domingo, febrero 05, 2012

mitologia he historia que me gusta leer( y que en algunos casos vivi)...

 CIVILIZACION EGIPCIA:
Fuente: http://www.egiptologia.org.ve/articulos/simbologia/simbolosdelantiguoegipto/index.php

Símbolos del Antiguo Egipto
Como muchas de las creencias del antiguo Egipto que ya conocemos, esta maravillosa civilización, deja el legado más fascinante, que a su vez está constituido por las pirámides, monumentos funerarios, que hoy asombran a la colectividad.
En este caso veremos como estos símbolos juegan un importante papel en esta civilización:
Ankh
Este amuleto representaba la vida física y eterna, también es conocido como "Cruz Original", se creía que concedía la inmortalidad a todo aquel que fuera su dueño.
Este amuleto ha sido encontrado hecho de diversos materiales tales como arcilla o madera. Era muy usado en el proceso de momificación, y se le colocaba al difunto entre las vendas. El lazo de la parte superior del amuleto es asociado a la energía femenina y a la diosa madre Isis, y la parte inferior se asocia con la energía masculina y al dios Osiris. También se asocia con una llave que proporciona vida eterna. Si el Ankh esta en posesión de un dios, este lo llena con su respectiva energía.
La Cobra
Para nosotros la cobra es un símbolo de negatividad, pero en el antiguo Egipto ocurría todo lo contrario, este animal era considerado como protector y era el que castigaba a las personas que se lo merecían, por eso representa a la diosa Uadyet, protectora del Bajo Egipto.
Esta figura también llamada Ureos y era comúnmente colocado en el tocado faraónico.
Pilar Dyed
Este símbolo no tiene un significado exacto, pero se le asocia con el dios Osiris, también se dice que es la columna vertebral de este. También fue usado en el proceso de momificación.
Los escarabajos
Estos animales fueron idolatrados por los antiguos egipcios, el dios Jepri fue representado por un escarabajo. Eran símbolo de renacimiento y vida. Su forma era muy común encontrarla en amuletos, joyería y demás objetos de uso frecuente para protección.
El ojo de Horus
Como la antigua leyenda reza, el malvado hermano de Osiris, Seth, le arrancó el ojo a su sobrino. Este símbolo da salud y fuerza, y se usó para el proceso de momificación.
Shen
Simboliza la vida eterna, se le asocia con la orbita solar.
Tit
Es llamado también "nudo de Isis", es de color rojo y es amuleto que protege a las momias.

El Gato
Los antiguos egipcios consideraban a este animal como protector del hogar, y protector de las amas de casa. Era comúnmente encontrado tallado en las capillas funerarias.
Vasos Canopes
Estos vasos eran usados para depositar las vísceras del difunto, y eran 4. Eran construidos de piedra caliza o cerámica. Cada uno era protegido por un dios:
Duamutef
(Tenía la cabeza de chacal) guarda el estómago, protegido por la diosa Neith, representa los vientos del este.
Amset
(Tenía la cabeza de humana) guarda el hígado, protegido por la diosa Isis, representa los vientos del sur.
Kebehsenuf
(Tenía la cabeza de halcón) guarda los intestinos, protegido por la diosa Selkis, representa los vientos del oeste.
Hapi
(Tenía la cabeza de babuino) guarda los pulmones, protegido por la diosa Neftis, representa los vientos del norte.
La piedra coral
Era usada para combatir la esterilidad.
Amuleto del corazón
Se creía que el corazón guardaba la razón, cuando alguien moría, era examinado por los dioses del más allá. Este amuleto es rojo con forma de corazón y ayuda a l difunto a pasar el juicio.

Fuente: http://members.fortunecity.es/kaildoc/egipto/politica.htm

Escritura egipcia:

Introducción a los Jeroglíficos
La escritura, aunque con bases más o menos simples, era bastante compleja, por lo que el saber leer y escribir estaba limitado a una minoría. No se trata de la existencia de una clase aparte, pero si es cierto que muy poca gente sabía leer o escribir. Los sacerdotes, los oficiales del ejercito, los funcionarios, los faraones y por supuesto los escribas podían leer o escribir, mientras que muy poca gente del pueblo tenía acceso al aprendizaje. " Es un sistema complejo, una escritura a la vez enteramente figurada, simbólica y fonética, en un mismo texto, en una misma frase, en una misma palabra" (Compendio del sistema jeroglífico, J.C. Champollion 1824). Pero la escritura era algo más que un método de comunicación. Como todo en Egipto tenía además un sentido mágico y religioso. El nombre de una persona escrito en jeroglífico encarnaba su propia identidad. Por este motivo muchos de los cartuchos de reyes eran destrozados o borrados de los monumentos por faraones opuestos a sus ideas, pretendiendo que perdiesen el poder mágico que originalmente tenían.

Fases históricas de la escritura egipcia
 Cualquier lenguaje sufre a lo largo de los años cambios más o menos significativos y el egipcio se desarrolló a lo largo de más de 3000 años, por lo que con más razón debemos hacer una división cronológica. En algunos casos, el lenguaje hablado se encontraba claramente diferenciado del escrito, y la evolución no era la misma para uno que para el otro. Los vamos a clasificar en seis períodos históricos:
Arcaico : Períodos Protodinástico y Tiníta (3200-2686 a.C.).
Antiguo : Pertenece al Imperio Antiguo ( 2686-2040 a.C.).
Medio : Corresponde al lenguaje escrito del I Período Intermedio y el Imperio Medio. Este período es considerado como el clásico y se mantuvo en literatura, textos religiosos e inscripciones monumentales hasta la llegada de los griegos (2173-1786 a.C.).
Nuevo : Es el período en el que se produce una evolución del lenguaje hablado. Sin embargo en escritura se sigue empleando el egipcio medio (o clásico). En este período hay que hacer un paréntesis en el período de Amarna en el que se empleó el lenguaje hablado en los textos literarios, pero no en los religiosos que siguieron escribiéndose en clásico (1552-664 a.C.).
Demótico : Es una continuación del nuevo, que se mantuvo hasta bien entrado la época romana ( 664 a.C.-600 d.C.).
Copto : Es la última fase, y permaneció hasta el siglo 3 d.C. con la llegada del árabe.

  Tipos de escritura

Cuando se habla de escritura egipcia siempre se piensa en los jeroglíficos, pero no existía un único tipo de escritura. A lo largo de la historia egipcia, se desarrollaron tres tipos:
Jeroglífica o jeroglífica monumental, usada en inscripciones de monumentos y decoración. Es el tipo de escritura más antiguo y más complejo. Se empleó desde el 3100 a.C., fecha aproximada del primer papiro conocido y el 394 d.C. Era un tipo de escritura sagrada, llamada "escritura de la palabra de dios", y como tal se empleaba en sarcófagos, tumbas, monumentos y esculturas, y se representaba con gran detalle. La palabra jeroglífico deriva del griego "ta hieroglyphica" que significa "las letras talladas en piedra" y se debe a la asociación de los jeroglíficos con las inscripciones monumentales. A pesar de que algunas personas, además de los escribas, la sabían leer y escribir, la escritura jeroglífica era la más desconocida y estaba reservada a muy pocos. Se escribía en cualquier sentido (excepto de abajo a arriba) y en líneas o columnas.
Hierática. Surgió como escritura abreviada de la jeroglífica cursiva. Lógicamente el sistema jeroglífico no era apropiado para escrituras rápidas y esto motivó el nacimiento de la escritura hierática, muchos más fluida y estilizada. Era más sencilla que la jeroglífica por lo que se podía emplear en textos religiosos y es la más utilizada sobre papiro. Era la escritura empleada por los escribas (que no estaban obligados a conocer la jeroglífica) y por los sacerdotes en copias literarias. El término proviene del griego "hieratika", que significa sacerdotal. La escritura hierática puede siempre transcribirse en jeroglíficos, si bien el resultado no es el mismo que cuando se compone un texto originariamente en jeroglífica. La jeroglífica cursiva desapareció en torno al año 1000 a.C. mientras que la hierática se utilizó en textos religiosos hasta fines de la civilización egipcia. También se empleaba en textos científicos y obras literarias. Era un tipo de escritura muy útil en papiros y ostracas. El texto se escribía en tinta negra con una caña afilada. La tinta roja se empleaba como remarcación de determinados apartados. A pesar de que la hierática temprana se escribía, como la jeroglífica, en líneas o columnas indistintamente, a partir de la XII dinastía, los textos aparecen sólo en líneas y siempre de derecha a izquierda. Los textos más antiguos pertenecen a la V dinastía. Durante el período romano todas las obras funerarias se escribían en hierático o en demótico. En el III Período Intermedio algunas inscripciones monumentales se realizaron en hierática, que ya entonces se había vuelto hacia la jeroglífica con trazados más redondeados. Esta evolución dio lugar a la escritura "hierática anormal" empleada durante los siglos IX a VII a.C en la región de Tebas y al demótico del Bajo Egipto. Más tarde, con Psamético I, el "hierático anormal", perdió importancia en favor del demótico que se convirtió en escritura oficial. Durante lo Ptolomeos se restringió su uso a textos religiosos, mientras que para los documentos se empleaba el demótico.
Demótica. El término demótico proviene del griego "demotika" ("popular") y se refiere a los asuntos diarios. El término fue utilizado por primera vez por Herodoto. Representa una evolución de la lengua hablada, y es un estado intermedio entre el egipcio y el posterior copto. Es una forma abreviada de la hierática, de trazo rápido y sencillo, con mayores ligaduras en los signos y esquematizando los grupos con enlaces. En esta escritura, es ya difícil reconocer los signos jeroglíficos originales. Se empleaba en asuntos cotidianos, transacciones comerciales, e incluso en algunas inscripciones en piedra, como la piedra de Roseta, donde se la denomina "escritura de los libros" . Su uso comenzó aproximadamente en torno a la XXVI dinastía y se mantuvo hasta el siglo III d.C. Desde la época ptolemaica se empleó también en textos científicos y religiosos, convirtiéndose en la escritura oficial. Se empleó en las regiones del norte desde el año 700 a.C y en todo el país desde el 600 a.C. Se escribía en líneas de derecha a izquierda. El demótico se corresponde aproximadamente a la lengua hablada de los siglos VII y VI a.C. Realmente, aunque el demótico se sirvió del egipcio Nuevo y estaba basado en el hierático, los jeroglíficos son irreconocibles. Durante la época ptolemaica las escrituras fueron perdiendo importancia en favor del copto, palabra derivada del árabe "gubti" que es, a su vez, una degeneración de la palabra griega para designar Egipto. El copto consiste en 24 letras del griego combinadas con 6 caracteres demóticos necesarios para incluir letras que no existen en griego. Sólo se empleó en el Egipto cristiano y cayó con el uso del árabe a partir del 640 d.C.

Tipos de signos

Cualquiera de las formas de escritura utiliza básicamente dos tipos de signos:
Los ideogramas representan palabras enteras, generalmente con raíces de dos o tres consonantes. Cuando el ideograma representa la imagen de su propio objeto entonces se convierte en un pictograma. Los ideogramas pueden describir objetos o acciones, pero nunca conceptos abstractos que están representados por fonogramas.
Los fonogramas son signos que dan lugar a sílabas. Un fonograma representa únicamente un sonido (conjunto de consonantes) sin relación con el objeto descrito. Por ejemplo, la palabra empleada para el término "hijo" suena como "pato" y el símbolo empleado es el mismo en ambos casos. Los más comunes son los uniconsonánticos. Pero una escritura no puede constar sólo de pictogramas, pues requeriría demasiados símbolos. Los egipcios combinaron el lenguaje ideográfico con el fonético. Su origen se encuentra en la pictografía: el sol está representado por un disco, el buey por una imagen de buey. Pero este sistema aparentemente tan sencillo no permite interpretar más que ideas simples, más o menos numerosas, pero siempre materiales, por lo que el uso del signo se extendió a nociones más amplias, p.e. el disco solar se empleaba para representar el día (como ideograma) y en un ámbito más amplio para determinar nociones relacionadas con el tiempo (en su función de determinativo, que la mayoría de los autores, engloban dentro de los ideogramas).
Las vocales no se escribían, y el jeroglífico sólo transcribe el esqueleto consonántico de la palabra. Los símbolos pueden ser unilíteros, bilíteros, trilíteros e incluso cuatrilíteros. El primer caso nos lleva a lo que conocemos como alfabeto, pero hay que tener en cuenta que en el Antiguo Egipto no existía un alfabeto tal y como lo entendemos hoy.
Cuando se intenta leer un texto jeroglífico es normal que se produzcan confusiones, que no errores, en la traducción, debido a los signos polífonos, que pueden leerse de formas diferentes, y los homófonos, que se pronuncian igual. Además a las palabras, entendidas como signos, se les añaden complementos fonéticos, que precisan la pronunciación, o determinativos, que caracterizan el sentido.

Orientación de la escritura

Los jeroglíficos pueden leerse de izquierda a derecha o de derecha a izquierda. Además los textos pueden estar compuestos en líneas o en columnas, en cuyo caso la lectura es de arriba a abajo siempre. El sentido esta determinado por la orientación de los signos, que siempre miran hacia el inicio de la frase. Pero un texto puede estar escrito una vez de derecha a izquierda y otra de izquierda a derecha. El sistema tradicional era en columnas, aunque más tarde se evolucionó hacia la escritura en líneas. El texto es continuo, sin ningún tipo de signo de puntuación, ni espacios separadores entre palabras. Al ser un sistema pictórico, era lógico que se intentase homogeneizar lo más posible el texto, por lo que se dividía en cuadrados de manera que los signos queden ordenados de la manera más estética posible, y es el conjunto lo que le da sentido al texto y no la transliteración secuencial. Por ejemplo, la palabra "bello" se podría escribir como , pero nunca se verá escrito secuencialmente así: . El orden de los signos estaba también motivado por cuestiones religiosas y políticas: la frase "Amado por Horus, Toro Poderoso" normalmente se escribiría como "Horus Toro poderoso amado por", la traducción secuencial de la palabra palacio es "rey casa de" y la de príncipe "rey hijo de". Cuando se mezclaban dioses y reyes el tema se complicaba, pero por lo general se escribía antes el nombre del dios.
 Nota sobre la pronunciación:
El texto siempre muestra un "esqueleto consonántico" sin vocales, por lo que existen una normas de transcripción que facilitan la pronunciación. Por una parte, los signos se convierten a nuestro propio alfabeto y por otra se emplea las siguientes reglas:
Se utilizan ciertas consonantes, como si fuesen vocales.
Hay consonantes a las que se les añade la letra "e".
Si tomamos el signo utilizado para describir "belleza" la transcripción nos lleva a "nfr", que se nos hace impronunciable, por lo que se le añade la letra "e", obteniendo "nefer".
Los periodos de la historia Antigua de Egipto

Egipto Arcaico.
Época Tinita 4000-3400 A.C. aproximadamente.
Imperio Antiguo 3400-2200 A.C.
Imperio Medio 2200-1500 A.C.
Imperio Nuevo 1500-332 A.C.


