades, y sobre Tierra, y oriental, de guisa que no haya embargamiento ninguno, ca todo esto debe ser catado en las obras que quisieren que sean para bien, y en las del mal, el contrario. Y cuando todas estas cosas fueren catadas, juntarse han las virtudes de las estrellas con las de las piedras, de guisa que harán sus obras cumplidas, y llegará por este lugar el obrador a cumplir su voluntad de lo que quisiere obrar.
De la piedra a que llaman diamante
Tauro es el segundo signo de los doce que dijimos, y es otrosí departido en treinta grados, y cada un grado a su piedra conocida que ha atamiento con él, y de que recibe la virtud así como adelante será mostrado.
Y la primera piedra de ellas es a la que dicen en arábigo mez y en latín diamante. Esta piedra es de su natura fría y seca en el cuarto grado. Y es hallada en el río que es dicho Baribicen, que corre por aquella tierra a que llaman Horacin, pero ella no nace sino en la tierra que es seis meses día y seis noche. Y ningún hombre no puede llegar donde nace aquel río, porque hay muchas serpientes y otras bestias emponzoñadas de muchas maneras, y allí son las víboras que matan solamente de la vista. Ende, por eso no osan los hombres ir allá. Mas cuando aquel río crece, salen de él muchas acequias y argayos que traen estas piedras sobredichas consigo. Y como quiere que allí donde el río nace hay unas muy grandes, y otras pequeñas, como de otras piedras, no pueden traer estos aguaduchos sino las menores.
Ésta ha color que semeja al annoxatir claro, y semeja al hierro bruñido, y unas ya que tiran a color de cárdeno, y otras de amarillo, pero la mejor de ellas es la que semeja al vidrio, y algunos hombres hacen de vidrio contrahechas de ellas. Y el que quisiere probar cuál es verdadera o falsa, métalas ambas en el fuego, y la del vidrio se fundirá, y ella no, ca nunca el fuego le hace mal.
Y esta es piedra que quebranta todas las otras, horadándolas o tajando, y ninguna otra no puede tomar en ella. Y aun hace más esta piedra, que si con ella traen las otras, muélelas todas; pero hay una natura de plomo, a que dicen en arábigo azrob y en latín estaño, que quebranta esta manera de piedras de esta guisa; que envuelven el estaño en derredor de la piedra y dan con el martillo; quiebra luego, y desde que la han quebrada, si hicieren mortero y majadero de este plomo, puédenla y moler y hacer de ella polvos; y si de ellos meten con alguna casa al que ha piedra en la vejiga, quebrántasela luego y guarece. Y otro tal hace si toman un pedazo pequeño de ella y lo ponen en somo de un hierro delgado y lo metieren al hombre que ha la piedra en la natura, de guisa que la tanga, quebrántala luego. Pero esto no se debe hacer sino cuando los hombres son en duda de no sanar. Y los que quieren horadar o entallar las otras piedras, toman de ésta pedazos pequeños, muy delgados y agudos, y pónenlos en somo de unos astillejos de plata o cobre, y horadan o entallan con ellos las piedras que quieren entallar o hacer camafeos.
Pero esta piedra es así tosigosa, por razón de aquellas animalias emponzoñadas que se crían donde ella nace. Y porque estas piedras son siempre cuadradas y agudas, ráscanse aquellos animales a ellas y reciben de ellas ponzoña, así que cuando los hombres las meten en las bocas, si las y mucho tienen, cáenseles los dientes. Y hacen aún al peor, que si muelen de ella peso de una dracma con el plomo que dijimos, y la dan a beber a algún hombre, muere.
Y como quiere que ella sea de natura fría y seca, la su propiedad es ata que, el que la trae consigo ensáñase aína, y muévese a barajar, y a hacer toda cosa que sea de atrevimiento y de esfuerzo.
Y la estrella ardiente que es en el muslo diestro del brazo de Perseo, y la otra que es sobre la cabeza de esa misma figura, han poderío sobre esta piedra, y de ellas recibe su virtud. Y cuando ellas son en medio cielo, muestra esta piedra más su obra.
De la piedra que ha nombre aguquiriaz
Del segundo grado del signo de Tauro es la piedra a que dicen aguquiriaz, que quiere decir tanto en caldeo, como «vedador de engendramiento» en este romance. Ésta es de natura terrena, fría y seca, y muy fuerte en estas dos complexiones. Y su color es blanca, y ha en ella gotas blancas, así que nunca las hallan sino mezcladas de negro y de blanco. Es fuerte y dura de quebrantar, y oscura de luz que no la pasa el viso, pero cuando la pulen esclarece ya cuanto. Y es hallada en el Monte de la Luna, allí donde nace el Nilo.
Su virtud es tal que cualquier animal que la tenga, si es macho, no engendra, y si hembra, no recibe empreñamiento. Y si dieren a beber a cualquier de ellos, peso de seis dracmas, lo perderá por siempre. Y los físicos meten de esta piedra una poca en las medicinas que hacen por estancar las grandes malazones, ca por su natura las estanca muy fuerte.
Y la estrella que es en el muslo del brazo siniestro de Perseo ha poder sobre esta piedra, y de ella recibe su virtud. Y cuando es en el ascendente, muestra esta piedra más sus obras.
De la piedra a que llaman camorica
Del tercer grado del signo de Tauro es la piedra a que dicen camorica, que quiere decir tanto en caldeo, como «vinagrosa» en este romance. Y esto es por cuanto la traen con algún licor, lo que de ella sale, ha sabor como vinagre muy fuerte. Es de su natura fría y seca, y de color bermeja, y áspera de tiento, porque es muy porosa, pero con todo esto es muy dura de quebrantar. Y es hallada en tierra de Mezanabor, en el monte que se tiene con aquella ciudad, en unas cuevas que y ha. Y hallan de ellas grandes, y de ellas pequeñas.