En el primer periodo, en el Egipto Arcaico, ocurre la unificación en los clanes llamados Nomos, que formaron los primeros dos reinos ( Bajo Egipto y Alto Egipto)
El segundo periodo o época Tinita. presenta la realeza ya organizada. El rey es Horus, el halcón, con carácter de divinidad totémica. Todo le pertenece y todo gira en torno a él. Posee el poder espiritual al mismo tiempo que el poder temporal. Junto al rey aparecen numerosos funcionarios, que le rodean como servidores personales, Le siguen aún después de muertos; pues se les sepulta en dependencias de la tumba Real.

IMPERIO ANTIGUO
La clase campesina era la base social y económica, que coincide con el desarrollo económico y caracteriza las relaciones con el comercio exterior, la cabeza del estado es la nobleza que tiene el 70% de la tierra, nominalmente el 100% de la tierra es de propiedad del Faraón, a los esclavos se les permite tener familia ( a esta esclavitud se le denomina patriarcal), aparte de nobles, el clero, también existen los esclavistas, durante este periodo la construcción de la mayoría de monumentos fúnebres estuvo a cargo de esclavos, la mayoría de los propietarios de ganado eran nobles, los campesinos comercian sus productos a través del estado y el estado a su vez abastece al campesino de materias primas en raciones, dando les pocas posibilidades de que obtenga ganancias por lo producido, debo añadir que cualquier construcción a realizar, debía ser con el beneplácito del estado, las causas del fin de este periodo parecen ser las grandes construcciones que debilitaron la economía, y debido a los nomos que reducían el pago de impuestos para construir sus propios templos. Bajo la tercera dinastía (2990-2900 A.C.) el canciller se convierte en el más importante cargo del estado. Los diez más importantes vasallos pasan a formar un consejo de ministros, La justicia es confiada a tribunales de notables, presididos por los gobernadores de provincia, Bajo la dinastía V (2750-2600 A.C.) se puede apelar ante la alta corte de seis cámaras de Menfis, el procedimiento es por escrito, y un actuario interviene junto a cada tribunal. La familia es monógama, sólo el rey posee varias esposas, los hombres y las mujeres pueden recibir herencia. La centralización del poder condujo a la monarquía hacia el absolutismo, los faraones de la IV dinastía reemplazaron al canciller por un Visir-juez supremo, elegido directamente por el rey. Identificado con el Dios Rá, el Faraón organizo su propio culto, el cual llego a ser el culto oficial del estado, se organizo un clero real destinado al culto del Rey-Dios, Este clero real durante la V dinastía se trasforma en una oligarquía privilegiada. El sacerdocio es remunerado con rentas, y se hace hereditario, el Palacio Real se convierte en un santuario. El absolutismo, creando oficios reales que escapan a las reglas de la carrera administrativa, favorece el acaparamiento de las altas funciones por las familias de la nueva nobleza sacerdotal, y el rey sufre pronto los efectos de esta oligarquía. El visirato es acaparado por algunas familias. El gobierno de los Nomos es dado por los visires a sus hijos, quienes falsean todo el aparato administrativo del Estado. Los altos cargos tienden a hacerse hereditarios, como el sacerdocio.
La oligarquía al hacerse dueña del culto y del poder obtiene la exención del impuesto. Los templos, cuyas tierras no cesan de aumentar en detrimento del tesoro, se convierten en Estados dentro del estado.
La delegación hecha por el rey, de sus poderes soberanos, constituye una noción nueva en el derecho publico de aquel tiempo y al final de la V dinastía se incorpora al sistema administrativo y hace aparecer el "beneficio-función": el cargo de gobernador de ciertas provincias del alto Egipto se entregaba a ciertos sacerdotes, y a un general quien regreso victorioso de la Palestina, al mismo esta nobleza cada vez más cargada de beneficios, se convierte en una clase de grandes terratenientes, eximidos de impuestos y que en virtud de la inmunidad disponen de la jurisdicción real sobre los ocupantes de sus tierras, y así se trasforman en Señores, no contratan Labradores a menos que sea por largos periodos de tiempo, y el arriendo antes anual, se hace de por vida, luego por dos vidas, y se crea una dependencia hereditaria, este nuevo sistema destruye la antigua igualdad jurídica y la cambia por un sistema de clases sociales. en adelante la población se compondrá de nobles privilegiados y de vasallos que dependen de un señor a título perpetuo, que serán los siervos. Había hombres libres que, fuera de los dominios señoriales conservaban su independencia.
La inmunidad fiscal de la que gozaban los nobles hizo recaer todo el peso fiscal sobre los pequeños poseedores de tierras, los cuales se ven en la necesidad de vender sus tierras a los grandes terratenientes, sí no son despojados de ellas.
La VI dinastía (2600-2475 A.C.) va a dar el triunfo definitivo a la nobleza sobre la monarquía El advenimiento del rey Teti es acompañado por una reforma profunda del estatuto publico del país, en la provincias del sur el principio feudal sustituye al principio funcionarista. Uno tras otro, los nomos son entregados por decreto a oficiales hereditarios que toman el título de "príncipe", ejercen el poder soberano, en virtud de la investidura que el rey les da y sólo están ligados a la autoridad real por un juramento de fidelidad. ( es parecido al juramento de los caballeros ante su señor en el feudalismo del medioevo), así las provincias son trasformadas en principados autónomos. El príncipe entrega a sus familiares o sus vasallos funciones hereditarias, en síntesis el sistema feudal sustituye así al sistema administrativo.
El ejercito mismo se feudaliza, cada príncipe o templo privilegiado hace el reclutamiento por sus propios medios, y el rey, para reunir el ejercito, tiene que convocar a los príncipes y a los grandes sacerdotes. sin embargo el monarca conserva una autoridad más directa en el Bajo Egipto, donde la existencia de ciudades impide la feudalización del territorio y queda también el monarca como dueño de la Nubia de donde saca tropas mercenarias y recursos que provienen de las minas de oro ademas de los tributos pagados por los jefes Nubios, para asegurar la posesión de este País, se confía Elefantina, provincia fronteriza de la Nubia a generales mercenarios, pero estos se feudalizan, convirtiendose en Príncipes de Elefantina. Desde ese momento el rey pierde todo el poder en el alto Egipto.
Ademas al mismo tiempo el gobierno escapa de las manos reales. Los reyes Teti y Pepi I, para resistir al desmembramiento de su soberanía, reúnen todo el poder del estado en la manos de sus visires, a los que tratan de escoger fuera de la nobleza territorial, cosa que ha sido necesaria pues los recursos fiscales han sido acaparados por los príncipes, y el Rey no puede seguir haciendo frente a los pesados gastos de la administración. sin embargo conserva los impuestos que provienen del bajo Egipto, gracias a los cuales la monarquía consigue hacerle frente a los señores feudales, en esta situación los visires se convierten en verdaderos mayordomos de palacio, someten al rey a su tutela y aprovechan su poder para asignarse gobierno hereditarios. Acaparado desde entonces el visirato por la oligarquía feudal, no queda al rey otra opción mas, que aliarse a los señores feudales más poderosos, contrayendo matrimonio con sus hijas, como lo hace Pepi I, pero los príncipes aliados a la familia aprovechan su situación para hacerse otorgar el gobierno hereditario de los Nomos del bajo Egipto, Y así los príncipes Tinis primero y luego Coptos, sustituyeron de hecho al rey, que quedo reducido en una autoridad ficticia.
Todo esto en el bajo Egipto contribuyo a una crisis económica. El régimen señorial, por su tendencia a la economía cerrada, disminuyeron considerablemente los intercambios, basados principalmente en la exportación del trigo. La crisis económica provoca en las ciudades el paro forzoso y la miseria. Ya no se navega hacia Byblos, y las materias primas no llegan a Siria, esta crisis degenera en una crisis social provocando un formidable levantamiento popular en todas las ciudades, y hasta en Menfis, la capital. Los nobles son asesinados; las oficinas del catastro (deposito de los títulos de propiedad) son destruidas. El viejo rey Pepi II, de 95 años de edad es sacado de su palacio por el pueblo; los nobles huyen en todo el delta. El régimen señorial es abolido, y los siervos retoman la libertad, las ciudades se trasforman en repúblicas independientes, bajo la autoridad de unos magistrados llamados los "Diez Hombres", probablemente elegidos por mercaderes y artesanos. Egipto cae de nuevo en el fraccionamiento feudal. El alto Egipto es dividido en principado autónomos, en el Bajo Egipto, las ciudades libres dominan al país llano. con todo, la realeza no ha desaparecido, el rey es convertido en el primero de los príncipes, es una autoridad simbólica compartida por mas de una treintena de principados feudales.
Se forja un clima de inseguridad, las guerras feudales, ponen a los príncipes a luchar entre si; el alto Egipto señorial se separa completamente del norte, para quedar en una situación de aislamiento. Las ciudades van a orientarse hacia el mar y vivir su vida propia de ciudades independientes.
LA TRANSICIÓN
Entre el tercer periodo y el Imperio Medio, hay una época de transición que corresponde a las dinastías IX y X. Al parecer un monarca del Egipto Medio usurpara el poder. La capital del país en ese momento es Herakleópolis. Esta época se caracteriza por la carencia de documentos históricos (monumentos, palacios, escritos oficiales), pero esta carencia es reemplazada por los textos populares, que nos cuentan la existencia de una profunda crisis.
IMPERIO MEDIO

El cuarto periodo inicia con la monarquía de Tebas, como resultado de la lucha interna que ha modificado profundamente la actitud del gobierno y el carácter del Estado, que hasta entonces era esencialmente pacífico.
Esta época es característica por el saqueo de monumentos, tumbas reales, la destrucción de monumentos, el abandono de los santuarios de Ra y de los templos reales de la V dinastía. Además se comprueba el desmembramiento de egipto entre la IX y X dinastía.
Los reyes de la XII dinastía, tuvieron a su cargo la pacificación y reconstrucción de Egipto, después de la catastrófica revolución social. Desde el Imperio Medio queda planteada la cuestión social, y la sociedad egipcia se orienta en nuevas direcciones. El rey no es el único que conforma el estado, sino la población entera. Nobles, sacerdotes, comerciantes, artesanos y labradores son llamados a participar, no sólo de las cargas, sino también de los beneficios que produce la explotación del suelo. La revolución había abierto cauces a este nuevo orden de cosas, barriendo las categorias sociales. De este modo después de cinco siglos de feudalismo, Egipto entra en un periodo de reforma monárquica, el poder se reconstituyó lentamente en el interior de los principados. En el alto Egipto, en el estado de Tebas, los príncipes formaron una verdadera potencia militar, que emprendió la conquista del país. Cerca del 2160 a.c. consiguieron imponerse a todos los príncipes del alto Egipto. Un siglo después eran dueños de todo el territorio. Las ciudades del Bajo Egipto obligadas a aceptar su autoridad, les aportaron, gracias a sus recursos financieros, un notable incremento de su fuerza , mientras que la seguridad, devuelta al país por la unidad monárquica, dio al comercio un desarrollo que, quebrando la economía cerrada del sistema señorial, preparó la caída de este y la renovación de la monarquía.
Los reyes de tebas, se empeñaron por conseguir la formación de un estado central. Junto a la corte feudal aparecía un consejo al que pertenecían algunos hombres de negocios y burgueses de las ciudades, quienes van a ser los propiciadores de la política real centralizadora y de su plan económico. Expediciones reales toman la ruta por Arabia y el Mar Rojo y la monarquía vuelve a la política de expansión practicada antes por los faraones del antiguo imperio en base al comercio entre el estados , el rey obtiene los recursos necesarios para establecer la administración funcionalizada, y a la antigua nobleza territorial y militar va a oponerse una nueva nobleza de toga, que asume el papel dominante en el estado. La renovación del comercio, la formación de una clse de funcionarios y el contacto con las poblaciones urbanas y agrícolas hacen pasar sobre todo el país una gran movimiento de emancipación, que se traduce al principio en el misticismo del culto a Osiris. La igualdad de los hombres ante el dios de la vida ultra terrena impele a las clases sociales hacia una piedad que se manifiesta en las grandes peregrinaciones a Abydos, en donde se levanta el santuario de Osiris, y los reyes de Tebas, volviendo a las fórmulas monárquicas empleadas dos mil años antes por los reyes de Busiris, buscan agrupar al pueblo en torno de ellos, en el mismo impulso de lealtad, asociando la monarquía al misticismo osiriano.
La nobleza administrativa, en el seno de la cual los reyes reclutan a los visires, cuyo cargo han vuelto a crear, se hace tan poderosa, que cuando hacia el año 2000 la XI dinastía se extingue, será el descendiente de un visir y no un príncipe territorial quien fundará la XII dinastía.
Es el momento en que Hammurabi reina en Caldea, y Egipto orientado económicamente hacia Babilonia, sufre sin duda de su influencia. El aprovechamiento del Fayoum, trasformado en un gran dominio real, por una sabia irrigación del país y por métodos directos que rompen las prácticas de la antigua organización económica, es claramente inspirado por sistemas babilónicos. El favor concedido por el rey al comercio privado que se desarrolla en Byblos y Creta incorpora progresivamente las ciudades egipcias al movimiento de la economía internacional, y, al mismo tiempo, la corona, retomando la colonización de la Nubia, obtiene oro, marfil y ébano, mientras que sus flotas van a Arabia, a buscar los productos de Oriente. El poder adquirido por la monarquía mediante los recursos que obtiene de su comercio de Estado y de la explotación de su gran dominio, como asimismo el apoyo que encuentra en las ciudades, no permiten a la feudalidad seguir oponiendo resistencia, y el faraón afirmando su soberanía, impone su autoridad a sus subvasallos como a sus vasallos, dispone de sus feudos, los somete a su jurisdicción, les impone el pago del impuesto real, y recluta tropas en los principados ante los soberanos.
La feudalidad retrocede; el comercio se desarrolla, y el derecho individualista, que ha sobrevivido en las ciudades, se extiende, gana a la clase de los funcionarios, disloca el sistema señorial y relaja la jerarquía social. El arte, fecundado por el reciente individualismo, alcanza una gran renovación inspirado por la antigüedad clásica del antiguo imperio.
Lo reyes de la XII dinastía aún no son conquistadores, pero se ven forzados a una constante actividad militar para mantener el orden interno y tener a raya a los pueblos vecinos, nómadas, semisalvajes y belicosos. Cuando esta actividad guerrera se interrumpió, como consecuencia del quebrantamiento de la unidad imperial dinástica Egipto no pudo resistir la invasión de los Hicsos, jefes de bandas o de tribus semitas, originarias de Palestina o de Siria, que penetraron en el valle del Nilo, por la parte norte, se establecieron y fortificaron en el delta, irradiaron su influencia a todo el país, establecieron una autoridad duradera y tuvieron el título oficial de reyes de Egipto (dinastías XV y XVI).
Los hicsos fueron absorbidos por las costumbres del país, que ellos respetaron. Los príncipes de Tebas los expulsaron y conformaron la dinastía XVII.
IMPERIO NUEVO
En este periodo los faraones tienen cuidado de conservar para la realeza su origen divino, que hace incontestable la autoridad y que reposa sobre la pureza de la sangre. Así, se ve en los reyes del nuevo imperio manifestar su adhesión a este principio, algunos contrajeron matrimonio con su media hermana, nacida de madre más noble, para mejorar su sangre, y cuando un usurpador subía al trono, este se apresuraba a legitimar su derecho a la corona mediante un matrimonio con una princesa de sangre real.
En el comienzo de este periodo (cuando la dinastía XVIII reunió y organizo la totalidad del país) el feudalismo desapareció por completo y la administración fue centralizada en manos de un gran visir y un numeroso aparato de funcionarios alternos; pero todo se hace en nombre del faraón, ya se trate de trabajos públicos, de finanzas, de relaciones exteriores o de comercio. La justicia es administrada, como antes, por una magistratura especial, y las provincias asiáticas son gobernadas por nativos, bajo la vigilancia de funcionarios egipcios. La Nubia es administrada por un virrey, nombrado por el faraón y que suele ser uno de sus hijos.
 
En esta época la influencia creciente del sacerdocio de Amón, detenida un momento por la reforma de Agnatón, aumenta su carácter político efectivo, y el cargo de gran sacerdote de ja de pertenecer a una sola familia. Cada vez que una de las dinastías rivales impone su predominio, instala en el trono de Amón a un príncipe de su raza que, más que un sacerdote, es el gobernante del Alto Egipto.
Bajo la dinastía XVIII se produce una verdadera revolución en las costumbres, y se manifiesta en las artes en donde el realismo impone nuevos temas, formas y colores, pero la más importante consecuencia cultural de esta nueva modalidad se concreta con la reforma religiosa, llevada a cabo por el faraón Amenofis IV, creador de una nueva doctrina social solidarista, quien, al mismo tiempo propuso la unificación espiritual del imperio, mediante el culto del dios Atón, representado por un disco solar resplandeciente.
Amenofis IV que adoptó el nombre del Agnatón o Akenaton o Ikumatón (gloria del disco solar), hizo de Atón un dios universal, utilizando el viejo mito común a muchos pueblos antiguos para dar a la religión el carácter de un orden regular, y cuya protección alcanzaba a todos, sin distinción de razas o de lenguas. En esa forma se realizaba para el Egipto, revolucionariamente, el primer intento de monoteísmo que registra la historia, al mismo tiempo que se intentaba crear una religión universal, por encima de las fronteras nacionales y de los cultos locales.
La clase sacerdotal de todo Egipto, especialmente el sacerdocio de Amón-Ra, con asiento en la ciudad de Tebas, resistió esta innovación y luego se reveló contra ella con todo el enorme poder de que disponía y de la colaboración de Toutankamón (Tutankamón), yerno del rey, con siguiendo derrotar a Akenaton y anular definitivamente su obra.
A partir de la dinastía XX se produce un relajamiento de la unidad egipcia y, especialmente en el delta, durante la dinastía XXII tiene efecto la invasión y dominación de Egipto por los Etíopes, cuyos reyes se mantienen en el país hasta el año 662. Mas tarde, al comenzar la dinastía XXIV, cuyo primer faraón es Necao, ocurre un hecho bien interesante: una revolución popular encabezada por Amasis general egipcio contra el faraón Apríes.
POLITICA
Los seres humanos que ocuparon el valle del Nilo y se instalaron en él para formar posteriormente el pueblo egipcio, se encontraban agrupados en clanes o NOMOS. Estos clanes se establecieron a lo largo del valle, sobre las dos laderas del río. Cada uno tenía su propio gobierno de tipo monárquico y a patri lineal, su religión era totémica. Estos clanes mantuvieron estrechas relaciones entre sí, obligados para mantener el territorio a salvo de los desbordamientos del río, pues esta defensa sólo podía ser realizada con el apoyo de todas las comunidades, no tardaron mucho tiempo para que se formara un estado unificando a todos lo Nomos, pero antes los clanes se agruparon en dos grandes reinos formando así lo que hoy se denomina el alto y bajo Egipto.
El principal atributo de la realeza Faraónica es el Schent o corona de todo Egipto, formado por una combinación de los emblemas del alto y bajo Egipto, como consecuencia de la unión política, la religión en Egipto se unifica, y de la misma manera en que el jefe del clan dominante se impone a todo el reino, el dios totémico de ese clan del primer Dios para todos los demás clanes. El alto Egipto reconoce este carácter al Nomo del Halcón (Horus) y el bajo Egipto al clan de la Serpiente (Ureus).
Se atribuye a Nermel (Narmel) La unificación de los Nomos. Narmel También es el fundador de la primera Dinastía, ostentando ya el Título de Señor de las dos tierras (alto y bajo Egipto), un sucesor de Narmel (mina o menes) funda la primera ciudad llamada Menfis, pero en realidad este nombre es griego, pues su nombre real es HERKAPTAH, que significa:
HER- CIUDAD CENTRO
KA- QUE TIENE RELACIÓN CON
PTAH- LA DIVINIDAD DE LA CIUDAD
Fue la primera ciudad importante formando la primera dinastía: Mina y Soser. Los clanes totémicos que formaron los Nomos egipcios estuvieron organizados bajo el sistema de propiedad común, sin reconocer otra propiedad privada que la de los objetos de uso personal. Tal carácter se mantuvo casi sin solución de continuidad bajo las primeras dinastías. Cuando se produjo la unificación total de los clanes y la concentración del poder político en el FARAÓN, la propiedad de las cosas pasó a pertenecer a este ultimo, que tuvo en sus manos la economía de toda la nación. El trabajo individual de cada persona le pertenecía.
La división del trabajo numerosas, bajo una organización económica centralizad, dio origen a la formación de clases sociales.
En el campo los Agricultores y criadores de ganado; en las ciudades, albañiles, carpinteros tejedores, zapateros, todos trabajando bajo la dirección de un capataz, y sus productos eran propiedad fiscal a cargo de un capataz. La clase de los escribas tenía a su cargo las tareas intelectuales de la administración publica, siendo los escribas también funcionarios. Al lado del Faraón se situaban los visires o ministros, encargados de la administración central, quienes actuaban siempre en nombre del Faraón o monarca respectivo.
Se da un hecho clave cuando los sacerdotes atestiguan que Soser (Faraón de las Primeras Dinastías) nació procedente Rá, entonces el estado se vuelve en una unidad teocrática algunos creen que en Egipto se formó un estado cuasi feudal, pues los campesinos eran esclavizados también en las tierras del clero llamandoles esclavos de Dios.
Dado este carácter teocrático, se identificaba al Faraón con la divinidad, los sacerdotes eran en realidad funcionarios públicos, cuidaban los tesoros y los archivos oficiales. A partir de la dinastía XVIII comienza la expansión del estado para llegar a convertirse en un imperio, donde comienza a ser importante el ejercito que en su mayoría estaba formado por extranjeros, negros y Libios. Este sistema economico-politico fue transformandose de manera gradual. Los monarcas de las cuadres tuvieron a su cargo la propiedad privada de la tierra dentro de su jurisdicción y los sacerdotes se convirtieron en depositarios de tierras y de los tesoros depositados en sus templos.
Así se fue debilitando el poder y prestigio del monarca, a favor del prestigio de mercaderes e industriales, favorecidos por el aumento de la población. Hacia el año 2160 A.C. se inicio una campaña de unificación que logro su objetivo en el año 2000 A.C. con el triunfo de los príncipes de Tebas, fundadores de la dinastía XII y reorganizando todo Egipto bajo un sistema diseñado para que el Faraón dictara la ley, y a la vez este sometido a ella, y para evitar posteriores desordenes, y protegerse de peligros externos, se creo un ejercito numeroso.
Este ejercito numeroso, y los posteriores privilegios que se le dieron , como clase, le proporcionó una condición social a las demás, con excepción de los sacerdotes. Hacia el año 1750 A.C. se produjo la invasión por parte de los Hicsos , en síntesis la presencia de los Hicsos no fue en todo el territorio egipcio, pero sin embargo su presencia causo desordenes, aún en territorios no conquistados por ellos.
Los príncipes de tebas, aceptaron una situación de vasallaje, para llevar a cabo la reconquista total del territorio perdido.
El Arte Egipcio
Dos son quizá los aspectos más llamativos del arte egipcio, que se desarrolló a lo largo de 3000 años. Por una parte el anonimato de sus creadores y por otra el estilo idependiente.
Efectivamente el artista egipcio no está reconocido, es la figura del rey la que ha llegado hasta nosotros. Las mayores expresiones de arte nos llegan a través de la figura del faraón que era quien encargaba los trabajos, mientras que el ejecutor de las obras permanece casi siempre en el anonimato. Por otra parte el arte egipcio, con 3000 años de expresiones artísticas, nunca se vió influenciado ni por los acontecimientos históricos ni por tendencias extranjeras, más bien
todo lo contrario. Fueron los invasores quienes se vieron influenciados por las expresiones egipcias.
El arte egipcio está influenciado profundamente por la religión y por el centralismo político que trata de exaltar el poder absoluto de los reyes y la grandeza de su imperio. Como en la vida cotidiana el egipcio estaba altamente influenciado por sus creencias en el Más Alla y fundamentalmente por el concepto de eternidaddurabilidad, y fueron estas ideas las que determinaron su producción artística. El egipcio creía que el alma vive en los alrederdores del cuerpo, el difunto erarodeado del ajuar funerario y de ushebits, que son sus dobles y sus ayudantes en la otra vida, por que tienen el poder de animar lo inanimado. Para el egipcio hay posibilidades de felicidad en la otra vida. En Mesopotamia el muerto lleva una existencia más desgraciada y si es olvidado por sus familiares pasará desgracias en el Más Allá, de ahí la existencia de un arte funerario egipcio frente al arte más severo de Mesopotamia.
El artista era normalmente un funcionario al servicio del estado o de los templos. El oficio era aprendido en escuelas que enseñaban los canones establecidos y normalmente pasaba de padres a hijos. Aunque el artista era anónimo, no firmaba sus obras y muy pocos nombres han llegado hasta nosostros, no lo era para sus contemporáneos y algunos estaban altamente reconocidos como lo prueba la decoración de algunas tumbas de artistas. Pero el artista no tiene independencia en su creación, todo lo que craba debía estar de acuerdo a unos cánones, es por tanto falto de originalidad. Como ya observó Platón el arte es repetitivo, se emplean los mismos colores, los mismos esquemas durante siglos.
Cuando hablamos de arte egipcio, debemos abstraernos del concepto propiamente dicho. El egipcio no entendía el arte como podemos hacerlo nosostros en la actualidad. Los objetos no se creaban con una intencionalidad propia del artista. Para todos nosotros el arte incluye reglas que permiten hacer las cosas bien, pero sobre todo es belleza, por que lo que confiere a un obejto su valor artístico es el hecho de estar bien hecho, más que el sentido práctico para el que se ha creado. Ahora bien el artesano egipcio, y decimos artesano por que no existía diferencia entre el creador de vasijas y el pintor de sarcófagos en cuanto a término artístico, hace las cosas en su sentido práctico. Muy pocas obras fueron producto del "arte por el arte".
Un obelisco se crea por que representa el camino hacia el cielo, una pirámide o una mastaba es ante todo el lugar de residencia de los difuntos y los relieves e las tumbas tienen un sentido mágico y religioso.Obviamente tampoco podemos excluir el sentido de belleza de las manifestaciones egipcias, pues en ese caso ni los templos ni la orfebrería por ejemplo entraría en el concepto, pero lo que se exigía era que un objeto realizase la función primaria para la que fué concebido y posteriormente que la ejecución resultase lo más perfecta y bella posible.
En arquitectura se construyen grandes monumentos (palacios, templos y tumbas), en escultura lo mas destacable es el relieve por que responde a una serie de convencionalismos para representar las 3 dimensiones y el efecto de profundidad. El cuerpo se divide representando cada una de las partes de la forma que parece más expresiva; el ojo de frente, la cara, piernas y pies de perfil, el busto de frente y con el tiempo este se colocará en 3/4. El relieve se caracteriza por una altura jerarquica de las figuras representadas, composición por filas para evitar la perspectiva, árboles caidos de lado y casa vistas como un armario abierto
En la escultura no se trata de representar formas realistas sino respondiendo a un canon ideal. Sólo Ajenatón trató, durante su reinado, de crear un arte mas libre y sincero disminuyendo la idealización en el estilo Amarna.. Los labios se representan más gruesos, se alargan los cuellos o se crean vientres abultados.