Y los hombres de aquella tierra muélenlas, y mézclanlas con agua, y a cabo de seis días, es hecha vinagre muy fuerte. Y usan de ellas en sus comeres. Y los físicos métenlas en los jaropes y en las otras cosas para tajar las humores, porque los taja mejor y más aína que el otro vinagre. Y si echan de ello sobre paños que sea de lino, o de lana, tájalos y rómpelos. Y porque suelve los cuerpos fuertes, y los lava tollendo la suciedad de ellos, métenlas en el arte de alquimia los que se trabajan de ella.
Y las dos estrellas que son, la una meridional, y la otra septentrional, y están en la línea delantera de Azoraya, que llaman «las siete cabrillas», y es dentro en la figura de Tauro, han poder sobre esta piedra, y de ellas recibe la fuerza y la virtud. Y cuando estas ambas son en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
De la piedra a que llaman fuludia
Del cuarto grado del signo de Tauro es la piedra a que dicen fuludia, que quiere decir tanto como «cogedor de leche». De su natura es fría y seca, y muy fuerte en estas dos complexiones. De color es muy blanca, tanto que semeja pedazo de nieve helada, y no ha claridad, ni la pasa el viso. Y es tan fuerte que no la vence otro cuerpo sino el diamante. Esta piedra es hallada en el monte de Acin, que es en tierra de Egipto, y lueñe de poblado bien cien mijeros. Y allí a cuevas en que crían culebras y otros vestiglos malos, y es hallada fuera de ellas, ca las sacan aquellas serpientes, y vénselas sacar aquellos que guardan los ganados, y tómanlas, y tráenlas a vender.
Y si la friegan con la leche, lo que ende sale cuaja toda la leche sobre que la pongan, y por ende, los de aquella tierra usan de ella en sus quesos, y en toda otra cosa de leche que quier
Del quinto grado del signo de Tauro es la piedra a que dicen albarquid. Y es hallada en tierra de África, en las minas de azufre. Liviana es y fuerte de quebrantar. Y es de fuera de color de alheña mezclada verde con un poco de amarillo. Es de figura llana, y cuando el hombre bien cata, parece en ella figura de escorpión. Y si la quebrantan, hallan dentro la piedra figurada de aquella misma manera. De su natura es fría y seca.
Y ha tal virtud que cuando alguna mujer la trae consigo, enciéndela tanto por codicia de varón, que no se puede ende sufrir si no por muy gran fuerza. Y así lo hace cualquier animal que la tenga que sea hembra. Y los de India, que se trabajan mucho el arte de nigromancia, obran mucho con esta piedra.
Y ha tal virtud que si dieren de esta piedra, molida, a beber a mujer, hínchale el vientre poco a poco, de guisa que semeja preñada, y cuando viene al tiempo del parir deshácese. Y los nigromancianos hacen creer que por su arte y por su saber, se hace aquella preñadez y se tolle.
Y la estrella luciente que es en el lado diestro de la figura de Persio, ha poderío sobre esta piedra, y de ella recibe la virtud. Y cuando ella fuere en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra que es llamada raconie
Del sexto grado del signo de Tauro es la piedra a que dicen raconie en caldeo. Y hállanla en tierra de España, y señaladamente en la comarca de Barcelona. De color es parda, y ha en ella líneas de color de azul mucho escondidas, de guisa que no parecen sí no muy poco, y esto cuando fuere y aire bien claro, ca no de otra guisa. De su natura es fría y seca.
Y su propiedad es que huye del olio, así que cuando la ponen cerca del, salta muy de recio fuera de aquel lugar en que lo tienen. Y si la molieren y la mezclaren con algún licor, y después pusieren y olio de olivas, apártase toda la moledura a un cabo, y en esto conocen que es buena. Y si dieren de ella molida al can, pesante de una dracma, rabia luego. Y eso mismo hará el hombre si no acorren de esta guisa: Dando olio tibio a beber, y esto que sea antes que pasen veinticuatro horas.
Y la estrella mediana de las tres que son después de las dos que siguen a la tortura del río ha poder sobre esta piedra, y de ella recibe su virtud. Y cuando ella fuere en medio cielo, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra que tira los huesos
Del seteno grado del signo de Tauro es la «piedra que tira los huesos». Y hállanla en la isla de Sardeña, así que cuando hace gran tempestad en la mar, echan las ondas estas piedras a la orilla. De color es parda, que tira un poco a amarillo. Y es liviana de peso, así que el que la trae consigo, cuando la toma en la mano, seméjale como cosa hueca, pero es en tiento lezne y fuerte, y dura de quebrantar. Y cuando la quebrantan, hallan dentro un cuerpo muy blanco que se muele entre los dedos.
De su natura es fría y seca. Y ha tal propiedad que cuando la llegan a algún hueso tira muy fuerte, así como hacen las otras piedras tiradores a aquellos cuerpos sobre que han poder de tirar. Y por ende es buena en el arte de cirugía, para tirar de los huesos que son quebrados en los cuerpos de los hombres, por llaga, o por quebrantadura, ca esto los tira muy ligeramente haciendo de ella emplasto y poniéndola sobre la llaga en aquel lugar quebrantado.
Y los de aquella tierra, hacen de ella vasos para beber, y précianlos mucho porque son livianos. Y es buena en el arte de física, ca si dieren a beber de aquello que hallan dentro, que es blanco como harina, peso de tres dracmas, al que a la enfermedad a que dicen tiricia negra, sana luego.
Y la estrella que es sobre la rodilla diestra de la figura de Tauro ha poder sobre esta piedra, y de ella recibe su virtud. Y cuando es en medio cielo, muestra esta piedra más sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra a que dicen meneffi
Del octavo grado del signo de Tauro es la piedra a que llaman meneffi. Ésta es hallada en tierra de Egipto, cerca de la ciudad a que dicen Menef, donde ella recibe el nombre. Son piedras menudas, y en cada una a muchas colores de muchas maneras, pero las que más se y muestran, son así como bermejo y amarillo, y verde. Piedra es dura y fuerte de quebrantar. Mediana es en peso, ca no es muy liviana ni muy pesada. De su natura es fría y seca. Y los de Egipto llaman a esta piedra mardican, que quiere tanto decir como «adormecedor», ca ella ha tal virtud que, cuando la muelen y la vuelven con algún licor, y la ponen sobre algún miembro de hombre, adormécesele luego de manera que él no siente. Y por ende, en el arte de física obran de ella en aquellos lugares que quieren quemar o tajar, y otrosí en aquellos que han gran dolor, ca poniéndola sobre estos lugares, tan fuerte hace perder el sentido que después no siente ninguna cosa que hagan, por fuerza, ni por otro dolor que antes haya en aquel lugar.
Y la estrella meridional de las dos que son en la oreja septentrional de la figura de Tauro ha señorío sobre esta piedra, y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y cuando esta estrella fuere en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra a que llaman zumberie
Del noveno grado del signo de Tauro es la piedra a que dicen zumberie, y en latín esmeri. Esta piedra semeja arena gruesa, y hay de ellas incorporadas unas con otras, menudas y grandes. Mediana es en peso y en dureza. De su color es parda que tira a oscuro. En muchas partes es hallada, más la mejor de todas es la que hallan cabo la mar de Zin. De natura es fría en el segundo grado, y seca en el tercero.
De la piedra zamoricaz
Del deceno grado del signo de Tauro es la piedra a que llaman zamoricaz, y otrosí es dicha «piedra de los ermitaños». Es hallada en las riberas de la mar a que dicen Alcuzun, y es aquella mar por que pasó Moisés los hijos de Israel, cerca de la ciudad a que llaman Bocaliz, ca las ondas de aquella mar, cuando hace tormenta, échanlas a la orilla. Y es mucho amarillo de color, y lucia como el olio claro, y pásala el viso. Y es fuerte de quebrantar, y hay de ellas grandes y de ellas pequeñas, pero siempre la hallan de figura de castaña. De su natura es fría y seca, y muy fuerte en estas dos complexiones.
Y précianla mucho en aquella tierra, y usan de ella en sortijas y en sartales, porque el hombre que la trae consigo no ha sabor ninguno de pleito de mujer, y aunque lo comience, no puede acabar ninguna cosa mientras la piedra tuviere consigo. Y por ende, los sabios antiguos dábanla a los religiosos y a los ermitaños, y a aquellos que prometían de tener castidad, y algunos de los gentiles que habían por ley de no yacer con sus mujeres sino por tiempos señalados, por amor de las empreñar más aína, y hacer los hijos más recios y más fuertes, traíanla siempre consigo en todo el otro tiempo sino cuando querían engendrar. Y si dieren de esta piedra molida a beber a algún hombre peso de tres dracmas, nunca jamás hará poder de yacer con mujer. Y por ende los reyes de India, cuando algunos querían castrar por que guardasen sus mujeres, dábanles a beber de esta piedra, por duelo que les habían de tajarles sus miembros, y valía tanto como si fuesen castrados.
Y la estrella que es en la nariz de las que son en la cara de la imagen de Tauro ha poder y señorío sobre esta piedra, y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y cuando esta estrella fuere en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra que ha nombre coral
Del onceno grado del signo de Tauro es la piedra a que dicen coral en latín, y en arábigo dicen a la raíz «margen», y a los ramos «becet». Y esta piedra se cuaja del agua de la mar, y hácese como árbol, y semeja a la yerba que dicen «yerba marina». Y es de muchos ramos, y mientras está so el agua de la mar es blanda, y luego que la sacan ende, y la hiere el aire, endurece. Y es hallada en muchos lugares, mas pero la mejor de todas es la que hallan en la mar de Inglaterra o en la isla de Cerdeña. No es clara que la pase el viso, y de color es bermeja, y cuanto más ha en sí bermejura, tanto es mejor. De su natura es fría y seca.
Y su propiedad es de estreñir templadamente. Y si la destemplaren, molida con vino o con alguna cosa, y la dieren a beber a los que escupen sangre, presta mucho. Y otrosí hace a los que no pueden hacer orina. Y quien la bebe con algún licor deshará la postema que se hace en el bazo.
Y la estrella que es entre la que está en la nariz de Tauro y la otra que es en el ojo meridional de esta misma imagen, ha poder sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando ella es en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra a que llaman coral negro
Del doceno grado del signo de Tauro es la piedra a que dicen coral negro. Tal nombre ha en arábigo como esta otra, y así es tierna so el agua, y endurece cuando la sacan al aire como ella, pero la olor es más fuerte que de la otra. De natura es fría y seca, más la sequedad de ésta es más que de la otra.
Todas las virtudes ha cumplidamente como el coral bermejo, y demás a ésta; que si la beben molida presta a las llagas de los intestinos, y a la tremor del corazón, y entra en medicinas que se dan por alegría. Y cuando la queman y la hacen polvos, presta mucho a enjugar la lágrima que viene a los ojos, y por ende es buena para meter en los alcoholes.
Y la estrella que es en el ojo septentrional de la imagen de Tauro, ha poder sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando esta estrella fuere en el ascendente, entonces muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra que ha nombre nerizech
Del treceno grado del signo de Tauro es la piedra a que dicen nerizech, y otros hay que le dicen belmuz. Es de natura fría en fin del segundo grado, y seca en el comienzo del cuarto. La su color es bermeja de muy flaca bermejura, y hay en ella líneas sutiles y muy delgadas, así que no parecen sino cuando las catan mucho al sol, ca de la primera vista no parece sino como bermeja de color. Y aquellas líneas que dijimos que no son derechas más son así como si las pintase pintor que no supiese bien pintar, pero son claras y de gran lucencia y cuando el sol hiere en ellas, ca hacen rayos en tierra a semejante de cristal. De estas piedras hallan de ellas grandes y de ellas pequeñas, y de muchas facciones, pero las más de ellas son halladas en forma de huevo. Y las mejores de ellas hallan en la isla de Sarandin donde son halladas las otras piedras preciosas muy nobles. Y los orebces usan mucho de esta piedra para hacer de ella sartales, o ponerla en sortijas. Y las más noble de ellas hallan en aquel monte de la isla sobredicha, cerca de la ciudad que dicen Tarhan.