PRINCIPIOS DEL ARTISTA
Hemos visto en la introducción que el arte egipcio es falto de originalidad, repetitivo a lo largo de los siglos, debido a una falta de cratividad del artista, funcionario al servicio de los templos o los reyes. Efectivamente el artesano (No existe término que identifique al artista ) debe crear según unas normas y cánones ya establecidos y vigentes durante siglos. Esto se traduce en unos principio básicos de creeación. Podemos , entonces hablar de:
Representación bi-dimensional
Frontalidad
Falta de perspectiva
Horizontalidad
Todos sabemos reconocer el arte egipcio, fundamentalmente los relieves y pinturas, aunque no distingamos los períodos históricos. A nadie se le escapanninguno de las características anteriores que convierten al arte egipcioenun arte conceptual, no perceptivo. Los factores anteriores no dejan de presentar problemas a la hora de representar ciertos objetos. ¿Qué
hacer cuando un objeto incluye otro en su interior?. El artista lo arreglaba representando el interior sobre el exterior. La verticalidad de los conjuntos decorativos, como jardines se representaba aplicando la horizontalidad a todo el conjunto.
Cuando vemos una pintura observamos una clara falta de perspectiva. Todos los relieves y pinturas se creaban en líneas horizontales de mayor a menor tamaño que, aunque a quien lo observa no le da ninguna sensación de profundidad sino mas bien de secuencialidadd de escenas se consigue aplicar el concepto. Las líneas superiores de menor tamaño representan el
fondo de la imagen y las inferiores los primeros planos.
El artista dibuja los objetos de frente, pero no todos. Si observamos los retratos vemos que el cuerpo se divide representando cada una de las partes de la forma que parece más expresiva; el ojo y los hombros de frente, la cara, piernas pies, ombligo y senos de perfil y el busto de frente, aunque con el tiempo se colocará en 3/4. Lo que se persigue no es la diferenciación, sino el concepto.
Además de estos principios que debía seguir el artista al realizar su obra, existían otros impuestos dependiendo de significado o destino de la obra. Cuando se realizaba una imagen de un difunto para la tumba se le representaba reconocible, pero idealizado. En el arte funerario, además debían representarse ciertos animales, considerados peligrosos para el difunto, con cuchillos sobre la espalda o sin los componentes que lo hacen peligroso, p.e. los escorpiones o
las serpientes que podían complicarle la existencia al difunto en el Más Allá.
Observamos también que existen escenas en las que los hombres aparecen de diferente tamaño aun a pesar de estar en el mismo plano. El tamaño de las personas representadas dependía de su nivel jerarquico en la sociedad. Ademásno existen movimientos bruscos, ni siquiera en las escenas de lucha. Los ideales de belleza dominan lsa caras y el físico. No
existen rasgos especiales y por supuesto no hay movimiento, toda la imagen es estática.
Pero tampoco existe movimiento en las caras con el paso del tiempo. Se representan jóvenes y casi siempre idealizados. Los hombes se representan en color oscuro, debido a su trabajo al sol, y las mujeres en uno claro, por que pasan
más tiempo en casa.

El empleo de los materiales también dependía del sentido a dar a la escena. Cuando se quería vincular directamente al rey con los cultos solares se empleaba la piedra roja. Esto fué muy frecuente en el reinado de Amenhotep III y por supuesto de Amenhotep IV (Ajenaton). Los colores estaban sujetos a una estricta normativa. El rojo se asociaba al desierto y al dios Set, el amarillo al sol, el azul al Nilo, el negro al limo y por tanto a la fertilidad, y el verde a la fecundidad. El cuerpo de Osiris , asociado con el Más Allá, pero tambien con la vegetación, se representa precisamente de color verde.
Religión
Época predinástica
Ya en las épocas más antiguas, en torno al 3000 a.C. se pueden distinguir la mayoría de los dioses del panteón, por lo que hablar de evolución religiosa debe ser entendido más bien como de cambios ideológicos, o cambios religiosos, mas que como una evolución en el pensamiento o en las creencias. En la época de Nagada podemos hablar mas de unas creencias fetichistas que de una religión propiamente. Durante el IV y V milenios se puede hablar de una religión basada en totems. Los primeros dioses locales con representaciones o atributos animales hacen su aparición. El culto a la naturaleza, y en especial a la fuerza fecundadora empieza a tener importancia al aparecer la diosa madre, que en cada localidad tiene una representación. En torno a esta diosa madre se construyen las primeras ideas de la concepción del mundo y del universo. La diosa madre es la diosa no sólo de la tierra sino también de los cielos y de los seres vivientes. Uadyet, Nejbet, Hathor son diosas relacionadas con la fecundidad, los partos, pero también son diosas celestes y diosas tierra. Mut es "la madre", Isis es diosa de la fecundidad , del amor y del cielo.
Época tinita
En esta época ya se puede hablar de Horus como dios supremo, pero sobre él se encuentra Ra, dios de Heliópolis, que a partir de la II dinastía se funde en Ra-Haraktes. En Menfis es probable que ya en la I dinastía se adorase a su dios local Ptah. También Osiris ha aparecido ya durante la época tinita, aunque su culto no está generalizado, y no pasa de ser un dios local de la vegetación. Apis, Hathor, Jenti-Imentiu, Menhit, Min, Nejbet, Neith o Thot están tambien presentes en el Panteón egipcio en esta primera etapa.
Poco se conoce sobre el culto practicado durante este periodo, excepto la existencia de templos de madera en los que se celebrarían los festivales, como aparece registrado en la Piedra de Palermo. El clero no ejerce de forma profesional, no tiene independencia económica, por lo que su poder hasta ese momento es bastante limitado. No existe la certeza de que fuese el rey quien mantenía los centros de culto, ni siquiera que los supervisase.
Reino Antiguo
Comienzan a surgir las grandes ideas de la Creación. En Menfis la teoría de la creación según Ptah, en Heliópolis la teoría de Ra, y su manifestación local Atum.
Durante la IV dinastía empieza a tomar importancia el culto a Ra, como dios asociado a la realeza, y se desarrolla la influencia del clero heliopolitano. Estamos en la época de la construcción de las pirámides de Gizeh. Se establece la idea de que el rey es un dios al que hay que adorar, idea que permanecerá invariable hasta la llegada de los romanos. A partir de la V dinastía el faraón es "Hijo de Ra" y el clero comienza a adquirir poder; los templos comienzan a recibir gran cantidad de recursos económicos, que ya no se emplean en construcciones reales. Se empiezan a contruir los templos abiertos con un gran obelisco central.
Es en la V dinastía cuando la religión solar se convierte en lo que conocemos, la tesis heliopolitana. El culto solar se une a la gran Eneada. Empieza a destacar el culto osiríaco, aunque sólo vinculado al rey, quien una vez muerto se identificaba con Osiris. No es mas que el principio de lo que conocemos del Reino Medio, cuando las puertas se abren y ya todo el mundo al morir se convierte en "Osiris fulano". Proveniente de Busiris, llega al Alto Egipto a través de Abidos. De la triada Atum-Ra ( Shu y Tefnut), de la cosmogonía construida sobre Geb y Nut y del culto a Osiris surge por sincretismo la gran Eneada. La idea del caos se hace firme con el sistema:
"En el principio existía el caos simbolizado por Nun. El Universo no había sido creado, existía desde antiguo y por la eternidad como una masa inerte. No existía el cielo, ni la tierra, ni los hombres y los dioses aún no habían nacido. No existía la vida ni la muerte. Atum, el espíritu del mundo estaba diluido en este caos. Pero llevaba en si mismo la fuerza generadora de las cosas y los seres. Tomando conciencia de si mismo se llamó gritando: Ven a mi, y desdoblándose originó el nacimiento de Ra, personificado por el Sol. Atum y Ra, el espíritu del mundo y su conciencia, son los 2 aspectos de un mismo ser, mundo indivisible que lleva en si la fuerza generadora de su propia sustancia".
Tras resurgir del caos Atum-Ra crea a Shu (el aire) y Tefnut (el fuego). De la unión de ambos elementos nacen Geb (Tierra) y Nut (cielo), que a su vez dará a luz a Osiris, Isis, Neftis y Seth. Estos nueve dioses formaban la gran Eneada, y la Creación estaba cumplida. En torno a ellos surgirán dioses mas o menos importantes que ocuparan lugares especiales en el Panteón, pero el sincretismo ya se ha realizado. Las parejas divinas se consolidan.
Durante la VI dinastía las pirámides se caracterizaran por la inclusión de textos, conocidos como "Textos de las pirámides", que ya habían sido incluidos en la pirámide de Unas ( último faraón de la V dinastía) referentes a los rituales funerarios, las ceremonias de enterramiento o al ritual del templo. También se incluyen listas de ofrendas e himnos. y fórmulas mágicas, origen de la posterior recopilación de sortilegios que hoy conocemos como El Libro de los Muertos.
El clero heliopolitano se hace cargo de las donaciones y ofrendas, lo que le permite gozar de una base económica que le mantiene en el poder. En Abidos se halló un decreto de Neferirkare por el que los servidores locales del templo quedaban exentos de realizar los trabajos obligatorios para el estado ( corvea). Esto puede darnos una idea del poder e influencia que ejercía el clero en la política de finales del Reino Antiguo. A finales de la VI dinastía se produce un alejamiento de las administraciones locales frente al poder central. El rey se ve obligado a conceder privilegios a los templos a cambio de que estos, y los nobles locales mantengan su lealtad. 2 consecuencias inmediatas se deducen de estas acciones. Por una parte vuelve a resurgir el culto a los dioses locales y por otra los templos se transforman en centros económicos regionales y se convierten en independientes del poder central. Los grandes sacerdotes, casi siempre, son personajes locales. Podían tomar ciertas medidas administrativas, inicialmente reservadas al rey, y eso es lo que hicieron durante la desaparición del poder central en el Primer Periodo Intermedio.
Reino Medio
Posiblemente la religión del Reino Medio se caracterice por las novedades que supuso. Es durante este período cuando la religión alcanza su momento de mayor equilibrio, si bien es cierto que los datos relativos a la religión son mucho más escasos que los que conocemos del Reino Antiguo o el Reino Nuevo.
Montu asciende a dios de la dinastía XI, como dios guerrero perteneciente a Armant (Hermonthis). La duración de este dios fue breve, porque durante la XII dinastía surge Amon, dios local de Tebas, que ya en el Reino Antiguo aparece mencionado en los textos de las pirámides. Vemos que se pretende conseguir una unidad nacional, Amon no sustituye a antiguos dioses sino que desde el principio este dios se funde con Ra, como Amon-Ra, asumiendo así toda la teología solar.
Por otra parte el culto a Osiris ya ha triunfado y los textos mágicos, antes reservados a la realeza son ahora también de las clases medias, dando lugar a lo que hoy conocemos como "Textos de los sarcófagos", surgidos durante el I período Intermedio.
Las pirámides vuelven a ser el monumento funerario por excelencia, aunque ya sin alcanzar la grandiosidad de épocas pasadas. Ahora se construyen en ladrillo, más sencillas. Esto permite que las construcciones no se conviertan en una carga para el estado y los trabajadores, como sucedió durante las dinastías del Reino Antiguo. Los cleros, tanto de Tebas como de Menfis, siguen siendo un factor influyente en la economía religiosa, pero sobre todo prima el equilibrio. Los templos no desestabilizan el poder central.
Reino Nuevo.
El Reino Nuevo se abre con la dinastía XVIII, tras vencer la dominación de los hicsos. Estos, según la tradición egipcia, habían perseguido la religión tradicional, aunque sabemos que los reyes adoptaron los nombres tradicionales, con lo que tampoco podemos constatar este dato. La expulsión de los hiksos surgió de Tebas, por lo que una vez expulsados, su dios Amon adquirió una importancia que hasta entonces no había conocido. Si podemos escoger una frase para definir este período esta debería ser "El poder de Amon".
Es la época en la que la clase sacerdotal adquiere mayor importancia, se construyen grandes templos, se restauran los que ya existían y se dota de un poder al clero que no volverá a tener comparación. Es la época de Tutmosis, Amenofis o Ramses, caracterizada por el imperialismo y el equilibrio en política interior.
Durante este período se crea la figura del Jefe de los servidores del dios del Alto y Bajo Egipto, que en un principio correspondía al visir. Esto nos da una idea del poder que sobre la religión ejercía el faraón. Posteriormente este título pasa a manos de los sacerdotes de Amón. Durante la época de Hatshepsut el gran sacerdote Hapuseneb obtuvo primeramente el título religioso y posteriormente el de visir, consiguiendo unir en una misma persona todo el poder religioso y político del país. Esto permitió que todos los bienes de los templos dejasen de estar administrados desde fuera y el gran sacerdote pudo acaparar gran cantidad de riquezas. A la muerte de Hatshepsut, Tutmosis III mantuvo la estrategia, nombrando a Menjeperre-Senab, un antiguo amigo de la infancia, máximo responsable. Esta política, con el paso del tiempo, llevó a un enfrentamiento directo del clero de Amón con el propio faraón, pues el poder que el clero consiguió fue tal que el poder político se encontraba muy influenciado por los grandes sacerdotes. El faraón no podía permitir que los sacerdotes no fuesen sus aliados, e incluso los nombramientos religiosos se convertían en un asunto político.
La revolución amarniense
Quizá este aumento de poder por parte de la clase sacerdotal fue lo que llevó a Ajenaton a imponer su revolución. A pesar de que en el Reino Nuevo la religión adquiere una importancia desmesurada, en conjunto con la grandiosidad de la época, tanto económica como política, se produce un hecho que marcará el período de una forma especial. Es la revolución atoniana llevada a cabo por Amenofis IV ( Ajenaton). Atón, el disco solar, era un dios antiguo, que nunca había destacado en el culto egipcio. Amenofis III había introducido su culto durante su reinado, y su hijo Amenofis IV provocó la revolución atoniana, el primer intento de monoteísmo del que se tiene noticia en el mundo. En el año 4 de su reinado Ajenaton decide proclamar el culto a Aton como único dios, protector de la monarquía y Egipto en general. En todo el Oriente había aparecido una cierta tendencia hacia el monoteísmo. Se han encontrado textos cananeos, babilonios o asirios que así lo revelan, pero eran sólo tendencias aisladas. Fue Ajenaton quien dio los pasos decisivos para crear este nuevo culto, que implicaba no sólo la adoración única a Aton sino también una revolución ideológica basada en el amor por la naturaleza, la universalidad de los dones concedidos a ricos y pobres y el rechazo total de la violencia, junto con la igualdad de los seres humanos.
Durante este periodo Ajenaton abandona Tebas, donde se encontraba el gran templo de Amon y construye una nueva ciudad Ajetaton ( Tell el-Amarna), derriba ciertos templos dedicados a Amon y prohibe su culto, intentando disminuir la influencia que la clase sacerdotal había conseguido hasta entonces. El rey se rodeó de gran número de partidarios de Aton. Su esposa Nefertiti se convierte en la más grande seguidora del nuevo dios, por encima de su marido. Pero el clero aguanta el temporal y la gente del pueblo se mantiene fiel a sus creencias tradicionales. Eran demasiados años de culto como para que los egipcios abandonasen a sus dioses. Esto salvó al clero de Amón y la revolución no triunfó, de manera que a la muerte del faraón, su revolución desaparece de la misma forma que había surgido.
La época ramesida
Tras la muerte de Ajenatón le sucede en el trono Smenjkare. Muere pronto y le sucede Tut-anj-amón, que reinstaura totalmente la religión tradicional. La restauración al culto de Amón y a los antiguos dioses conlleva una nueva política. Los faraones, escarmentados por el gran poder que el clero había conseguido en el pasado, deciden no volver a nombrar visir a ningún sacerdote.
En el Bajo Egipto se había producido un florecimiento del culto a Seth, quizás por la tradición hicsa, todavía muy cercana en el tiempo. Durante el reinado de Ramses II se construye en la capital Pi-Ramses un templo dedicado a él, y ya su padre Seti I había llevado el nombre del dios. Se importan ciertos cultos cananeos, como los de Astarté, Anath, Baal y Rashef que se identifican con Hathor, Isis o Neftis. Pero ante todo se desarrolla el culto a Amon, convertido ya en dios estatal. El resto de cultos locales y de dioses "menores" se mantiene intacto. No se producen grandes innovaciones en cuanto al culto, pero es ahora, en la época ramesida cuando el clero adquiere un poder desmesurado, debido a la gran cantidad de apoyo por parte del faraón. Desde comienzos del Reino Nuevo, exceptuando la crisis amarniense, los reyes habían ido aumentando la riqueza de los templos, y este aumento continúa con los ramesidas, llegando a colocar al clero como propietario del mas del 10% de la riqueza del país. Hasta tal punto los templos tenían ese poder que durante el final de la época ramesida los grandes sacerdotes de Tebas podían dirigir el destino del país, ante la indiferencia de los últimos soberanos ramesidas. Pero no sólo el Gran Templo de Amón en Karnak, todos los templos se transforman en las bases de la economía del país, utilizando sus ingresos. El título de gran profeta de Amón se volvió hereditario, y desde ese momento se puede hablar de una doble política, la dirigida por el faraón y la establecida por el clero.
El principio de la decadencia religiosa
Con el fin de la XX dinastía acaba el Reino Nuevo y la religión empieza a decaer. Entramos en el III período Intermedio, con grandes problemas en la sucesión de reyes. El poder acumulado en torno a los sacerdotes ya no volverá a tener la importancia de la que gozó durante las 3 últimas dinastías. A lo largo de 400 años los soberanos mantienen una política débil compartiendo autoridad con reyes locales. El oráculo se convierte en el dueño y señor de las grandes decisiones y nombramientos. Los reyes de Tanis crean el nuevo cargo de "Divina Adoratriz", sustituyendo al antiguo "Primer profeta de Amón". Esta nueva adoratriz debía permanecer virgen para Amón, y asi los reyes aseguraban que no surgiría ninguna nueva dinastía, en nombre de Amon, capaz de restarles poder.
El culto a Amon empieza a decaer, y aparecen el de Neith en Sais y el de Bastet en Bubastis. La magia y la superstición que durante épocas pasadas se habían practicado, adquieren ahora un desarrollo desmesurado y este influye notablemente en el decaimiento de la religión tradicional. Estamos en la época de las invasiones etíopes, asirias y persas, con lo que los cultos locales pueden mantenerse, pero no la religión estatal ni el culto centralizado o los dioses estatales. Además se produce un retorno hacia antiguos cultos primitivos y dioses de la categoría de Ra y Ptah son desplazados por Mnevis o Apis. Destacan ciertos personajes divinizados, como Amenofis o Imhotep. Por otra parte los sacerdotes hacen un intento de clarificación de mitos y de sincretismo. Es la época de "La teología menfita" o de la "estela de Bentresh", pero sólo Osiris e Isis y su culto mantienen unidos a todos los egipcios en conceptos religiosos, el resto han perdido su carácter global y ya sólo son adorados localmente.
Periodo griego
Durante este periodo se produce una expansión de ciertos cultos y dioses fuera de Egipto. Los griegos asimilan los dioses egipcios con los suyos propios. Las zonas de Siria y Nubia ya habían importado ciertos cultos como consecuencia de la expansión política de Egipto, pero es la llegada de Alejandro Magno el acontecimiento que permite la expansión de la religión. Tanto los griegos como los romanos aceptaron los dioses egipcios por lo que la expansión política de ambos imperios llevó los antiguos cultos egipcios fuera de su territorio, fundamentalmente a las zonas mediterráneas por la política de los Ptolomeos. Serapis e Isis son quizá los 2 ejemplos más claros de esta expansión. Muchos son las similitudes entre aspectos religiosos egipcios y cristiano, y gran parte de textos cristianos ya se habían escrito hacía muchos años en los papiros o estelas egipcias. Es la época en la que se construyen la mayoría de los templos que hoy conocemos, Edfú, Dendera, Kom Ombos o Filé, que por otra parte se convierten en centros de vida pública e incluso centros administradores de justicia. Los talleres de producción de papiro o lino son monopolio de los templos que les aseguraban una importante introducción de ingresos. Esto puede darnos una idea de las influencias que los dioses locales crearon en los griegos. Posiblemente durante este período la economía religiosa fuese tan próspera o más que en épocas anteriores.
El final de la religión
 
Durante el Imperio romano, Egipto había perdido definitivamente su independencia, y esto fue el principio del fin de la religión, que llegó con el cristianismo. El avance de la nueva religión entró también en Egipto y se gano el favor del pueblo. El cristianismo surge como una religión que aporta soluciones que no habían conseguido los dioses que durante tanto tiempo habían tenido su lugar en el Panteón egipcio.
En el siglo IV Teodosio mandó cerrar todos los templos paganos y sólo se mantuvo abierto el templo de Isis en Philae, hasta el año en que Justiniano lo mandó cerrar y encarcelar a todos sus sacerdotes. Este fue el final de mas de 3000 años de religión egipcia.
VALLE DE LOS DIOSES
Con este nombre se conoce el yacimiento arqueológico-funerario de la gran necrópolis tebana, situado en el Alto Egipto, en el lado occidental del Nilo, frente a la moderna ciudad de Luxor. El nombre Valle de los Reyes no es el que los antiguos egipcios dieron a tal zona, llamada por ellos El Lugar de la Verdad o La Gran Pradera o simplemente El Valle, sino que proviene de J. F. Champollion, quien tal vez lo tomó de la expresión árabe uadi Biban el Moluk (´El valle de las Puertas de los Reyes´).
Dicho valle, dominado por el pico de el-Qurn (´el cuerno´), antiguamente llamado dehenet y consagrado a la diosa cobra Meretseger (´La que ama el silencio´), está formado por una serie de gargantas o antiguos cursos de agua, ocupados ya en tiempos prehistóricos, según ha demostrado diverso material lítico en él encontrado, entre los que sobresalen dos grandes arterias, una, la principal, en el sector oriental, con la mayoría de las tumbas catalogadas (58 en total); otra, la occidental, en la que, de sus pocas tumbas localizadas (catalogadas sólo cuatro), destacan las de Amenofis III (1402-1364 a.C.) y de Ay (1337-1333 a.C.); este sector es conocido como el "Valle de los Monos" -por la representación de doce monos en la tumba del último faraón citado.
De hecho, el Valle de los Reyes comenzó a ser considerado como gran necrópolis a partir de la dinastía XVIII, tiempo en el que fueron enterrados no solo faraones sino también miembros de la familia real (reinas y príncipes) y grandes personalidades.
El primer monarca que fijó allí su tumba fue Thutmosis I (1506-1494 a.C.). Se ha discutido si su predecesor Amenofis I (1527-1506 a.C.) llegó o no a ser sepultado allí o bien en Dra Abu el-Naga. Tras Thutmosis I lo harían numerosos reyes de las dinastías XVIII, XIX y XX. Como es sabido Akhenatón (1364-1347 a.C.) se hizo enterrar en la necrópolis de su nueva capital Akhetatón, hoy Tell el-Amarna.
Las excavaciones han facilitado un total de 62 tumbas, además de otras que quedaron inacabadas y de diferentes pozos, que totalizan más de 80 puntos de inhumación, aparte de los todavía no localizados

CONSTRUCTORES DE PIRAMIDES
Para que el Faraón pudiera trasformarse en dios, se requería, no obstante, una condición su cadáver debía permanecer intacto. Por ello, conservarlo en una tumba bien protegida era la preocupación esencial de los egipcios. Las primeras tumbas reales fueron las Mastabas: se componían de una cámara sepulcral subterránea, a la que se descendía por un pozo, y una pequeña construcción superficial de ladrillo, en forma de pirámide truncada de planta rectangular.
Hacia el año 2700 a.c. el faraón Doser encargo a su ministro Imhoteb la construcción de una tumba que mostrase a sus súbditos la grandeza del faraón y del dios que representaba. Imhoteb que era también arquitecto, puso una sobre otra seis mastabas de piedra, cada una algo más pequeña que la anterior, y logró así la primera pirámide: una pirámide escalonada. Es la pirámide de Saqqarah, cerca de el Cairo. Con 60 metros de altura, parece una gran escalera que sube al cielo.
Un siglo después, el la llanura de Gizeh (cerca de el Cairo), aparecen ya pirámides autenticas: las de los faraones Keops, Chefren y Micerino. sus grandes dimensiones (la pirámide de Keops tiene 146 metros de altura) y la perfección de sus proporciones dejan atónitos a quienes las contemplan. Su asombro crece aún más cuando saben que la construcción de la pirámide y de los templos que la acompañaban duraba por lo general una veintena de años y que necesitaba de varios miles de toneladas de piedras, extraídas por decenas de miles de obreros . Estos las transportaban sobre troncos y las subían mediante gigantescas ramplas de tierra.
Los egipcios iniciaron la construcción de pirámides hace muchísimo tiempo, a lo largo de su Antiguo Imperio: ¡Las más antiguas tienen cerca de CINCO MIL años! En efecto, la más antigua que se conoce es la pirámide escalonada de Sakkara, tumba del faraón Djoser, que data del 2750 a. de C. El arquitecto inventor de la pirámide fué el gran Visir, y famoso sabio, Inhotep. Después de este primer ejemplo, los egipcios continuaron construyendo pirámides hasta bien entrado el Imperio Medio, en que se pasó a emplear el sepulcro subterráneo en vez de las pirámides. Sin embargo, del Antiguo Imperio nos han quedado nada menos que ochenta de éstas, repartidas por el Bajo Egipto.
Imaginemos ahora que estamos presentes en el séquito funerario del faraón Khufu. Una ligera embarcación nos transporta por el Nilo desde la antigua capital, Menfis, hasta la necrópolis de sus afueras, en la vasta llanura de Gizeh. Allí abundan las construcciones funerarias, pues es el cementerio donde van a parar todos los habitantes de la capital, nobles o villanos. Nuestra embarcación se detiene: en la orilla nos espera una comitiva de sacerdotes. Detrás, espera el templo construído especialmente para nuestro faraón, donde se le rendirá culto igual que a un dios (¿acaso no es de naturaleza divina?). Aquí es donde el cuerpo del faraón es preparado convenientemente e introducido en el sarcófago. Después, una comitiva trasporta a éste a lo largo de una vía funeraria hacia su sepultura.
Ya vemos las pirámides. Su impresionante mole destaca sobre el horizonte de la llanura, dejándonos boquiabiertos. ¡Todo eso es piedra! Bloques de granito descomunalmente pesados, de un metro de altura, forman las filas tan apretadamente que no es posible introducir ni un cuchillo entre ellos. Las filas de piedras están pintadas, formando franjas de diferentes colores; la punta es de color dorado. Todas las pirámides, absolutamente todas, tienen la misma alineación: están orientadas al norte con total exactitud. Los lados de la pirámide tienen una inclinación impresionante, de 51 grados, que cuando nos acercamos más nos produce la sensación de que la pirámide "se nos cae" encima. En los alrededores, se encuentran las pirámides menores y las (edificaciones rectangulares de paredes inclinadas) para los altos funcionarios.
Estamos ante la pirámide. Sus dimensiones son impresionantes: 146.59 m de altura, 230 m de ancho. Tras subir un poco por su parte lateral, penetramos en su interior. A la fluctuante luz de las antorchas vamos descubriendo las paredes, perfectamente lisas, como corresponde a la sepultura de una encarnación del dios Ra. Tras depositar el sarcófago en la cámara sepulcral, el corredor será cegado y disimulado, para evitar robos. La pirámide contiene asimismo una falsa cámara sepulcral.

A pesar de todas estas precauciones, son pocas las tumbas egipcias que permanecerán intactas hasta la llegada de los arqueólogos. Los ladrones de tumbas irán saqueando con el paso del tiempo la mayoría de las pirámides y sepulcros. Cuando el arqueólogo Flinders Petrie entre en las tumbas reales de Abydos, unas de las más antiguas de Egipto, sólo podrá encontrar un brazo de la momia de una reina. De las tres grandes pirámides, sólo la más pequeña, la de Micerino, permanecerá intacta
EL RITUAL FUNERARIO
Según las creencia egipcias además del cuerpo el hombre se componia de 2 elementos espirituales, el ba, concepto similar al alma, y el Ka, una especie de doble del cuerpo. La muerte representaba la separación del elemento corporal y los espirituales. Pero el ka no podía "sobrevivir" sin la presencia del cuerpo, de ahí que durante años se desarrollasen técnicas precisas de conservación, conocidas como embalsamamiento. El proceso de momificación tenía como objetivo el mantenimiento del cuerpo para la propia existencia del Ka. Encima de las vendas se ponían los sarcófagos, destinados mas que al intento de que el difunto fuese reconocido en el Más Allá, a servir como sustitutos del cuerpo en caso de destrucción de la momia, y como protección de los vendajes, evitando su destrucción. Junto con el difunto se colocaban figurillas, denominadas ushebtis destinadas a servir al difunto.
El cortejo funerario, una vez que el cadaver estaba preparado, trás el proceso de embalsamamiento consistía en una procesión hasta la tumba, iniciada por el sacerdote al que seguían los criados que portaban los objetos que se depositarían en la tumba. El sarcófago se arrastraba por un trineo y los vasos canopos por otro. A la llegada a la tumba el sacerdote procedía a realizar el último rito del proceso, que consistía en la ceremonia de "Apertura de la Boca", en la que se le otorgaba al difunto el uso de los órganos de su cuerpo. En la tumba se colocaba el sarcófago y los ushebtis, además de todo lo que el alma pudiera necesitar para llevar una vida paradisíaca, muebles, amuletos, objetos de lectura,etc.
 