Su propiedad es tal que si la ponen en agua corriente, depártese el agua a diestro y a siniestro que no pasa sobre ella. Y según esta razón danle los sabios antiguos una propiedad, y dicen que quien la trae consigo, nunca puede morir en agua, porque siempre le alivia ella, de manera que arredrándose de ella, da por donde suspire y nos puede ahogar. Y ésta es una de las nobles virtudes que son halladas en las minas de las piedras.
Y la estrella que es en el ojo meridional de la imagen de Tauro, a que dicen Aldebaran, ha poder sobre esta piedra, y de ella recibe la virtud. Y cuando esta estrella fuere en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra que dicen de baran
Del catorceno grado del signo de Tauro es la piedra a que llaman piedra de baran. Es hallada en algunos lugares de África en minas que hay de ella. Y cuando la sacan se muelle, y después que la han sacado, le da el aire, hácese dura y muy fuerte. De color es parda, y en algunas de ellas hallan venas que semejan al oro, y otras a la plata, mas pero las mejores de ella son aquellas que han color de oro, mayor virtud muestran.
De su natura es fría y seca. Y ha tal propiedad que si la colgaren sobre llaga o herida de que salga sangre, estáncala luego. Otrosí cuando la muelen y la amasan con vinagre, y hacen de ella bellotas, y las ponen sobre la natura de la mujer, estáncala. Y métenla otrosí molida los físicos, en los polvos que hacen para apretar los dientes y las encías que son mal paradas.
Y la estrella que es en el muslo del brazo siniestro de la imagen de Tauro, ha señorío sobre esta piedra y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y cuando esta estrella fuere en el ascendente, mostrará esta piedra más manifiestamente sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra que parece en la mar
Del quinceno grado del signo de Tauro es la «piedra que parece en la mar cuando sube la planeta Venus», y escóndese cuando se pone. Y esta piedra, y la otra que antes dijimos de Marte, y que diremos adelante de cada una de las otras planetas en cual guisa parece en ella la virtud de aquella planeta de que a la fuerza y la virtud, todas son halladas en el mar que dicen tenebroso, pero cada una en su lugar, ca no todas en uno. Mas ésta, que es señaladamente de Venus, al color blanco y tira ya cuanto a amarillo. Y es piedra lucia y clara, y da gran resplandor. Liviana es de peso, pero fuerte y muy dura de quebrantar, así que no la quebranta otro metal sino el oro de esta guisa; que cuando lo llegan a ella quiebra luego la piedra. Y en todas guisas se muestra en ella la complexión de Venus, pero la natura de ella es fría y seca. Piedra es muy hermosa de vista y précianla mucho los que la conocen.
Y su propiedad es tal que huyen de ella todas las naturas de serpientes que son dañosas. Y aún ha otra gran propiedad, que el que la trae consigo, a gran voluntad de mujer, y aunque lo uno se hace mal como al otro.
Y la estrella siguiente de las dos que son en la corona de Persio, ha poder sobre esta piedra y de ella recibe la virtud. Y cuando esta estrella fuere en medio del cielo mostrará esta piedra más manifiestamente sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra que ha nombre zamorat
Del deciseseno grado del signo de Tauro es la piedra a que dicen, en arábigo zamorad, y en latín esmeralda. Esta piedra es verde, de muy hermosa verdura, y cuanto más lo es, tanto es mejor. Mezclada es de natura de tierra y de piedra, y es de su natura fría y seca. Y hácese mucho en las minas del oro, y hállanla en tierra de Occidente más que en otro lugar.
Su virtud es tal que presta contra todos los tósigos mortales, y heridas, o mordeduras de bestias tosigosas, ca si tomaren de ella peso de una dracma, y la molieren, y la cernieren, y la dieren a beber con vino o con agua al hombre atosigado guarece que no muere, ni le caen los cabellos, ni le desuella el cuero.
Y ha otra virtud, que el que la trae consigo, escápale de la enfermedad a que llaman «demonio», teniéndola antes que la haya. Y por esta razón, y porque es muy hermosa, ámanla los hombres, y mayormente los honrados. Y en aquella tierra donde hallan las mejores, cuélganla a los niños a los cuellos, por que los guarde que no hayan esta enfermedad sobredicha. Y si la han de comienzo, y se la atan al muslo del brazo de la pierna siniestra antes que envejezca, guarecen.
Y la estrella que es en la raíz del cuerno septentrional de la figura de Tauro, ha poder sobre esta piedra, y de ella recibe su virtud. Y cuando esta estrella fuere en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra que ha nombre zavarget
Del deciseteno grado del signo de Tauro es la piedra a que dicen zavarget en arábigo, y en latín prasma. Ésta semeja en el color a la esmeralda, y es hallada en aquellas minas mismas del oro que las otras hallan, pero a las vegadas la hallan en otras. Y es terrena y pedreña en complexión. De natura es fría y seca, y la su verdura y la su resplandor es muy mejor que de la otra esmeralda.
Y su virtud es tal, que, si la ataren a la mujer a la cosa al tiempo del parir, pare ligeramente y sin peligro. Y aun hace ál3, que el que la trae consigo, hácele perder el miedo que los hombres han de noche cuando están señeros; y esto es porque esfuerza y conhorta mucho el corazón.
Esta piedra ha gran enemistad con la otra que dijimos, a que lo dicen adehenie en arábigo, y en latín jaspe verde. Pero son ambas de una color, más la mejor de ellas, y la más hermosa, es este prasma. Y cuando quieren probar de cual guisa se quieren mal, toman estas dos piedras y allegan las una a otra. Y a poca de sazón, hallan en el prasma gotas negras. Y eso mismo hace la esmeralda con esta piedra que es dicha dihenie.