EL LIBRO DE LOS MUERTOS

Se conoce como "Libro de los Muertos" una colección de sortilégios que se incluían en las tumbas del Reino Nuevo, y pretendían ayudar al difunto en su difícil camino al Más Allá y en el juicio de Osiris. Su título original podría traducirse como "La salida al día". La muerte no era mas que un renacimiento, al igual que el sol sale cada día, asi el difunto accedía a un nuevo renacer
Su origen se encuentra en "Los Textos de las pirámides" del Reino Antiguo. Estos derivaron en "Los textos de los sarcófagos" durante el Reino Medio. El papiro con las fórmulas adecuadas para ayudar al alma del difunto se depositaba junto a la momia, en la tumba. También se escribían pasajes del libro en los ushebtis. Pero el libro no sólo comprende fórmulas para superar el juicio de Osiris, sino también pasajes para que el difunto reconozca a los dioses que le serán favorables o para que pueda orientarse en su viaje por "las 12 Regiones de la Duat". Eran los sacerdotes-lectores los encargados de leer ciertos pasajes de el Libro vueltos hacia la momia.
El Libro consta de aproximadamente 200 capítulos o sortilegios. La versión más conocida y más completa es el Papiro de Ani, un texto compuesto por 3 capas de hojas de papiro pegadas entre si y dividido en 6 secciones con una longitud entre 1.5 y 8 metros cada una. La longitud total del texto es de 23.6 metros. Fue adquirido por el Museo Británico en Tebas el año 1888 y actualmente está registrado con el número 10470. El papiro fue realizado por 3 escribas diferentes, como puede apreciarse en las diferentes grafías que en él aparecen, pero sólo uno realizó los dibujos. Originalmente es posible que no fuese encargado por Ani, un escriba de hacia el año 1300 a.C., o al menos no en su totalidad, pues su nombre aparece escrito con una escritura diferente. El papiro contiene algunos errores derivados de la falta de atención. Existe una versión electrónica del Papiro de Ani, según la traducción realizada por Sir Wallis Budge. Visitala
FUENTES: http://www.egiptomania.com/arte/templos/default.htm
TEMPLOS EGIPCIOS: 
 Los Templos del Antiguo Egipto
El templo egipcio representaba la casa del dios, la "Residencia Divina" por este motivo, tanto la elección del lugar en donde se erigirían así como su orientación eran elementos fundamentales antes de comenzar con la construcción del Templo. Todos los ritos de preparación para su construcción, incluidos los rituales de fundación eran llevados a cabo con gran esmero, exactitud y precisión.

Para servir a sus designios y constituir además la residencia divina, el Templo debía ser edificado con materiales que le permitiesen tener vida eterna. Pero los materiales no sólo se elegían en función de su perdurabilidad; la simbología de colores y piedras o su propia belleza y elegancia son tenidas en cuenta cuando se las destina a determinados elementos templarios y es este el motivo que justifica el uso en innumerables ocasiones de materiales que sólo se encuentran a largas distancias del lugar sagrado en que el templo será levantado. La base de esta política puede encontrarse en que el rey estaba obligado a rendir homenaje al dios, alimentarle, y aumentar sus posesiones, incluso a procurar que la ley de Maat también se respetase en la armonía, belleza y simbología del Templo. Las primeras construcciones a modo de estructuras rituales, realizadas con materiales perecederos como el adobe, fueron pronto desechadas y sustituidas por otras realizadas en piedra y materiales más duraderos. La estructura del Templo está compuesta, por tanto, por piedras como arenisca, caliza, granito, basalto, cuarcita o calcita, siendo la arenisca y la calcita las más utilizadas. 

Una fase de igual importancia es la decoración del Templo. Relieves en hueco, bajorrelieves, frescos, inscripciones criptográficas e incluso graffiti, inundaban las paredes de los recintos de los templos y de los muros que les rodeaban. Las escenas y motivos que se representan son muy variados: el rey venerando u otorgando ofrendas al dios, pueblos vencidos y dominados junto a escenas de batallas en las que se ve al faraón triunfante, pueblos enteros que ofrecen al rey deificado presentes, dioses... todas ellas cargadas de gran simbolismo.

Incluso el propio Templo es un símbolo en sí mismo que combina y une el estado primordial, las aguas primigenias, con el mismo cosmos. El Templo constituye un microcosmos en el que están representados absolutamente todos los aspectos de la Creación a través de sus elementos arquitectónicos y decorativos: con sus juegos de luces y penumbras, los niveles de sus techos y suelos, los elementos decorativos de los capiteles de sus columnas y, en general cualquier objeto por pequeño que fuese tenía su simbolismo y razón de ser.

El Templo albergaba la imagen del dios al que los sacerdotes oficiaban sus ritos, pero no era un lugar de culto popular; nadie, excepto los sacerdotes y funcionarios del Templo podían acceder a él, al pueblo tan sólo le era permitido el paso a ciertas dependencias exteriores, que eran marcadas con el ave rejit.

No se conoce con exactitud cuál es el origen de los Templos en Egipto, aunque los arqueólogos dan preminencia a las llamadas Piedras de Nabta Playa (en el desierto del Sahara, a unos cien kilómetros al oeste de Abú Simbel). No es hasta el los primeros tiempos del período dinástico cuando podemos hacernos realmente una idea de los antiguos templos egipcios, fijándonos en el santuario o Templo de Hierakómpolis. Lo mismo ocurre en Abidos. En el Imperio Antiguo ya se ha complicado más la técnica. De estos templos tenemos como ejemplo, el Templo de la Esfinge, en Guiza. A partir del Imperio Nuevo se construyen numerosos templos, llegando a su máximo apogeo con el reinado de Amenhotep III y Ramsés II, alcanzando el máximo desarrollo y esplendor. Así nos encontramos con templos como los de Karnak, Abidos o Luxor, para terminar durante el Tercer Período Intermedio y época Tardía con templos como Edfú, Dendera y Kom-Ombo, templos, fundamentalmente en el Período Ptolemaico y Romano, que se erigen fundamentalmente como un medio de legitimación del poder de estos nuevos reyes.

A partir de la XVIII dinastía se puede hablar de un tipo de templo clásico, en cuanto a su estructura, que tiene su origen y va unido al gran poder que la clase sacerdotal había adquirido. 

A pesar de que la estructura y planta de los templos era similar se pueden distinguir tres tipos dependiendo de la función para la que se construían. El primero es el templo propiamente dicho que estaba consagrado a una o varias divinidades o se levantaba en honor a uno o varios dioses. El segundo tipo de templo es el templo mortuorio consagrado al faraón. En estos se realizaban todos los ritos funerarios del rey desde su muerte hasta el momento del enterramiento y era el lugar en el que se veneraba su memoria. Los mejores ejemplos de estos templos son el Ramesseum y los templos de Medinet Habu. El último tipo de templo era el llamado cenotafio, construidos por los reyes como templos mortuorios secundarios. Los más importantes residen en Abidos.

Otra "clasificación" es la que distingue entre templos o santuarios del pueblo y los "oficiales", imitando las características de la propia religión: la oficial y el culto popular. Los primeros representan la religión estatal y el papel del faraón y los segundos la preocupación del pueblo ante sus problemas cotidianos. Si en los templos oficiales encontramos ofrendas e imágenes del rey a los dioses, en los segundos el pueblo depositaba pequeñas imágenes o utensilios relacionados con su trabajo como ofrendas o agradecimientos ante un embarazo, una buena cosecha, etc.
Lo que hemos denominado como modelo clásico de Templo estaba constituido por las siguientes estancias y elementos:
- Avenida de esfinges.
- Muros circundantes.
- Colosos de entrada adyacentes al Pilono.
- Pilono de entrada.
- Salas peristilas o patios al aire libre.
- Sala hipóstila.
- Cámaras, almacenes, criptas y recintos auxiliares.
- Sala de ofrendas, capillas y altares.
- Sancta-sanctorum o sagrario.

El pilono

Puertas de entrada al Templo, paredes colosales formados por un alto y ancho muro de forma de tronco de pirámide con una puerta central. Cada una de las dos torres que formaban el pilono representaba los acantilados de cada lado del valle del Nilo, pero también son a la vez las dos montañas que flanquean el disco solar, el símbolo del horizonte o ajet. En la fachada principal se colocaban mástiles mediante unas hornacinas, constituyendo el signo jeroglífico que designa la palabra "dios", neter. Pueden encontrase delante de la fachada dos obeliscos o colosos de reyes, normalmente en posición sedente. La decoración varía pero duele ser habitual la representación de escenas de temática histórica o bélica.

El patio 
Estaba rodeado de columnas o pilares totalmente o en parte, construido a cielo abierto. Normalmente, su función práctica más importante era unir los espacios más recónditos y sagrados con las zonas exteriores de carácter público. A ellos, en parte o en ocasiones especiales, podía acceder el pueblo llano, lo que se conoce por el símbolo rejit que indicaba a los que accedían al mismo, en qué lugar debían de permanecer o hasta donde podían entrar. Los elementos más importantes son las estatuas, representaciones de reyes, e incluso de hombres, personajes importantes que ganaron este favor como es el caso de Amenhotep, hijo de Hapu. Como se ha comprobado por las excavaciones en Templos como Karnak y Luxor, el crecimiento del Templo suponía una abundancia excesiva de estatuaria, lo cual parecían solucionar soterrando las estatuas bajo el suelo del patio del Templo, mediante grandes fosos practicados a tal efecto.

La sala hipóstila
Situada a continuación del patio exterior, la sala hipóstila solía ser más ancha que larga y, como su propio nombre indica, estaba llena de columnas a excepción de su parte central (que sigue el eje principal del Templo) que queda libre para dar entrada a la capilla interior. Estas columnas formaban un gran bosque simbolizando la vegetación de los pantanos que nació junto al túmulo o colina primordial de la Creación. La sala está techada con cubierta arquitrabada. El acceso a la sala hipóstila estaba restringido a altos funcionarios, escribas y gente notable.

Dependencias del dios
Pasada la sala hipóstila se encontraban una serie de cámaras y la sala de la barca sagrada, dependencia en la que se situaba la barca con la efigie del dios empleada en las procesiones, cuando la imagen  del dios salía del templo  en ella. Al final del templo se encontraba el sancta-sanctorum, levantado sobre el eje principal del edificio, una pequeña  estancia  con la imagen del dios. El altar era la parte fundamental del templo, zona a la que sólo el faraón y los sacerdotes tenían acceso. Los altares tenían formas variadas, aunque el arquetipo consistía en un bloque cuadrado o una losa apoyada sobre un pie cilíndrico.

Los templos, sobre todo los de mayor importancia, incluían otra serie de elementos exteriores (como ejemplo, el Templo de Dendera):

- El lago sagrado.
- Nilómetro.
- Los Mammisi.
- La Casa de la Vida.
- Sanatorios.
- Cocinas, talleres y estudios.
- Almacenes y graneros.
- Fincas agrícolas, fuera de los muros del templo.



Los Templos del Antiguo Egipto:
 
Abidos
Templo "portal" de Ramsés II.
Templo de Tutmosis III.
Templo de Sesostris III.
Templo de Ahmosis (Ahmés I).
Abu Simbel
El gran templo de Abu Simbel
El pequeño templo de Abu Simbel
Dendera
Templo de Hathor
Edfú
Templo de Horus
Esna
Templo de Jnum
File
Templo de Isis
Kom Ombo
Templo de Sobek y Haroeris
Tebas
Templo de Luxor
Templo de Nebhepetra Mentuhotep (Deir el-Bahari)
Templo de Hashepsut (Deir el-Bahari)
Templo de Thutmose (Tutmosis) III dedicado a Amón  (Deir el-Bahari)
Ramesseum (Sheikh Abd el-Qurna)
Templo de Amón de la XVIII dinastía ( Medinet Habu)
Templo de Ramses III (Medinet Habu)
Templo de Sethy (Seti) I (Dra Abu el-Naga)
Templo de Amenhotep III (En Sheikh Abd el-Qurna)

Complejo de Templos de Karnak:
Gran Templo de Amón
Recinto de Montu
Recinto de Mut
Templo de Ajenatón
Templo "C"

Complejo templario de Deir el-Medina:
Templo de Amenhotep I
Capilla de Hathor de Seti I
Templo de Amón