Y la estrella que es en el talón del pie diestro de la imagen de Perseo, ha poder sobre esta piedra, y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y por ende, cuando esta estrella fuere en el ascendente, mostrará esta piedra más manifiestamente sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra que ha nombre ámbar
Del deciocheno grado del signo de Tauro es la piedra a que dicen ámbar. Ésta es fría en el tercer grado, y seca en el comenzamiento del segundo. Y es hallada en las minas de la greda. De estas piedras hay, de ellas grandes, y de ellas pequeñas, mas pero siempre son halladas en forma redonda. Su color es amarillo bien puro, pero hay algunas de ellas en que hallan gotas verdes, y aquéllas son las mejores y de mayor virtud. Piedra es fuerte, y muy dura quebrantar. Y ha tal virtud, que el que la tiene en la boca no se embeoda por vino que beba, ni le hace mal el vino como al que no la trae. Y esta propiedad ha trayéndola consigo, pero no tanto como si la tuviere en la boca. Y si la metiere en cuba o en tinaja, o en otra cosa que tenga vino, tóllele la fortaleza de embeodar, más no le tolle la sabor que en sí ha. Y eso mismo hace a lo que el hombre bebe. Y por ende, los de tierra de Occidente, allí donde las hallan, la suelen colgar a los niños a los cuellos, por que no les haga el vino mal, y se criasen mejor y más aína en bebiéndolo. Y por esta razón misma, la engastaban en sus vasos, y en las otras cosas en que bebían, porque les sabía bien el vino y no les hace mal.
Y la estrella que es en la raíz, entre el cuerno y la oreja septentrional de la imagen de Tauro, ha poder sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando ella es en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra querc
De los XIX grados del signo de Tauro es la piedra a que llaman querc. Y hállanla en tierra de India, en las riberas de la mar, cuando los grandes vientos vienen y mueven las ondas muy de recio. De su natura es fría y seca en tercer grado. Y es de color blanca de gran blancura.
Tierna es, que la pueden bien labrar en torno; así que los torneros hacen de ellas bujetas y otras cosas. Y cuando la han labrada, fica blanca y limpia, bien así como el marfil que es labrado. Y estos vasos que de ella se hacen son muy preciados en tierra de India. Y sin todo eso, tráenla en sortijas, y pónenla sobre sus paños, porque tienen, que ha tal virtud, que el que la trae consigo, no puede nocir ojo malo ni obra de nigromancia, ni estas cosas a que llaman encantamientos.
Y hace aun ál esta piedra, que si la ponen en alguna casa en que haya vinagre, y la dejan y estar cuanto una hora cumplida, y después la sacan ende, y la ponen lueñe de aquel vinagre según entienden que puede tirar la grandeza de la piedra, y hacen una carreruela por donde pueda venir el vinagre a ella, tíralo así y súmese en ella. Y en bebiéndolo, hácense en ella unas ampollas menudillas, y de esta guisa lo sume la piedra hasta que ha sumido diez tanto de cuanto ella pesa, y entonces quiebra.
Y los físicos de aquella tierra meten de esta piedra en las medicinas de los ojos, moliéndola y poniendo dentro en ellos, ca ella ha tal virtud que tolle aquella mancilla blanca que se hace en los ojos, a que dicen nube, de cualquier animal que la haya, y mayormente al hombre porque es más ordenado a sufrir medicina.
Y la estrella tercera que es de la parte de mediodía de las nueve que son a la manga que cuelga de la mano siniestra de la imagen de Orión ha poder sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando esta estrella fuere en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra del algodón
Del veinteno grado del signo de Tauro es la piedra que le dicen «del algodón». Ésta es fría y seca de natura. Blanca es de color, pero poco, así que tira a color de ceniza clara. Y son halladas de ellas grandes y pequeñas. Liviana es de peso, mas pero con todo eso, fuerte y dura de quebrantar. Y cuando la quebrantan, hallan dentro en ella en manera de algodón, en sustancia y en color.
Y la virtud de este algodón es tal que no se quema por fuego, e hílase, y hacen de ello paños como del otro algodón. Y cuando se ensucia, métenlo en fuego y sale ende limpio y claro como si fuese lavado. Y cuanto más está en el fuego, tanto más se hace blanco y hermoso es él. Y los físicos, de aquella tierra queman este algodón, y hácenlo polvos, y métenlos en los ojos porque tolle la lágrima y toda la humedad que ha en ellos.
Y son halladas de ellas, unas grandes y otras pequeñas, y de muchas formas. Y hállanlas en el monte de la Luna, allí donde nace el Nilo, en fondo de unas cuevas que y a, más son tan hondas que el que desciende por ellas, si mucho y está, o muere o fica paralítico. Y los que son sabidores de las tomar, cuando entran dentro, luego que llegan o son las piedras, toman las que pueden y sálense con ellas, y desde que aquéllos son salidos entran otros, y de esta guisa las hallan y no de otra.
Y las dos estrellas, la una meridional y la otra septentrional, que son en la línea delantera del cuadrante que es en las orejas de la figura de la Liebre, y la estrella otrosí que es en el talón siniestro de la figura del que tiene las riendas, han poder sobre esta piedra y de ellas recibe su virtud. Y cuando estas estrellas fueren en medio cielo, hará esta piedra mayor fuerza en sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra que huye del vino
Del veintiún grado del signo de Tauro es la «piedra que huye del vino». Fría es en el fin del cuarto grado, y seca en el comenzamiento del segundo. Dura es fuerte de quebrantar, y es resplandeciente y de muchas colores, así que los que la ven, paréceles en ella como letras escritas, por el coloramiento mezclado que es en ellas de muchas maneras. Y hállanla en la isla de la mar a que dicen Alcuzun, cerca de la isla a que llaman Vavac. Y ha este nombre porque, según dice Ptolomeo, nacen en aquella tierra, en los árboles, unas frutas en figuras de mujeres, y cuelgan por los cabellos, y mientras están en los árboles verdes, son vivas, y nunca ál hacen sino decir vacuad, y de que son maduras cáense y mueren. Y cerca de aquella isla, que es así llamada, hay lugar por donde pueden ir a pie doce mijeros por la orilla de la mar, y allí hallan estas piedras envueltas en arena. De ellas hay grandes y de ellas pequeñas, y son de diversas formas. Y son muy preciadas en aquellas tierras por su claridad y por su hermosura. Y los reyes las ponen en las coronas y en sortijas, y en otros ornamentos nobles que hacen.