Otros Templos de Tebas: 
En la colina de Thot: Templo arcaico y Templo de Horus
En Dra Abu el-Naga: Templo de Nebwenenefi
En Deir el-Bahari: Templo de Sanjara-Mentuhotep
En Sheikh Abd el-Qurna: Templo de Ramsés IV, Templo de Tutmosis III, Templo de Siptah, Templo de Amenhotep II, Templo de Tutmosis IV, Templo de Siptah y Tausert, Templo de Merenptah.
En Nag Kom Lolah (bordeando Medinet Habu): Templo de Ramsés IV, "Templo del Norte", Templo de Amenhotep hijo de Hapu, Templo de Tutmosis II, Templo de Ay y Horembeb.
En Deir el-Shelwit: Templo de Isis
En Malqata: Templo de Amón.
Nubia
En la Isla de New Kalabsha:
- Otros templos de Nubia
DIOSES
DIOSES EGIPCIOS
     La religión egipcia es probablemente la religión más compleja. Existían muchos dioses y con distintas representaciones, incluso un mismo principio reliogioso podía verse encarnado en dioses diferentes. Egipto divinizó las fuerzas de la naturaleza y los elementos del universo. La religión en el Egipto primitivo era eminentemente local, existiendo un dios en cada aldea y un dios provincial o que reinaba en el nomo. Con el discurrir del tiempo y como consecuencias de diversas vicisitudes políticas se crearon los primeros sincretismos que dieron lugar a la existencia de dioses estatales. Existían distintos centros de culto, y en cada uno de ellos tenía capitalidad una divinidad. Los principales centros de culto fueron:
  • Heliópolis, donde surgió la enéada heliopolitana y cuyo dios principal fué Re (Ra).
  • Hermópolis, principal centro de culto de Tot.
  • Menfis, cuya teología proclamaba al dios Ptah como crador del mundo.
  • Tebas, lugar de adoración de Amón, dios de esta ciudad.
     LAS TRIADAS FAMILIARES
     La triada se estableció tomando como base la estructura familiar: padre, madre, hijo. Parece obedecer a la necesidad de agrupar dioses locales alrededor de un dios principal y acercar la religión al pueblo, a la gente sencilla, a quienes los sistemas teológicos eran excesivamente complejos. Parece ser que este sistema se inició en el Imperio Medio.
     Las principales triadas fueron las siguientes:
TRIADA
DIOSES QUE LA FORMAN
La Tríada osiríaca
Osiris, Isis, Horus
La Tríada tebana
Amón, Mut, Jonsu
La Tríada menfita
Ptah, Sacmis, Nefertem
La Tríada de Edfu
Horus, Hathor, Harsomtus
La Tríada de Elefantina
Cnum, Satis, Anucis
La Tríada de Dandara
Horus, Hathor, Ihy



DIOSES PRINCIPALES
AMON
Representación humana: cuerpo humano llevando en la cabeza una corona con dos plumas dividida cada una en siete partes.
Representación animal: carnero.
     Su nombre significa "El Oculto". Aunque comenzó siendo una divinidad local de Tebas, fué declarado dios de Egipto en el Imperio Nuevo bajo el reinado de los faraones tebanos.
     Fueron construidos varios templos en su honor, sin embargo el más grande fué el de Karnak, donde se encuentra la avenida de las esfinges con cabeza de carnero de cuernos retorcidos.
     Acabó uniéndose al dios sol, recibiendo el nombre de Amon-Ra.
ANUBIS, el guardián de la tumba
Representación humana: cuerpo de hombre con cabeza de chacal.
Representación animal: chacal.
     Era considerado el patrón de los embalsamadores y recibía entre otros, el título de "El divino embalsamador". Es el dios que acompaña al difunto ante el Tribunal.
     Fué adorado principalmente en la ciudad de Cinépolis.
APIS, El buey sagrado
Representación humana: cuerpo humano y cabeza de toro.
Representación animal: buey.
     Durante el período ptolemaico se le asoció con Osiris, creándose una nueva deidad denominada Serapis. En Saqqara fué descubierta por Auguste Mariette la necrópolis de los toros sagrados.
ATON, el disco solar.
Representación: disco solar del que surgen unos rayos que terminan en manos.
     Fué considerado como el único dios por el faraón Akenatón (Ajenatón), que fué el verdadero impulsor de su adoración, ya que durante su reinado se le proclamó divinidad suprema.
     Su centro de adoración por excelencia fué la ciudad de Aketatón (Ajetatón).
BASTIS
Representación humana: cuerpo de mujer con cabez de leona, y a partir del Tercer Período Intermedio se la representa como mujer con cabeza de gato.
Representación animal: gato.
     Su principal lugar de culto se encontraba en Bubastis, ciudad del Delta.
CNUM
Representación humana: figura humana con cabeza de carnero.
Representación animal: carnero.
     Es uno de los dioses más antiguo del panteón egipcio, ya se le adoraba en el Período Predinástico. Su centro de culto más importante es la isla de Elefantina, donde era considerado como el "Señor de la Primera Catarata", puesto que se le creía el causante de la crecida anual.
HAPI, dios del Nilo.
Representación humana: hombre barrigudo, con los pechos caidos, piel de color azul o verde y con barba. En la cabeza podía llevar un tocado con la planta de loto o del papiro como representación del Alto y del Bajo Egipto.
     Simbolizaba el fenómeno de la inundación, ya que la subsistencia de los egipcios dependía de la crecida del Nilo.
     No tuvo templo propio para su culto, pero se le adoró desde los primeros tiempos y aparece en las paredes de muchos templos dedicados a otros dioses. Se le llegó a dedicar un himno de gran belleza, el Himno a Hapi, en el Imperio Medio.
HATHOR, diosa de la alegría.
Representación humana: se la representa con cuernos, orejas de vaca y un disco solar.
Representación animal: vaca.
     Existe un templo dedicado a esta diosa en Dandara.
HORUS
Representación: figura de un halcón portando las coronas del Alto y Bajo Egipto.
     Se le identificaba con el rey. El rey es el representante de Horus en la tierra. Según la tradición era hijo de Osiris e Isis.
     Fué especialmente venerado en Edfú donde en época ptolemaica fué levantado un templo en su honor.
ISIS
Representación: mujer con el jeroglífico de Isis (una especie de trono) sobre la cabeza. A partir del Imperio Nuevo es representada con unos cuernos de vaca y el disco solar.
     Era esposa y hermana de Osiris y madre de Horus.
     Su santuario principal era el templo de Filas (philae).
JONSU
Representación:
     Era hijo de los dioses Amón y Mut. Este dios estaba relacionado con la luna. En los Textos de las Pirámides se le menciona como "aquel que atraviesa el cielo", en referencia a esta relación.
     Fué especialmente venerado a partir del Imperio Nuevo. Ramsés III levantó un templo en su honor dentro del complejo templario de Karnak.
MAAT, personificación del orden cósmico.
Representación humana: mujer con una pluma de avestruz en la cabeza.
     Fué considerada protectora de los jueces. Era diosa de la verdad y la justicia y encarnaba el orden cósmico, la armonía y el equilibrio sobre el que sustentaba el país. El faraón era su representante en la tierra.
     En el rito funerario, Maat se situaba en el platillo derecho de la balanza (en el otro se colocaba el corazón del difunto); si había equilibrio (el fiel de la balanza se mantenía en el centro) el muerto quedaba exculpado.
MIN, dios de la fertilidad.
Representación humana: vestido ceñido, como una momia, una corona con dos grandes plumas, similar a la del dios Amón, y con el pene erecto como símbolo de la fertilidad.
     Representaba la fuerza generadora de la naturaleza, la fertilidad. Se le consideraba el dios protector de las cosechas.
MONTU, el dios guerrero.
Representación humana: cuerpo de hombre y cabeza de halcón con dos ureos.
Representación animal: se le asociaba al halcón y al toro.
     Representaba el valor del faraón en la batalla.
NEFTIS
Representación humana: cuerpo de mujer, portando sobre la cabeza el signo de la casa-tumba que indica su nombre: "la Dama de la Casa".
     Según la tradición era hermana y esposa del dios Set, de quien se apartó cuando éste mató a Osiris, poniéndose del lado de Isis para localizar los restos esparcidos de Osiris.
NEIT
Representación humana: mujer con corona del Bajo Egipto (debido probablemente a su procedencia de la ciudad de Sais), el arco y dos flechas.
     Según las primeras tradiciones se la consideraba una diosa guerrera.
NUT, diosa del cielo.
Representación humana: con frecuencia era representada como una mujer tumbada sobre la tierra, apoyada en sus extremidades, como formando una bóveda celeste.
     Esposa de Gueb y madre de Osiris, Set, Isis, Neftis y Horus.
     Aunque no ha sido hallado ningún templo didicado a Nut, esta diosa fué adorada en todo Egipto.
OSIRIS, dios del más allá.
Representación humana: Habitualmente se le represntaba con el cetro y el flajelo, la corono blanca del Alto Egipto, el cuerpo envuelto en un sudario, como una momia, del que salen los brazos y la barba postiza.
     Aunque existen varios santuarios en su honor, su templo principal se encuentra en Abydos, donde según la leyenda, fué enterrada su cabeza (una de las catorce partes en que fué dividido por su hermano Set, y que fueron esparcidos por Egipto).
     Tubo su mayor importancia en el Imperio Nuevo.
PTAH, el dios creador.
Representación humana: Se le representaba con vestido ceñido, con aspecto momificado, barba sin trenzar y un gorro, especie de bonete, en la cabeza.
     Era considerado el patrón de los orfebres y de los artesanos. Menfis fué el centro de culto de este dios.
RA (Re), la luz creadora.
     Dios solar de Egipto. Se le asoció con Horus y con Amón. Formó parte del protocolo titulario de los faraones como "Hijo de Re".
     Su centro principal de culto se encontraba en Heliópolis.
SACMIS, la diosa de las guerras.
Representación humana: cuerpo de mujer y cabeza de leona con el disco solar y el ureo.
Representación animal: leona.
     Era la patrona de los médicos. Fué especialmente venerada en Letópolis y en Menfis.
SET
Representación humana: figura de hombre con cabeza de animal desconocido de morro y orejas puntiagudas.
Representación animal: fué representado bajo la forma de distintos animales como el hipopótamo, serpiente, etc.
     Fué el dios nacional de los hicsos. Era hermano de Osiris, Isis y Neftis, de quien a la vez era marido. Según la tradición mató a Osiris, despedazándole en catorce partes que fueron esparcidas por todo Egipto. Simbolizaba las fuerzas destructoras.
     Su centro de culto estuvo en Ombo.
SOBEK, el dios cocodrilo.
Representación humana: cuerpo de hombre con cabeza de cocodrilo.
Representación animal: cocodrilo.
     Se le consideraba el dios de las aguas.
     El templo más representativo de adoración a este dios es el de Kom Ombo, principalmente en la época de los faraones ptolomeos. También fué especialmente venerado en el oasis de El-Fayum.
TOT, el escriba de los dioses.
Representación humana: hombre con cabeza de ibis.
Representación animal: el babuino y el ibis.
     Era considerado el patrón de los escribas. Como notario de los dioses participaba en la pesada del alma, para saber si el difunto era merecedor o no de pasar al mundo del más allá.
     Su lugar de culto fué la ciudad de Hermópolis, donde se levantó un templo en su honor.
DIOSES MENORES
ARSAFES.-
BES.- El dios enano. Se le asociaba con los niños y las embarazadas.
GUEB.- Dios de la tierra.
JEPRI.- El dios escarabajo.
HEQA.- El dios de la magia.
MESJENET.-
NEFERTEM.- Nacido de una flor de loto.
RATTAUY.- El sol femenino de las dos tierras.
RENEMUTET.- La diosa serpiente.
SELKIS.- La diosa escorpión.
SESHAT.- La señora de la biblioteca.
SOCORES.- El dios halcón
SHU.- Dios del aire
TUERIS.- Diosa protectora de las parturientas.

Antes de entrar en el tema que nos ocupa, vamos a recordar la definición de la palabra símbolo de acuerdo al diccionario de la RAE:

“Símbolo. (Del lat. simbŏlum, y este del gr. σ
ύμβολον). m. Representación sensorialmente perceptible de una realidad, en virtud de rasgos que se asocian con esta por una convención socialmente aceptada. || 2. Figura retórica o forma artística, especialmente frecuentes a partir de la escuela simbolista, a fines del siglo XIX, y más usadas aún en las escuelas poéticas o artísticas posteriores, sobre todo en el superrealismo, y que consiste en utilizar la asociación o asociaciones subliminales de las palabras o signos para producir emociones conscientes. || 3. Ling. Tipo de abreviación de carácter científico o técnico, constituida por signos no alfabetizables o por letras, y que difiere de la abreviatura en carecer de punto; p. ej., N, He, km y $ por Norte, helio, kilómetro y dólar, respectivamente. || 4. Numism. Emblema o figura accesoria que se añade al tipo en las monedas y medallas. || 5. ant. santo (ǁ nombre que servía para reconocer fuerzas como amigas o enemigas). || ~ algébrico. m. Letra o figura que representa un número variable o bien cualquiera de los entes para los cuales se ha definido la igualdad y la suma. || ~ de la fe, o ~ de los Apóstoles. m. credo (ǁ oración).

En las distintas variantes de la definición de símbolo encontramos dos constantes: es una representación sensorialmente perceptible de una realidad y, segundo, es socialmente aceptada.

Entonces encontramos la razón que sustenta la afirmación: “el mundo espiritual de los egipcios no es asequible sin más a los occidentales de nuestro tiempo”. Y es que los antiguos egipcios vivían en un mundo de imágenes. De ahí que las formas primarias del pensamiento egipcio sean el símbolo y la imagen los cuales, en incontables ocasiones, se entremezclan de manera inseparable. Esa manera de percibir al mundo no es socialmente aceptada por el hombre de hoy. Y es que los habitantes del valle del Nilo no participaba nuestra lógica racional. La magia simbólica y los relatos de naturaleza mítica presidían hasta los actos de Estado. Eso que parece tan contradictorio al hombre occidental contemporáneo, era usual, común, en el Egipto milenario.


El mundo relacional de las imágenes.



Las imágenes dominaban el principio formal. Para nosotros no tiene lógica que el cielo se represente como una vaca, o que el escarabajo sea venerado como el símbolo del dios Sol. El egipcio entendía que el cementerio debía estar en el occidente del país ya que el sol se pone en el oeste para recomenzar su trayecto en la mañana, así los muertos pueden lograr su desplazamiento hacia la nueva vida. Existe una correspondencia real que se da entre las cosas, en la relación entre el microcosmo y macrocosmo intuida por la mente y visualizada por los ojos. Si para el hombre actual el mundo es enigmático, no era menos para el habitante antiguo.

En la actualidad nos colocamos frente al universo e intentamos comprenderlo midiendo y calculando. Sobre la data obtenida analiza e infiere. En el mundo antiguo: egipcios, babilonios, griegos, entre otros, no intentaron contar las estrellas, sino realizaban una disposición gráfica que muestra o representa cosas relacionadas entre sí, facilitando su visión conjunta. Las identifica con imágenes y ese cielo estrellado se transforma en un libro ilustrado que le permite a la humanidad dar pasos de avances de inmenso valor. Ese encuentro en el espacio celeste de lo divino con el sentido de la existencia, se intenta conservar fijándolo en imágenes.

Para el hombre contemporáneo hay diferencias entre la realidad y el símbolo. Este es irreal y abstracto. Va más allá de la forma concreta. Pero para el mundo arcaico no. En el pensamiento mágico la imagen y su original son la misma cosa. La imagen es real. El nombre de una persona es algo más que una forma de identificarla. Es un componente de su existencia y a través del nombre se puede hacer daño al portador. El color rojo simboliza la vida, pero no queda allí. No. El color rojo la mantiene y posibilita la resurrección. El mundo mágico religioso del Antiguo Egipto es inclusivo. La magia es una forma de relacionarse con el mundo, la religión con dios. De ahí que ambas prácticas no se excluyan mutuamente, sino todo lo contrario: se complementan.

Hike

En el marco de la comprensión mágico religiosa, existe una fuerza misteriosa conocida como “Hike”. Hike, Heka o Heket, se representa como un dios o diosa que lleva sobre la cabeza un estandarte con una rana y que sujeta en sus manos dos serpientes.

Presente desde el Reino Antiguo, más que un dios es la personificación del poder del Sol. Aunque tradicionalmente se ha traducido como magia, en opinión de muchos egiptólogos, sería más acertado decir que es el poder que permite obtener fines más allá del alcance de la acción y la expresión normales. Como dios asociado a los poderes mágicos y sortilegios, es la personificación de la magia divina que produce la vida, el poder mágico del sol y el poder de la palabra.

Forma parte de la comitiva de la barca solar, encargada de la defensa de Ra y es uno de los responsables de repeler a la dañina serpiente Apofis que lucha cada noche para atacar y eliminar al Sol. Presente también en los Textos de los Sarcófagos, aparece como dios primordial; sin embargo, poseía un clero compuesto de médicos-magos.

En los Textos de las Pirámides se encuentran el jeroglífico “serpiente” con varios cuchillos para hacerla inofensiva. Se parte de la fe en la mencionada fuerza misteriosa que produce efectos sobrenaturales, la cual forma parte de la naturaleza de los dioses y la misma puede ser utilizada por los sacerdotes expertos, quienes, en su rol de sacerdotes funerarios, tienen la misión de exorcizar los poderes de la muerte y de asegurarle al difunto una “existencia” feliz.

La simbología en la relación macrocosmo-microcosmo

El razonamiento mágico se encuentra en aquellos pueblos que comprenden que todos los fenómenos están relacionados entre sí por una participación mística. Parte de ahí el desarrollo del razonamiento mítico y en ese proceso de transición el hombre ya no observa el mundo como síntesis y ahora se reconoce a sí mismo como un ser envuelto en la polaridad cósmica. El hombre realiza la experiencia del espacio y del tiempo. Para el egipcio los mitos eran “hechos de los dioses al comienzo de los tiempos, pero estos sucesos eran símbolos que expresaban la organización actual de las cosas”.

La figura que representa al dios aire Shu separando el cielo (Nut) de la tierra (Gueb), es un acto simbólico de la toma de conciencia del Arriba y del Abajo, de la Luz y de la Oscuridad, del Bien y del Mal. Allí encontramos el devenir simbólico del pensamiento mágico que se integra al pensamiento mítico.

Se consideraba que Shu posibilitaba al difunto su ascensión al cielo. Como señor del aire, es la atmósfera que separa la tierra del cielo, o sea, es el espacio vacío que existe entre el cielo (Nut) y la Tierra (Gueb), el aire y la luz que da lugar a la existencia de vida y su ocupación eterna era mantener separados el cielo (Nut) y la tierra (Gueb) para que el caos no se apoderara del universo; aunque según Plutarco, lo hizo por orden de Ra. El resultado es que gracias a la creación de ese espacio intermedio entre el cielo (Nut) y la tierra (Gueb) se podía difundir la luz solar, garantizando así a su padre (Atum-Ra) un espacio diferenciado que le a él permite volver cada día.




El encuentro con el centro de la existencia

Por medio de los ornamentos geométricos, el hombre del neolítico expresa su visión mágica del mundo. Más allá de la exigencia de los materiales y la tecnología, o de la necesidad instintiva de imitar, el ser humano de la época Predinástica concibe la ornamentación simbólica como un símbolo.

En los mapas se registraba la “geografía del más allá” y se pintaban en el fondo de los ataúdes. Era la guía necesaria para conducir al difunto en zona desconocida. El arte era utilitario en función del culto y la magia. No se puede hablar del arte arcaico egipcio con la misma óptica que tenemos hoy día del arte en Occidente. En la arquitectura monumental, representada en las pirámides o las pinturas funerarias de Tebas, no figura nada que no sean símbolos y estos comprensibles para la clase sacerdotal y para aquellos iniciados en el conocimiento esotérico egipcio. Los médicos pertenecen a una clase sacerdotal. Las normas que rigen la higiene y la prevención de enfermedades son mandamientos. Los funcionarios jurídicos son los “sacerdotes de Maat”. Todo el ordenamiento ciudadano lo da el dios creador. Todo esta impregnado por la religión y esta, a su vez, es un conocimiento exclusivo de los iniciados.

La afirmación anterior no puede hacernos pensar que el arte egipcio era inmutable. Rígido. Estático. No, en absoluto. La imagen original de la “pantera volante”, el símbolo del cielo (pantera) y del sol (el halcón de la mañana como hijo y el hombre de la tarde como padre) se fue cambiando en la del “disco solar volante” (sol con alas). De allí la importancia de comprender lo que el símbolo en sí mismo significa para el hombre de aquellos tiempos.

Cuando el egipcio observa un símbolo que para un occidental puede representar una barca, la pirámide, la flor de loto, la garza, la rana, piedra preciosa o cualquier otro, no piensa en la superficie de la cosa o en la forma del símbolo. Al encontrarse con el emblema tiene la sensación de encontrarse con el infinito. Se aleja de los motivos cotidianos y se adentra en el camino que lo convoca al centro de la existencia. El símbolo lo conduce al origen y a la muerte, la luz y la oscuridad, el bien y el mal. Es un resumen de ese “mundo distinto” que poco tiene que ver con el aquí y el ahora. Complejo cosmos al cual accede por medios de las categorías simbólicas típicas que le permiten ir y asistir de los pequeño a lo grande, de los fragmentario a la totalidad, de lo efímero a lo eterno.

Este concepto se nos hace difícil a los habitantes de este tercer milenio ya que el símbolo no pretende explicar de una manera racional las misteriosas relaciones existentes en las leyes naturales que rigen los fenómenos del mundo. De allí que el título de “Guarda del Secreto”, existente en el Imperio Antiguo, era tan importante ya que el conocimiento del orden cósmico es un secreto que hay que mantener a buen resguardo de lo profano.

Al momento de convocarse al iniciado, el símbolo tiene la función de tutelarle en la senda hacia algo superior y de revelárselo al mismo tiempo. Pero el símbolo, igualmente, tiene la misión de esconder el conocimiento al ignorante, quien nunca sabría darle buen uso.

Uno de los títulos existente es el “Guarda del Secreto de la Cámara del Vestuario”. Pocos sabían cómo y en qué ocasiones había que usar las diferentes partes del traje ceremonial. Situar cada vestido o joya en el mito. El acto de vestirse, en sí mismo, es simbólico.

Símbolos: arquetipos en el alma del ser humano




Algunos podrán creer que en el repertorio simbólico egipcio se encuentran ambivalencia. Que los hay bipolares. Que Osiris, por ejemplo, considerado dios del infierno y, al mismo tiempo, señor del cielo; es el sol poniente y naciente, perecer a manos de su hermano Set y ser inmortal. La diosa Bastis aparece como una gata amable, festejada por las mujeres con música y bailes. Sus sacerdotes son médicos. Sin embargo, la diosa bajo el nombre de Sacmis, aparece como una cruel devoradora, una feroz batalladora en forma de leona.

Carl Gustav Jung (1875-1961) psiquiatra y psicoanalista suizo, fundador de la escuela
analítica de la psicología, quien realizó una variación sobre la obra de Sigmund Freud y el psicoanálisis, interpretando los problemas mentales como un modo patológico de procurar la autorrealización personal y espiritual, estableció que los símbolos no están sujetos a tiempo y lugar y que la mayoría se rigen por leyes independientes de la tradición ética y de la religión. Los psicólogos han constatado que las imágenes le vienen al hombre también desde el fondo de su alma, del subconsciente y no solamente del mundo visible. Que estas imágenes se le aparecen al individuo en los sueños o en estados semiconsciente. Esto es lo que Jung define como arquetipos. Arquetipos que entran en la consciencia en forma de mitos y símbolos. Como los arquetipos se encuentran en el alma de los hombres, estos pueden emerger a la conciencia de cualquier pueblo y en cualquier tiempo. Los símbolos del gato y del león –Bastis y Sacmis- pertenecen al arquetipo de la “Gran Madre” que da a luz y devora, diosa de la Tierra de la que proviene y regresa todo ser viviente.

La psicología de Jung explica por esta vía la existencia en el arcano mundo egipcio de ideas e imágenes que se conocen –antes o después- en otras regiones. El dios que desciende a la tierra, del agua de vida, del arca sagrada, del camino al otro mundo, entre otros.

Simbología egipcia: custodia del verdadero conocimiento

Desde tiempo arcano el rey egipcio personificaba al dios Horo. Es el simbolismo del dios que desciende a la tierra. En tiempos primitivos, de acuerdo a la tradición mítica, Osiris, el hijo del dios tierra Gueb y de la diosa cielo Nut, le dio al país del Nilo leyes y le enseño a respetar a los dioses. A su muerte, le sucede Horo en el dominio de Egipto. De allí la simbología real que Osiris es el rey que fallece y que Horo es el rey “en el trono de los vivos”. El poder real es una encarnación del poder divino. El rey es la personificación del dios Horo.

Así el rey al morir se transforma en Osiris y todos son sucesores del dios Osiris. A partir de la Dinastía IV, al rey se le denomina, además, hijo del dios Re o, simplemente, “imagen viva en la tierra” de su padre.

De lo anterior se desprende que la simbología egipcia no es rígida en absoluto. Pero en su esencia, mantiene la concepción de su conocimiento y creencias. El templo de Amenofis III en Luxor muestra como el dios Amón asume la forma del rey actual y en la unión con la reina, garantizaba la sucesión divina del heredero. Ese modelo o, en palabras de Jung, arquetipo, se expresó ya bien entrada en nuestra era con la teoría del derecho divino de las monarquías occidentales.

En el sarcófago de Tutankhamón se observa, sobre su frente, el buitre y la serpiente que simbolizan a los dos países: el Bajo y el Alto Egipto. Señalamos estos con el fin de observar la importancia del mundo de los símbolos y para que este ejemplo nos ayude a comprender un poco más en el significado compartido por el colectivo, pero no para encontrarnos con el verdadero significado de los mismos, ya que ello, como se ha dicho en párrafos anteriores, corresponde al conocimiento de los iniciados.

El buitre de Elkab, ciudad del Alto Egipto, y la serpiente de Buto, en el
Delta, son los animales heráldicos de los dos países. El buitre es el animal sagrado de la diosa Nekhbet y simboliza la corona blanca del Bajo Egipto. La serpiente se refiere a Uto y simboliza la corona roja del Alto Egipto. Allí tenemos dos animales heráldicos, dos coronas y dos diosas: tenemos entonces la expresión dualística egipcia de que el mundo percibido por los sentidos ha nacido de la división de una unidad original. Todo este interesante simbolismo se desprende de los hallazgos arqueológicos en torno a la institución real egipcia.

Siguiendo en el campo de la institución real, encontramos que en la mitología propia de otras latitudes, por ejemplo Grecia, se encuentra el paso de las regiones de los dioses a la de los mortales. Esto no ocurre en la egipcia. El rey es el único vínculo entre ambas zonas.

El rito de entronización se encuentra lleno de símbolos. Primero, el candidato al trono es purificado con el agua de la vida, para “que se volviera tan joven como Ra”, quien también se purificó antes de emprender su viaje por los cielos. La víspera de la coronación se erigía lo que se conoce como la pilastra Dyed, lo que seguramente es un rito de fertilidad. La coronación es llevada a cabo por los dioses. Luego, el rey disparaba una flecha a cada uno de los puntos cardinales asumiendo así, simbólicamente, el dominio sobre el mundo.




La cruz ansada o ansata, la lleva el rey en la mano. Es símbolo de ser portador de vida. En su corona lleva la serpiente de oro (Ureo), símbolo del centelleante ojo del sol que destruye a los enemigos de la luz. El rey es el garante del orden terrestre y cósmico.

Estos poderes divinos se renuevan al término de unos treinta años de mandato por medio de la fiesta del Jubileo (heb-sed). El hecho de hacerlo a los treinta años puede estar basado en el ciclo orbital de Saturno. En el sur de la India se lleva a cabo una fiesta similar tras doce años de reinado; que corresponde al ciclo orbital de Júpiter. La fiesta del Jubileo representa la muerte y resurrección del rey, por lo que alcanzaba nueva fuerza vital. Esta celebración también se encuentra en culturas antiguas de Europa y en otras partes del mundo. El elemento común a estas fiestas es el hecho de que la posición de las constelaciones era decisiva al determinar la fecha de la muerte ritual. En Kordofán, región situada en el centro del actual Sudan, se apagaban todos los fuegos con lo que se simboliza la extinción de la ley y el orden. Por analogía, la ceremonia de “encender el fuego” recibe un especial significado en la fiesta egipcia del Hebsed o Jubileo, ya que el rey mismo encendía el nuevo fuego y garantizaba así la luz y la vida.

Esto, en apretada síntesis, es lo que la arqueología y otras ciencias de la cultura recogen del mundo simbólico egipcio. Nada que ver con los textos esotéricos los cuales profundizan en su significado, pero el mismo es sólo para iniciados. Lo importante de esta lectura, es que, sin temor a equivocarnos, la ciencia exotérica cada día encuentra elementos que ratifican la importancia y la profundidad del saber esotérico.

Bibliografía

Lurker, Manfred. Diccionario de dioses y símbolos del Egipto Antiguo. Indigo. Barcelona, España. 1991

Becker, Udo. Enciclopedia de los símbolos. Robin Book. Barcelona, España. 1996.

Landmann, Michael. Antropología filosófica. UTEHA. México. 1961


http://noticieroalternativo.com/2009...-los-simbolos/

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