Y ha tal virtud que el que la trae consigo no le acaece la imaginación a que llaman los hombres demonio, ni ha miedo por estar el hombre señero de noche, en tiniebla. Y ha otra virtud; que tanto aborrece el vino por su natura, que cuando la ponen con él, salta y huye muy de recio. Y hace aún otra maravilla, que cuando la queman y la hacen ceniza, todas aquellas colores que mostraba antes la piedra, todas parecen en la ceniza después que es quemada. Y esta ceniza ha tal propiedad que, si tomaren de ella un vaso y lo echaren en una cuba de vino, sea cuan fuerte quiere, ca todo lo daña y lo torna en sustancia y en color de agua. Y otrosí, amansándola con orina de can, y untando con ella toda señal de llaga, sólo que no sea entrada por hueso, deshácela hasta tres veces que la pongan.
Y las dos estrellas, la una septentrional y la otra meridional, que son en el cuerno que es a parte de mediodía de la imagen de Tauro, han poder sobre esta piedra y de ellas recibe su virtud. Y cuando estas ambas fueren en el ascendente, entonces muestra esta piedra más su obra.
ArribaAbajoDe la piedra que ha nombre atarraz
De los XXII grados del signo de Tauro es la piedra a que dicen atarraz. Es de natura fría y seca, y muy fuerte en estas dos complexiones. Pero la gente de aquella tierra donde ella es más hallada, llámanle la «piedra de la liebre» por esta razón; que en aquel lugar donde entra el gran río del Nilo en el Mar Medio Terrana, críase y un animal que semeja en sus miembros y en todas sus facciones a la liebre de tierra, y por ende llaman «liebre marina». Y éste ha tal natura que, para mientes cuando la mar crece y hace grandes ondas y sube por el Nilo arriba y enturbia el agua, que entonces sale, y abre la boca y traga de aquella agua cuanta más puede tragar. Y desde que la ha tragado, párase al sol en la orilla del río, y con la gran calentura que a aquella animalia en sí y con la otra que recibe del sol, vásele cuajando aquella piedra en el cuerpo. Y cuando entiende que se le va cuajando, entra en la mar, y desde y torna al río y sale a la tierra. Y esto hace tantas vegadas hasta que entiende que se le es y agua cuajada en el cuerpo y hecha piedra. Y cuando entienden que son bien duras y secas, sale a la tierra y cámbialas. Y por ende las hallan en aquellas riberas del Nilo y de la mar.
Y son muy verdes de color, y tan duras que no las pueden quebrantar con ninguna cosa, y por eso le dicen en caldeo rofolez, que muestra tanto como cosa que no se puede partir. Y es pesada en sí según la cantidad que ha, pero la mayor que de ella hallan no pesa más de dos dracmas. De ellas hallan redondas, y de ellas un poco longuizuelas; y éstas son las mejores.
Y los sabios probaron muchas maneras por que pudiesen quebrantar o deshacer esta piedra, y no hallaron más de una sola, y es ésta; que tomen esta liebre, y que la quebranten toda viva, y oprímanla mucho, y saquen cuanto zumo pudieren sacar de ella, y pónganlo en un vaso de vidrio, o de cobre estañado o de plata, y echen aquellas piedras en él, de guisa que estén cubiertas de aquella agua; y después cierren bien el vaso, de manera que no haya entre otra humedad si no aquélla, y desde que esto hubieren hecho, cuélguenla en un pozo de agua dulce en guisa que no alcance al agua, y desde y ciérrenle bien la boca, de guisa que la calentura del sol ni otra cosa ninguna no pueda tañer. Y déjenla y estar así cuarenta días, y después sáquenlo, y hallarán que todas aquellas piedras serán deshechas y tornadas agua; que ha tal virtud que si untaren con ella los lugares donde mesaren o rayeren los cabellos, nunca más y nacerán.
Y por ende, los físicos de aquella tierra ayúdanse de ella para guarecer los hombres que han una enfermedad a que nacen los cabellos en los ojos, que les embarga el dormir y el ver.
Y las dos estrellas, la una meridional, y la otra septentrional, que son en el cuadrante de las orejas de la figura de la «liebre», han poder sobre esta piedra, y de ellas recibe la fuerza y la virtud. Y por ende, cuando ellas ambas fueren en medio cielo, mostrará esta piedra más manifiestamente sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra que ha nombre aliaza
Del XXIII grados del signo de Tauro es la piedra a que llaman aliaza. Y de ésta hay cinco maneras. La primera es blanca, la segunda negra, la tercera verde, la cuarta ha color de estaño, y la quinta es vera mezclada de colores. Y los sabios hablaron de cada una de éstas en su lugar, y dijeron dónde eran halladas, y las virtudes y las propiedades que en ellas había. Mas sobre todas las naturas que hallaron en ella, dijeron que era cuerpo muy duro, así que pocas piedras hallaban más duras que ella, ni tanto, de guisa que cuando la muelen, y traen los polvos de ella sobre las otras piedras que reciben pulimiento, esclarécelas y dales buena color.
Y este nombre de aliaza, que dijimos, quiere tanto decir en aquel lenguaje de la tierra o las hallan, como «menguamiento de bien», porque la su virtud comunal de todas es que el que la trae consigo, ha gran miedo sin razón, a menos de saber por qué. Y demás hácele que sea aborrecido de la gente, y que digan contra él palabras malas y sin razón, y menosprécianle, y apártanse de su compañía.
Estas propiedades que dijimos, han todas estas cinco maneras de aliaza de que oíste, más de la que primeramente aquí habla es la muy negra y luciente. Y es de natura fría y seca. Y quien la trae, crécenle siempre cuidados y tristezas, y de noche, cuando duerme, los sueños que sueña son malos y espantosos. Y sin todo esto es tósigo mortal, que si dieren de ella molida, a beber, según la cantidad que conviene, a hombre o mujer, destemplada con vino, tájale todo el pulmón y háceselo camiar a pedazos. Y esto le dura hasta que muere, así que muy pocos son los que pueden pasar de dos días adelante.
Y la estrella que es en el muslo del brazo siniestro del que tiene las riendas, que es llamada «cabrón», y las otras dos que son en este mismo brazo de esta imagen, y son dichas «cabrude», han poder sobre esta piedra y de ellas recibe su virtud. Y cuando éstas son en el ascendente, muestra esta piedra más sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra a que dicen hierro
De los XXIV grados del signo de Tauro es la piedra a que dicen hierro. Y ésta es piedra mineral, ca es metal; y nace en muchas partes del mundo, y son de ella muchas minas. Y métenla los hombres en las más cosas que quieren para laurear y para armas de muchas guisas. Y cuando quieren obrar de ella, métenla en el fuego y caliéntanla, y después tiéndenla de cual manera quieren. Y es de las más conocidas piedras que los hombres usan. Hay de ellas de blanda natura y de ellas, de fuerte; y de ellas ya que, cuando las más meten en el agua caliente, tanto más endurecen, y otras ya que, cuanto más y estuvieren, tanto son más blandas. Y hay de este hierro que, cuando lo funden, meten con ello medicinas, porque se hace tan fuerte que tala los otros hierros, y a esto llaman los moros alhinde, y en algunas tierras le llaman andanico. Otro ya que no es hecho por maestría, más es fuerte por sí, de guisa que taja el hierro más blando; y a esto dicen acero. Ésta es piedra que comúnmente todos los hombres la conocen, y ninguno no la puede escorar. De su natura es fría el seca, y su color es, cuando la han sacada de so tierra y adobada como debe, entre pardo y negro, pero tira más a lo negro que a lo pardo. Y es piedra que aína se esclarece y aína se enturbia, pero más de ligero recibe y enturbiamiento que no el esclarecer.
Y ha tal virtud que, cuando la calientan en el fuego, y de sí la amatan en agua o en vino, y lo dan a beber al que a menazón antigua, ál muy gran pro y ayúdale a sanar aína. Y eso mismo hace al que ha llagas en los intestinos, o postema en el bazo, o gran flaqueza en el estómago por razón de aflojamiento y de camiar mucho. Y aun sin esto, los físicos obran de la escoria molida de ella y de las limaduras, y hacen de ello polvos, y métenlos en medicinas y en electuarios porque presta a muchas enfermedades.
Y la estrella que es en el mango de la espada de Orión ha poder sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando ella es en el ascendente, muestra esta piedra más sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra a que llaman articam
De los XXV grados del signo de Tauro es la piedra a que dicen articam en caldeo, y algunos ya que él dicen artiqui, y los griegos le dicen astra. Y hállanla en la tierra a que llaman Ártica. Piedras son menudas, y de color amarillo, y la más jalde es la mejor. Liviana es de peso por razón que ha en ella muchos poros abiertos. Y cuando la queman hácese bermeja, y es tan muelle que con los dedos la puede hombre quebrantar. De natura es fría y seca, y cuando hombre la pone en la lengua, pégase en ella. Y si la muelen y la amasan con agua tibia, y la ponen sobre la postema caliente, enfríalas y ayuda a sanar de ellas. Eso mismo hace en las llagas y en las heridas que son mucho calentadas, ca enfríandolas, hace quedar el dolor de ellas, y demás tolle la carne sobejana que y crece. Y ha otra propiedad maravillosa, que si ponen esta piedra en un vaso con la otra a que llaman borrax, quiebra el borrax y hácese polvos, y esto recibe ende gran virtud, según mostraremos adelante en el lugar donde hablaremos del borrax, en su cabo.
Y la estrella delantera de las cuatro que están en la línea derecha, que son en el espinazo de la imagen de Orión, ha poder sobre esta piedra y de ella recibe su virtud. Y cuando ella es en medio cielo, muestra más sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra que hallan en la cabeza de la liebre
De los XXVI grados del signo de Tauro es la «piedra que hallan en la cabeza de la liebre» que dijimos, así que, cuando la matan, le tajan la cabeza a deshora, y se la abren, hállanselo dentro, en el meollo o apegada a los huesos. De natura es fría y seca, y de peso liviana porque es porosa. Áspera es en tiento, y de color parda con gotas bermejas. Y ésta es contada en una de las piedras que hallan a los animales.
Sus virtudes son pocas y dañosas, ca ella ha propiedad que si la allegan a alguna carne de cualquier animal que sea vivo, apégase a ello y tira consigo toda la carne a que se allega, de guisa que deja y gran llaga y mala, según la cantidad que toma, así que sana muy tarde, y si no medicinan puede morir de ella. Y si esta piedra llegan a carne muerta, hace eso mismo. Y si diesen de ella, molida, gran cuantía a hombre, a beber, llágale los intestinos y mátale aína si no le acorren.
Y la estrella que es en el hombro siniestro del que tiene las riendas, y dícenle Alayoz, y la otra que es en el talón diestro de esta misma imagen, y es comunal a este lugar y al cuerno septentrional de Tauro, ha poder sobre esta piedra y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y cuando estas dos estrellas fueren en el ascendente, mostrará esta piedra más sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra que hallan al hombre
De los XXVII grados del signo de Tauro es la «piedra del hombre». Y contada, otrosí, como esta otra que dijimos, entre las de las animales, pero a tanto departimiento entre ésta y las otras que, la del hombre se hace dentro en el cuerpo, así como en la vejiga o en los riñones, y a los otros animales se hace en la cabeza o en los otros miembros postrimeros. Y según departieron los sabidos, los otros animales, sino el hombre, han las carreras anchas por donde corren los humores gruesos y salen con la orina. Mas el hombre a las estrechas y no pueden tan de ligeramente correr, y en deteniéndose cuando llegan a aquel lugar, donde es la mayor calentura, cuájase porque se va sobreponiendo el un humor sobre el otro. Y por ende, guando la piedra es gran, hállanla como a cortezas, el una sobre el otra.
Tierna es, y ligeramente se deshace. De ellas hay que son de color muy bermejas, y de ellas blancas, y otras como amarillos, y otras como pardas. Y las que son muy cochas, parece en ellas en manera de luz, así como en la piedra del yeso. No se hace en todos los hombres de una manera, ca a los unos se hace blanca, a los otros bermeja y así de las otras colores que dijimos. Y aun aquellos a que se hace bermeja, a las vegadas se les cambia en las otras colores, según los lugares del cuerpo en que se cuece, o las viandas que comen, o las humores que han en sí, o según los tiempos en que se cuajan.
Y la virtud que ha es ésta; que cuando la muelen, y la ciernen mucho, y la echan en los ojos de aquellos que han la mancilla a que llaman nube, desátala. Pero esto no lo hace luego, al hora, más usándola algún tiempo.
Y las dos estrellas, la septentrional y la mediana de las tres que son juntadas en el cabo de la espada de Orión, han poder sobre esta piedra y de ellas recibe la fuera y la virtud. Y cuando estas ambas fueren en el ascendente, mostrará esta piedra sus obras más manifiestamente.
ArribaAbajoDe la piedra a que llaman lotarican
De los XXVIII grados del signo de Tauro es la piedra a que dicen lotarican, que quiere decir «retenedor de natura». De su natura es fría y seca en el fin del cuarto grado de cada una de estas dos complexiones. Duras son de quebrantar, y no son iguales en grandeza, ca de ellas hay grandes y de ellas pequeñas. Y hállanlas en tierra de Armenia, en unas minas que hay de greda, que cuando las cavan, hallan esta piedra en ellas. Y su color es mezclada entre bermejo y amarillo, y cada una de ellas es flaca, así que semeja al color en el agua que sale de la carne cuando echan y sal.
Piedra es que, cuando la sacan de la mina, es muy sin resplandor, pero cuando la pulen y la adoban, resplandece ya cuanto, más no que la pase el viso.
Su virtud es que si la colgaren sobre el hombre que haya menazón, hácela estancar luego, de manera que mientras la tuviere, no puede hacer ninguna cosa; y si dieren de aquello que sale de ella cuando la pulen, a beber, hace eso mismo. Y si lo ponen en los ojos de aquel a que corre lágrima, u otra humedad, veda lo otrosí, ca maravillosamente, es gran la fuerza que ha en retener y en enjugar toda cosa húmeda.
Y la estrella que es en cabo del cuerno que cata contra mediodía de la imagen de Tauro, y la otra que es en la cabeza de la figura de Orión, estas ambas han poder sobre esta piedra, y de ellas recibe la fuerza y la virtud. Y cuando fueren en el ascendente, mostrará esta piedra más cumplidamente sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra que es llamada aliaza
De los XXIX grados del signo de Tauro es la piedra que él dicen aliaza, y ésta es la segunda manera que dijimos que ha color verde, pero esta verdura no es muy gran, ca tira ya cuanto a amarillo. Generalmente es fría y seca, y de propiedad aborrecedora, como las otras que son de esta natura. Y hallan ésta mucho en tierra de Arabia, más los alárabes guárdanse mucho de no llegarse a las minas de ella.
Y ha tal virtud que, si la cuelgan al niño cuando es pequeño, hácele ser muy baboso y llorador. Y los que no saben esto, hacen de ella vasos y escudillas en que comen y beben; y los que de esto mucho usan, viéneles de la natura de ella que les hace perder el sueño, y si dan el hombre a beber de ella mucho, hácele velar tanto hasta que muere, pero si huyan acorrer con aquellas cosas que son para esto, puédenle estorcer de muerte, más nunca por que tan bien duerma como de primero.
Y la estrella siguiente de las tres que son en la cinta de Orión, ha poder sobre esta piedra, y de ella recibe la fuera y la virtud. Y por ende, cuando ella fuere en ascendente, mostrará esta piedra más manifiestamente sus obras.
ArribaAbajoDe la piedra a que dicen camiruca
De los treinta grados del signo de Tauro es la piedra a que dicen camiruca, que quiere decir tanto, en aquel lenguaje, como «olvidadiza» en éste. Y es de su natura fría y seca, y de color bermeja mezclada con verde. Y salen de ella rayos, y tornan en sí misma, así como hacen en el espejo; y por ende es hermosa y páganse mucho de ella los que la ven, si antes no conocen su virtud. Fuerte es, y dura de quebrantar y de pulir, y es otrosí pesada más que su cantidad. En tierras de Arabia la hallan, en minas que ha y de ella, más las gentes de aquella tierra aborrécenla tanto que no la quieren poner en sortijas, ni se aprovechan de ella en ninguna cosa, ni la venden entre sí, más envíanla vender lueñe, a otras tierras donde no la conocen; y cómpransela mucho por la hermosura de ella.
Y su virtud es tal que, el que trae consigo acaécele olvidamiento de todas las casas que ha de hacer, que no le viene en miente de ninguna de ellas en cuanto la trae. Y si le dieren de los polvos de ella, o de la pulidura, a beber, olvídalo por siempre hasta que muere. Y ha otra extraña virtud de que usan mucho las mujeres que quieren mal obrar, que si toman los polvos de ella, y los amasan con alguna cosa húmeda, y los ponen en su natura aquellas que no son vírgenes, apriétalas de guisa que son más fuertes de corromper que las que son vírgenes.
Y la estrella meridional de las dos que son en los pies zagueros de la imagen de la «liebre», ha poder y señorío sobre esta piedra y de ella recibe la fuerza y la virtud. Y cuando es en el ascendente, muestra esta piedra más manifiestamente sus obras.
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